EL OJO DEL HURACÁN

La sangre había salpicado por todo el lugar manchando parte del piso y las rocas en las montañas cercanas.

La verdad, una de las cosas que más me aterraban en este mundo era esto precisamente, el realismo que había en este lugar, la completa sensación de estar en un mundo real, pero, esto no era real, para nada.

Nada de esto era en verdad real, pero, se sentía como si de verdad fuese de esa manera.

Era algo un poco incómodo, ya que, se suponía que este mundo estaría alejado de la realidad, pero, se fusionó con esta.

Sentí como la mayoría de mi visión era opacada por un rojo vivo, al mismo tiempo que un dolor punzante apareció en mi cabeza.

Sentía como dos hilos de sangre brotaban de cada lado de mi cabeza, ya que, al parecer, el disparo había atravesado por completo mi cuerpo, dejando un agujero de entrada y de saluda, drenando el doble de rápido mi sangre, la cual era importante para poder mantener el HP en un nivel estable.

Ya que, si el nivel de sangre que tu cuerpo virtual contenía era muy bajo, la probabilidad de que los ataques recibidos te hagan más daño, o que los efectos negativos duren más tiempo o sean de mayor intensidad, aumenta exponencialmente.

Así que, yo en este momento estoy en un grave problema, ya que, mi nivel de sangre está cayendo por debajo del 40%.

Pero, esto no era lo único que me preocupaba en este momento.

Dos heridas más, una en un hombro y otra en una pierna, no paraban de escupir sangre, drenando con mayor rapidez este líquido de mi avatar.

Estaba completamente asustado.

Al parecer, no me había percatado de la presencia de otro jugador en los alrededores, por lo que me había confiado, dando por sentado el hecho de que solo 21 jugadores estaban en ese lugar o cerca de aquí.

Pero, al parecer, otro jugador había llegado de improviso, y me disparó sin pensarlo dos veces, logrando herirme de gravedad, tanto que perdí completamente el equilibrio, cayendo al suelo, creando un charco de sangre fresca, en el cual me revolcaba, como si fuese un cerdo en barro.

Aunque, ahí no acabó todo.

Otro disparo se oyó a la distancia, el cual impactó a escasos centímetros de mi cara, dando a entender que buscaban eliminarme con el menor número de balas posible, y parece que en verdad lo conseguirían.

Pero, no debía permitir eso.

Ya había muerto una vez a manos de estos jugadores, los cuales invadieron el servidor de manera desconocida, tratando de eliminar a los 8 jugadores restantes de este mundo, pero, no se los permitiríamos, ya que, en las casi 5, o quizá 6 horas desde que ellos habían aparecido en el servidor.

Debido a que nadie sabía la hora exacta en el mundo real, todos habíamos hecho nuestras propias deducciones acerca de la hora que debería ser en este momento.

La mayor parte de mi cuerpo estaba manchado en sangre, haciendo que mi armadura, denominada, “Armadura del Camaleón” fuera totalmente inservible, ya que la sangre se podía ver sin importar el color que tomase.

Y, debido a ese pequeño detalle con mi equipamiento, me era imposible esconderme en este lugar, ya que, a donde fuese, una marca de sangre indicaría mi rastro, así que, lo mejor sería acabar con el jugador, si es que puedo.

El dolor y la sangre se sentían por todo mi ser, atándome como grilletes, sin dejar que me moviese a mi gusto.

Pero, no debía dejar que me eliminaran sin antes dar batalla, así que, todo lo que tengo que hacer es, matar, matar, matar, no, eliminar.

¿Cómo podría matar a alguien en un lugar donde eso no es posible sin importar qué hagas?, solo le haría daño a su avatar, pero no a su cuerpo real.

Aunque, eso no era en verdad necesario, ya que, por donde le buscaras, eso sería totalmente un asesinato.

Pero, ¿cuál era la diferencia de este mundo con el otro?

Tal vez, la respuesta correcta es, ninguna.

El agujero en mi cabeza era una prueba de que esto era cierto.

Pero, aunque no moriría por este hecho, ya que era en verdad fastidioso e incómodo caminar por ahí con esto.

De pronto, una idea invadió mi mente.

Tal vez, había la posibilidad de acabar con el jugador que estaba en los alrededores, pero, no sería para nada fácil, bueno, nada de lo que había aquí era fácil de conseguir, así que, no había de otra.

Si tan solo supiese exactamente dónde está el jugador, me ahorraría mucho tiempo.

Pero, claro que puedo saber dónde está el jugador en este momento, sí, creo que lo puedo intentar.

Rápidamente, activé la habilidad “Bullet Tracker” para tratar de localizar al otro jugador cerca de ese lugar.

Y, dio frutos.

En una montaña, a unos 800 metros aproximadamente, cubierto por unas rocas, un cañón de gran calibre se asomaba por el borde de la ladera.

En el momento en que lo vi, sentí como un escalofrío pasó por todo mi cuerpo.

Oí como una bala pasó silbando cerca de mi oído.