Estos días Tom y yo hemos estado conociéndonos mejor, saliendo y obviamente besándonos. Soy afortunada, en medio de la situación en la que me encuentro, sin saber quién soy, el conocer a Tom ha sido algo bueno, muy bueno. A su lado me siento cómoda, segura y feliz.
He decidido que ya es momento de buscar algún trabajo, no puedo ni quiero seguir dependiendo de Tom, siento que me estoy aprovechando de su amabilidad. Ya han pasado casi tres meses y aún no sé quién soy, y no estoy segura de poder averiguarlo muy pronto.
Tom accedió a ayudarme a conseguir algún trabajo, en este momento estamos en la tienda de una amiga suya, ella le ha dicho que necesita quien le ayude, ya que la antigua empleada se mudó de ciudad. Al entrar nos recibe una chica con una gran sonrisa, saluda a Tom con un abrazo para voltear a verme sin dejar de sonreír.
-Abi ella es Kate-. Le indica Tom a la chica.
-Mucho gusto Kate, soy Abigail, me encanta poder conocerte por fin-. Dice esto mientras me da un efusivo abrazo.
-El gusto es mío Abigail-.
-Puedes llamarme Abi-.
-Está bien.
Abi es una chica castaña de piel bronceada y ojos verdes, y se nota que es algo extrovertida, muy distinta a Tom. Ella me muestra la tienda y explica lo que tendré qué hacer, los horarios, en fin todo lo necesario para empezar mañana mismo. Al ser casi medio día nos ofrece ir a almorzar con ella, como es el día libre de Tom aceptamos y nos dirigimos al restaurante que está frente a su tienda.
Durante el almuerzo Abi no dejó de contarme historias de Tom cuando estaban en el colegio, las cuales eran muy graciosas por cierto, aunque por la cara de Tom puedo ver que está avergonzado. Aun así se nota que son buenos amigos y se conocen hace mucho.
Después de despedirnos de Abi, la cual me agrado mucho, fuimos a tomarnos un café.
-¿Qué te pareció Abi?
-Es muy agradable y divertida, espero que nos llevemos bien, no me haría mal hacer una amiga en estos momentos.
-Que bueno, ella es algo intensa a veces pero es buena persona, sé que se llevaran bien. Sólo espero que no vuelva a dejarme en vergüenza contigo.
-A mí me encantaron sus historias-. No puedo evitar reír y él lo hace también.
Estuvimos conversando y vacilando por un buen rato, hasta que Tom tomó una postura más seria.
-Kate, te pedí venir aquí para poder hablar algo importante contigo.
-Claro, dime de qué se trata-. Estoy evitando tensarme, espero que no sea algo malo, o que ya no quiera seguir conociéndome.
Él toma mis manos con las suyas sobre la mesa sin dejar de verme a los ojos, causando que siga imaginando lo peor y creo que lo nota.
-¿Estás bien Kate?
-Sí sí, claro ¿por qué?
-Es que estás pálida. ¿Segura que te sientes bien?
-Sí tranquilo, creo que no me sienta bien comer tanto pastel de chocolate, me he comido dos rebanadas-. Miento tratando de aligerar el ambiente. –Pero dime qué es eso tan importante-.
-Ok. Yo no sé muy bien cómo decirlo-. Oh no, está nervioso, esto no es bueno. Cierra los ojos por unos segundos que parecen horas, y al abrirlos lo suelta de golpe.
-¿Quieres ser mi novia?
-¿Qué?- no logro salir del asombro, yo estaba casi segura que intentaba decirme lo contrario.
-Es que pensé que las cosas entre nosotros están yendo bien y que sería bueno dar el siguiente paso, pero si no te sientes lista aún o no quieres estar conmigo lo entiendo-. Su mirada ahora es algo triste y me hace salir del trance en el que estoy.
-No, no es eso, claro que quiero ser tu novia, es que pensé que me dirías que ya no querías intentar tener algo conmigo y la verdad...
No pude seguir hablando gracias al beso que Tom me ha dado, y mi corazón late más rápido debido a la felicidad que siento en este instante. Sin embargo, por un instante pude sentir algo distinto, como un sentimiento de culpa.
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Hoy empiezo a trabajar en la tienda de ropa de Abi, estoy muy emocionada y asustada a la vez. He desayunado con Tom y me ha traído hasta la tienda. Me encanta pasar tiempo a su lado, es atento, cariñoso, genuino y no teme mostrar o decir lo que piensa o siente.
-¿Qué te parece si almorzamos juntos?-. Estamos abrazados afuera de la tienda esperando que llegue Abi.
-Me encanta la idea.
-Perfecto, a medio día paso por ti-. Dice para después besarme, pero un chillido de Abi nos hace separarnos mientras nos abraza.
-¡Lo sabía! Están juntos-. Exclama la chica que parece amar los abrazos.
-Hola Abi, suéltanos por favor-.
-Tom, eres un amargado. No ves que estoy feliz por ti, ya era hora que tengas una vida de verdad y dejes de pensar sólo en el trabajo.
Observo a mi ahora novio que está rojo como un tomate, mientras su amiga sigue haciendo comentarios sobre su vida amorosa. Entonces cuando noto que la mira con cara de pocos amigos decido intervenir.
-Tom, se te hará tarde para llegar al hospital.
-Sí, ya debo irme, nos vemos en el almuerzo-. Se despide dándome un beso y huyendo de su ruidosa amiga. Me giro y la expresión exageradamente divertida en la cara de Abi me asusta un poco, esta chica es demasiado expresiva.
-Hola Abi, ¿cómo estás?
-Hola Kate, mucho mejor ahora que el amargado se ha ido y me puedes contar todo.
Y así pasé una parte de la mañana, contándole cómo inició mi relación con Tom; con respecto a cómo nos conocimos ya él se lo había dicho cuando le habló sobre mí, que para mi sorpresa fueron bastantes veces, según ella últimamente le hablaba mucho sobre mí.
El resto de la mañana tuvimos varios clientes, y el tiempo se me pasó volando hasta la hora del almuerzo. Abi se fue a comer con su hermana y yo estoy esperando a mi guapo novio, mientras pienso en todo lo que me ha pasado, quiero tener una vida normal, pero no lo lograré hasta saber quién soy , de donde vengo, si tengo familia, amigos o cómo era antes mi vida; pero todo eso lo dejo de lado cuando veo a Tom bajando de su auto y rodeándome con sus brazos para alzarme y dar vueltas mientras me besa.
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Editado: 27.03.2024