Drama Queen

Capítulo 45: Conociendo a los Evergreen

Capítulo 45: Conociendo a los Evergreen

—Les hemos preparado las habitaciones de siempre, muchachos —dijo mi madre con una sonrisa cuando llegamos al segundo piso. Nick no había abierto la boca desde que llegó y Summer insistía en que su "fin de semana en los Hamptons" había comenzado, aunque estuviésemos en martes y Michigan estaba muy lejos de Los Ángeles—. Freddie duerme junto a Patrick, Summer junto a Scarlett y Johnny con el perro.

El rubio se cruzó de brazos y se dedicó a mirar al horizonte, sacándole una buena sonrisa a mi madre que no tardó en apretujarlo en sus brazos.

—Afortunadamente para ti, tenemos otro invitado este año y puedes compartir habitación con Nick, aunque déjame decirte que Sushi se sentirá solo esta noche.

Y haciendo acto de presencia, el susodicho entró ladrando en la sala. Un chihuahua color marrón claro con la voz más chillona entre los canes. No me malinterpreten, adoro a los perros, pero entre ese rollo California y yo no hay nada más que mutuo desagrado. Mi madre lo compró cuando me fui a Ridgewell hacia cuatro años para "llenar el vacío que su pequeña dejaba" y no tuvo mejor idea que elegir al animal más insoportable de toda la tienda.

—Mira, Sushi, llegó Scarlett. —le dijo ella como si estuviese hablando con un bebé, y el fastidioso animalejo tiró un tarascón que dio directamente en mi tobillo, haciendo que por poco lo patee cuando la herida comenzó a arder y minutos más tarde, a sangrar.

—Estos perros detectan las malas vibras. —comentó Johnny agarrando al perrito en sus brazos, quien lamía su rostro asquerosamente. Le dediqué mi peor cara de perra y él sonrió a posta.

—Querrás limpiarte eso, cariño. —niega con la cabeza mi madre, reprendiendo a su horroroso chihuahua con un simple "Sushi malo".

Mi madre nos recordó una última vez donde estaban las toallas limpias y nos dejó libres, lo que provocó que Johnny y Patrick se empujaran camino hacia la escalera para llegar a la habitación antes que los demás. Luego de dejar mi bolso sobre mi cama, me dirigí al baño principal del segundo piso en busca del botiquín para desinfectar las marcas que el espantoso can dejó en mi tobillo.

—Deja que te ayude. —me dijo Nick desde la puerta de mi habitación.

Yo renegaba con el líquido rojizo que desinfectaba la herida pero que hacía que el minúsculo ardor que sentía se potenciara hasta sacarme muecas de dolor. Tomó un poco de algodón del maletín y me limpió el líquido que caía amenazando con manchar el edredón.

—Es más profundo de lo que parecía.

—Bueno, ese animal me detesta con cada fibra de su ser. No me sorprende.

—Estás exagerando. —comentó Johnny de pasada mientras sostenía al chihuahua entre sus manos y le hablaba como si fuese un horrible y escuálido bebé alienígena.

—Aleja esa cosa de mí. —bufé en respuesta, pero él ya había desaparecido.

Nick sonrío y prosiguió a ponerme un spray que calmó el ardor, dejando en cambio un leve cosquilleo, para luego colocarme una bandita para evitar que volviese a sangrar.

—Gracias —le sonreí—. Así que... ¿qué piensas de mis padres?

—Pues... tu madre es realmente agradable. Aún no he podido hablar demasiado con tu padre, pero por el momento no parece querer asesinarme así que creo que eso es algo bueno, ¿no es cierto?

Dejé escapar una risa y me estiré sobre la cama para abrazarlo con fuerza. Él pasó un brazo por mi espalda, aferrándome a él, y dejó un beso en mi mejilla que se prologó hasta que un carraspeo se oyó desde la puerta y nos separamos como si quemáramos.

—No sería agradable que fuese tu padre quien los encuentre así, así que comenzaría a ser más cuidadosa a partir de ahora. —advirtió Summer con una sonrisa socarrona.

—Nosotros no... no estábamos...

—Solamente digo. —se encogió de hombros, dejándome con las palabras en la boca. Se tiró en la cama del lado y nos observó con curiosidad.

—Yo creo que mejor me voy.

—Te veré mañana —dije poniéndome de pie para acompañarlo a la puerta—. El resto de mi familia llegará temprano así que, preferirás estar despierto para cuando ellos lleguen. Son propensos a hacer bromas a todo el mundo.

—Lo tendré en cuenta. —asintió, y depositó un beso fugaz en mi mejilla. Saludó a Summer con la mano y se alejó por el pasillo, así que me dispuse a cerrar la puerta detrás de mí y apoyé mi espalda contra la madera.

—Estás enamorada. —me dijo Summer con sorpresa en su voz.

—¿Qué dices?

—Lo estás. Estás enamorada de Rogers.

—Claro que no, Summer. —negué.

—¡Claro que si! ¡Aún tienes esa estúpida sonrisa de enamorada en tu rostro!

Abrí la boca para decir algo al respecto pero, en cambio, fruncí el ceño. Ella simplemente no sabía lo que decía.

—Cuando te des cuenta de que lo estás, avísame. Así podré decirte "te lo dije".

—Espera sentada. —reí, dando por finalizado el tema, aunque el comentario rondó por mi mente toda la noche.

***

El día inicio más ajetreado de lo normal, y eso nunca era buena señal en esta casa.

Me bastó abrir los ojos para encontrarme con el pequeño Noah sonriéndome de par en par a pocos centímetros de distancia, pegando un alarido que debió de haberse escuchado a cien metros a la redonda. Di un salto tan alto que quedé de pie sobre mi cama, quedando en posición de defensa con la única ayuda de mi sábana entre mis manos. La pequeña carcajada infantil hizo que relajara mis hombros, y la idea de que todo esto podría haber sido pensado por la mente siniestra de Patrick me hace negar la cabeza.

—Te dije que iba a asustarse, me debes diez dólares —dijo Noah en tono jocoso a su pequeño doble que acababa de salir debajo de mi cama con la cara roja como un tomate de la risa. Una vez que su hermano, enfufurruñado por haber perdido tal cantidad de dinero ganada en una partida de póker junto a mi padre, le puso el billete entre sus manos, el que el otro estiró totalmente—. Es un placer hacer negocios contigo.



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En el texto hay: humor, romance, drama amor

Editado: 22.01.2021

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