Siento como mi cara empieza a arder de los nervios. Esto definitivamente tiene que ser un sueño, un sueño muy largo. Espero que mi mama entre por el cuarto a despertarme pero el beso de Steven llega primero.
Me aparto sin saber muy bien la razón. Me acomodo la camisa que llevo puesta sin saber bien que estoy acomodando. El ríe a lo que pongo una cara confusa.
-No veo que es tan gracioso.
-Nada –Niega mirando mis manos. Toma una de ellas inspeccionándola, solo que no me había dado cuenta que tenias unas manos tan tiernas, son increíblemente pequeñas –Pone cara de asombro como si nunca hubiera visto una mano en su vida.
-Una de las razones de las que estas aquí es por mi cierto.
Pienso por un momento si eso es una pregunta o una confirmación.
-No tienes que contestarla, no ahora, dejemos que todo esto pase. Pero si quisiera una confirmación, porque me sentiré muy estúpido si esto que me estoy imaginando no es verdad –Me mira esperando una confirmación o negación.
Afirmo sintiéndome culpable. Todas las cosas que pasaron por mi culpa desde el inicio. Sin embargo el sonríe. Estrecha bien mi mano contra la suya.
-Creo que eso va a ser lo único que me hará soportar las preguntas del policía por las preguntas horas…
*****
Llegué a mi casa, al fin. Hoy el interrogatorio estuvo agotador. Me tiro en la cama pensando en si de verdad debo estarme ilusionando con alguien como Steven… En esta dimensión…Todo es tan confuso y Prada no ayuda de mucho. Me permito quedarme dormida.
Al despertar amanezco con fuertes escalofríos, me toco la frente es claro que algo de lo que soñé me ha puesto los pelos de puntas, pero no puedo recordar nada. Me levanto y voy hacia la cocina por un vaso de agua, me siento en el sofá y poco a poco empiezo a recordar.
Estaba Prada, justo allí donde siempre, en su cueva haciendo rituales, me miro se acerco a mí con una vela en la mano y me susurro “Tienes que elegir” yo estaba atada de pies y manos en una silla “Tienes que elegir” Me repetía ¿Elegir que exactamente?
-Solo fue un sueño –Me repito –Todo esto me tiene muy estresada.
Tocan la puerta, no tardo mucho en abrir. Es Steven, intento disimular mi emoción y termino recordando que tengo la misma ropa del día de ayer.
Noto que el brazo donde debería estar su yeso, ya no está. En vez de eso tiene una cesta en la mano.
-Antes de que digas algo, el doctor me dijo que mi brazo ya estaba curado. Sabes no fue un accidente de mayor impacto el carro se detuvo a tiempo. Ahora si no tienes nada que mejor que hacer, mete en tu bolso una ropa cómoda y vámonos.
-¿Se puede saber a dónde? Acabamos de salir de un secuestro.
-No seas aburrida, me tome el tiempo de hacer esta cesta porque quiero salir y no quiero estar encerrado en mi casa como la mayoría de días de mi vida -Lo miro sin convencimiento alguno.
-Tú me enseñaste eso –observo sus moretones, aún se le notan bastante –No quiero estar pensando en el secuestro todo el día, además Jorge dijo que vendría con su novia y no quiero ser la persona que este viendo como se estén compartiendo babas.
Ruedo los ojos, me preguntaba si Jorge ya había cambiado de novia de nuevo.
-Vamos, no puedes decirle que “no” a esa sexy cara, tal vez tiene unos cuantos rasguños pero eso representa que soy un hombre aventurero.
-¿Qué clase de ropa cómoda llevo?
-¿Ves? Ese es el espíritu. Si puedes llevar un traje de baño sería lo mejor.
Vaya, no le pedí a Prada que me mejorara esa parte que me hace insegura.
-¿Pasa algo? ¿Tienes algún tatuaje del futuro que no pueda ver?
-Para nada. Ya salgo –Le tranco la puerta en la cara, ni si quiera se donde están los trajes de baños aquí, el guardarropa es un laberinto.
Meto los dos primeros que veo, deben quedarme bien. Me quito la ropa del día anterior y me coloco una ropa marrón cómoda, con un short negro de botones a los lados.
Abro la puerta.
-Lindas piernas –Rio –Y lo digo enserio.
Abajo nos estaba esperando Jorge con una chica de cabello marrón largo, bastante blanca y con un buen cuerpo. Tenía una franela y un short blanco. Vaya si era otra chica. Jorge me saludo con mucho cariño mientras que la chica y yo apenas nos sonreímos. Nos montamos en el carro y di “Gracias” por ser Jorge el que fuera a conducir. No me confiaba que el brazo de Steven estuviera totalmente curado y se notaba que el también tomaba sus precauciones que se las quisiera dar de que no pensaba en eso era otra cosa.
Durante todo el camino fue divertido estar con ellos, la chica me agradó aunque sentía que esta tampoco iba a durar mucho tiempo en la vida de Jorge.
El olor a la playa me hizo recordar todas las veces que estuve con mi familia en una y como le enseñe a nadar a mi hermano, estuvimos casi todo el día en el agua pero puedo decir que valió la pena.
-¿Disfrutas las vistas? ¿Hay playas así en el futuro?
-Si viniera del futuro te lo diría –Steven arqueó una ceja.
-Definitivamente tenemos que hablar de esto hoy, la curiosidad me está matando.
-¿Son esas cosas que no te dejan dormir por las noches?
-Y que no puedo dejar de pensar por las mañanas. Porque desde que apareciste no puedo dejar de pensar en cada locura que me has hecho pasar.
¿Y crees que valió la pena?
-Valió cada moretón que tengo el cuerpo.
Llegamos luego de unos pocos minutos. El sol no estaba pegando mucho hoy, primera vez que me pasaba esto, donde vivo suele quemarme cada día. Todos los días son de playa.
-No hay mucha gente, eso es bueno. No nos pedirán muchos autógrafos por el día de hoy.
-Es a ti al que más le piden autógrafos últimamente.
Pero tu eres una leyenda del entreteniendo para niños, y eso no se olvida –Jorge señalo un puesto, el más alejado de las personas que había.