C2

Mis piernas temblaban de tanto correr, ni siquiera podía coordinarlas bien. tropezaban con ellas mismas y terminaba en el suelo con frecuencia, pero no podía quedarme allí, tenía que huir....lo más lejos posible. Carter me había dado una salida y prometió que regresaría por mi, asi que solo me quedaba seguir corriendo hasta que el túnel acabase de mostrarme una . sin embargo cuanto más me adentraba, más segura estaba de que aquello no conducirá nunca al exterior.

«DEMONIOS!!» rugi con desesperación y sin poder evitarlo una llama se precipitó por mi garganta y terminó saliendo por mis fauces, asustandome realmente. El túnel se iluminó ante el destello rojizo que la llama creó haciéndome capaz de ver todo....lo que mas me asusto es que hasta ese momento no había notado lo bien que veía en la oscuridad. Ese pensamiento hizo que tuviese ganas de llorar....mas ninguna lagrima salio de mis ojos «las bestias no lloran...»sentencie con tristeza y continué mi camino.

Camine por lo que parecieron kilómetros antes de que la salida relucir ante mis ojos. la luz del alba aún no se mostraba, un manto estrellado que rodeaba una luna sonriente era todo lo que decoraba aquel cielo...no había rastro del sol, ni de ningún enemigo a la vista.

El bosque me recibió con su aroma, no tenía idea de donde estaba, jamas habia llegado tan lejos del clan en...ni siquiera sabía en qué dirección había salido corriendo. Estaba teniendo serias dificultades para encajar ahora mismo la realidad con todo lo que me había sucedido. Esperaba cerrar los ojos y simplemente despertar en el piso de mi cuarto, descubrir que me había golpeado la cabeza al caer al suelo, ser una ranger...no una abominación.

No una bestia....

Mi cuerpo cayó pesadamente hacia la hierba, incapaz de llevarme hacia ningún lado. sentía espasmos en más músculos de los que debería tener, el dolor se acrecentaba con cada segundo, pero lo que más me llenaba era ese sentimiento de desesperación...de confusión....de ira....¿por qué estaba pasando todo esto...? ¿por que a mi...?

Intenté llorar, gemir, hacer algo meramente humano, sin embargo solo fui capaz de producir unos incoherentes sonidos semejantes a gruñidos.

«las bestias no lloran....» me repetí pero eso solo aumento la sensación de vacío en mi, provocando más de esos grotescos sonidos.

Cerré los ojos obligándome a guardar silencio, concentrandome en todo lo que había más allá de mí, sintiendo el bosque a mi alrededor....realmente sintiéndolo. Abrí los ojos al notar eso. podía sentir al bosque vibrar...respirar. los árboles latian como si tuviesen corazones propios, al ritmo de una música invisible solamente audible para ellos. las criaturas del bosque se movían por doquier, las hormigas en el suelo bajo mis pies, las aves nocturnas sobrevolando mi cabeza, los pequeños roedores corriendo a grandes velocidades rumbo a sus madrigueras. era capaz de...sentirlos, estaban allí, en la oscuridad, observando, curiosos por la enorme bestia blanca que yacía tendida en el bosque.....a merced del peligro.

Ese pensamiento me obligo a levantarme, no podía quedarme allí. Cualquiera podría salir por el túnel y no tenía que ser precisamente Carter. Debía esconderme, adentrarme más en el bosque y esperar allí..si...eso haría. 

Hice un esfuerzo más allá de mi para poner a funcionar aquellas cuatro patas y así lograr ponerse de pie. me tambalee por un segundo y fue bastante doloroso tratar de mantener el equilibrio.  Una de mis patas delanteras sangraba sin control desde una herida en mi hombro. si hubiese tenido manos me habría hecho un torniquete para contener la hemorragia....ahora solo esperaba a no morir desangrada.

«deja de lloriquear» me regañé

Con cuidado empecé a dar pasos torpes para adentrarme en la espesura arrastrando aquella inmensa cola y las destrozadas alas a mi alrededor. los pasos cada vez más pesados alertaban a las criaturas a mi alrededor de mi inminente llegada. No encajé en mis pensamientos lo peligroso que era aquello hasta que sentí un par de ojos dorados mirándome desde la oscuridad. 

Primero sentí una alerta, como un zumbido que crecía en mis oídos a medida que avanzaba. pensé que se debía a la pérdida de sangre y realmente no le preste mucha atención. Luego mi pecho empezó a vibrar, lentamente, como si algo dentro de mi se estuviera activando.

«que demonios me pasa ahora?»

Pregunté a la nada y lleve una de mis patas delanteras al centro de mi pecho para intentar calmar el movimiento, pero apenas me quede quieta fue como si mi cuerpo se llenase de vida. Sentí las escamas de mi piel moverse, las orejas que había en mi cabeza (si, tenía orejas..realmente no lo había notado hasta ese momento) se elevaron en cuestiones de segundo permitiendo escuchar. Pasos...pasos lentos y prácticamente silenciosos...gruñidos suaves, pausados...casi como una respiración leve, inaudible....

Mi mente veía más que mis ojos, los cuales miraban alrededor en busca de la amenaza; y una imagen llego a mi. Una criatura, oscura como la noche misma. unas garras felinas se movían despacio sosteniendo un cuerpo alargado y peludo. Una cola con aguijón se balanceaba en las sombras como un látigo, batiendo y salpicado con gotas de veneno aquello que tenía la mala suerte de tocarle.  unos colmillos realmente grandes eran acariciados por una lengua serpentina, relamiéndose antes de tiempo...añorando llegar a mi....

«quimera....»

Fue todo lo que pude pensar antes de que el pánico me inundase. Las quimeras eran las peores bestias, mezclas de criaturas carcomidas por la magia, experimentos fallidos de la antigua guerra; ahora simples bestias errantes ansiosas de sangre y carne a la espera de cualquiera que se posase en sus caminos. había escuchado leyendas de comerciantes, historias horribles de sus hallazgos en el bosque negro...de lo que eran capaces esas enormes bestias. no quería ni imaginar...lo que serían capaces de hacerme a mi.