Los días pasaron después de mi decisión de seguir adelante con el compromiso con el conde de Harrington. A pesar de haber tomado una determinación, mi corazón seguía sintiéndose roto y dividido. Sabía que había elegido lo que era correcto para cumplir con mi deber, pero eso no hacía que el dolor fuera menos intenso.
Thomas, mi fiel amigo y confidente, me observaba con preocupación. Se acercó a mí un día, mientras paseábamos por los jardines, y dijo con su voz serena: "Anne, sé que esta decisión fue difícil para ti, pero debes saber que has hecho lo correcto. El conde de Harrington es un buen hombre y un digno esposo para ti".
Asentí con tristeza. "Lo sé, Thomas. Pero mi corazón sigue sintiendo la ausencia de Alexander. No puedo evitar preguntarme si he tomado la decisión correcta".
"Entiendo tus dudas y tu dolor", respondió Thomas. "Pero debes recordar que estás viviendo dentro de una famosa novela. La trama ha sido escrita y debes seguir sus pasos para que todo siga su curso".
Sus palabras me recordaron mi verdadera misión: encontrar la reliquia que me permitiera salir de este mundo de ficción y regresar a mi realidad. A pesar de mi compromiso con el conde de Harrington, mi deseo de volver a casa era más fuerte que nunca.
Sin embargo, cada intento de escabullirme y buscar la reliquia era frustrado por la vigilancia constante de Lord Sinclair. Estaba decidido a proteger su inversión y asegurarse de que yo cumpliera con mi papel como condesa.
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Editado: 03.08.2023