Estoy en esa pequeña tienda con la campana que tintinea cada vez que la puerta se abre, paso entre los pasillos y veo todo tipo de envolturas de colores y comida chatarra, de pronto un par de ojos me ven entre los estantes, esos ojos castaños con destellos rojos, me acechan con forme camino, trato de encontrarlos del otro lado del pasillo, pero se han ido.
—¿Te sientes mejor con él aquí?— Su pregunta me toma por sorpresa, está detrás de mí y su aliento choca contra mi cuello haciéndome brincar. Giro hacia él y lo tengo a escasos centímetros. —Siempre supe que Akos estaba enamorado de ti, te seguiría hasta el mismo infierno si se lo pidieras— Aiden permanece frente a mí con esa sonrisa arrogante, tiene una botella de agua en la mano y cuando ve que me percato de ella sonríe y la agita un poco —es lo único decente en esta maldita tienda de paso ¿no crees?
—Para un paladar tan selectivo como el tuyo, es entendible…— le respondo y él decide alejarse del pasillo con una sonrisa en los labios, se acerca a la caja de cobro y se mantiene de pie ahí. Cuando llego a su lado veo que tiene su mirada concentrada hacia abajo, una pequeña niña de ojos azules lo ve fijamente, está escondida detrás de las faldas de una mujer castaña que parece estar discutiendo, golpeando el mostrador —¿se te hace conocida la criatura?— Cuando pregunta solo soy capaz de fijarme en la mujer que está furiosa, doy un par de pasos intentando rodearla y poder ver su rostro, es entonces cuando la reconozco, es mi madre, está furiosa, pero no soy capaz de ver a quien está reclamando. —Esto es un sueño tuyo, los sueños a veces son recuerdos que se han quedado clavados en nuestro inconsciente— la voz de Aiden llega hasta mis oídos, pero no soy capaz de quitar mi atención de mi madre.
—¿Por qué estoy recordando esto? Ni siquiera sabía que este recuerdo existía— veo a la niña pequeña de nuevo y me percato que soy yo.
—Porque en ese entonces anhelabas algo que ahora vuelves a anhelar… dime Cárter, ¿Qué se te viene a la mente?— Me pregunta divertido mientras destapa su botella y bebe de ella.
—¿A qué te refieres?
—Algo quieres, tu corazón anhela algo con todas tus fuerzas, ¿Qué es?— Al principio no lo entiendo, desvío la mirada, busco en cada anaquel la respuesta hasta que de pronto mis ojos se vuelven a posar en él —¿Entonces?
—Quiero volver a verte, no solo en mis sueños… quiero verte de verdad— salen las palabras de forma fluida y una sonrisa se forma en su rostro, satisfecho por mi respuesta.
—Anhelas lo mismo que anhelabas en esta ocasión— voltea a ver a la pequeña niña y me siento confundida, es imposible.
El sueño se desvanece, abro mis ojos de par en par y me encuentro viendo el techo fijamente de nuevo, volteo hacia un lado en mi cama y está vacía, paso mi mano por encima de las sábanas donde hace unos días descansaba Lexy y por un momento puedo imaginar que aún se siente tibia. Me levanto sin muchas ganas, me pongo unos pantalones y una camisa, salgo de mi habitación mientras me calzo las botas y bajo las escaleras, escucho movimiento en la cocina, al principio me asusto, pero después recuerdo que Akos pasó la noche en la sala y se me pasa. Camino hasta el comedor y lo veo sirviéndose un plato de cereal con leche.
—¿No tienes otro tipo de comida aquí?— Me pregunta algo indignado con la caja de cereal en una mano y la de leche en la otra, su imagen me da risa.
—No… lo siento— levanto los hombros a modo de disculpa y tomo el plato que ya preparo para empezar a comer.
En cuanto doy el primer bocado mi celular suena insistente, lo tomo con cuidado y lo desbloqueo, veo que es Karime quien habla, Akos se asoma y ve también. No tardo en contestar cuando escucho su voz alertada.
—¿Cárter?
—¿Qué ocurre?
—Algo pasó… no sabría decirte específicamente qué… solo sé que la Dra. Rossi está muerta y Novak herido— cuando dice eso me quedo congelada, siento que algo se estruja dentro de mí.
—¿Qué? ¿Estás jugando?
—Me gustaría decir que sí— veo a Akos por un momento con horror, él permanece serio y al mismo tiempo confundido.
—Voy para allá— le respondo después de colgar.
Rápidamente salimos de la casa y nos vamos en el challenger hasta la jefatura, de inmediato se nota la diferencia, el lugar está lleno de reporteros y los policías tratan de mantenerlos a raya. Entramos con dificultad al estacionamiento y avanzamos con curiosidad hacia el interior del edificio, vemos la oficina de la doctora, está llena de esa cinta amarilla que nos impide cruzar.
—¿Qué carajos ocurrió?— Digo en voz baja casi para mí.
—El cuerpo de la Dra. Rossi está en la morgue, le hemos hecho el primer análisis— la voz de Opal me toma por sorpresa, tanto Akos como yo volteamos con sorpresa y la vemos tranquila viendo la escena del crimen.
—¿Qué le hicieron?— Le pregunto olvidándome de presentar a Akos. Ella parece incómoda, nos hace una señal con la cabeza para que la sigamos.
—Se encontró en su oficina en la madrugada, ella estaba en el suelo frente a su escritorio, tiene marcas de forcejeo— Opal va explicándonos sin detenerse —tomaron una de las sierras de la morgue, le destaparon el cerebro, un poco fue introducido de manera brusca dentro de su boca y esófago, claramente también terminó en su tráquea, aparentemente ella seguía viva, murió por asfixia con su… propio cerebro— suspira y se planta frente a la puerta de la morgue sin animarse a abrirla, voltea hacia nosotros y nos ve no muy convencida.
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Editado: 19.05.2021