Narracion°
Elora mostraba a Alysa su espada, hacía movimientos delicados y suaves con ella.
Alysa observo, sin decir nada.
- Quiero ir a Heraldi- dijo Elora.
-Sabes que no puedes Elora.
-Los mejores guerreros y herreros están en Heraldi hermana- afirmo Elora.
-ELORA- Alysa alzo la voz, Elora se calló, e inclino la cabeza.
Elora salió de la habitación corriendo, dejando la espada, Alysa la recogió.
La dura hoja y pesada espada, fue fácilmente recogida por Alysa, con cuidado movió la hoja, cortaba el aire sus movimientos elegantes y poderosos causaron ráfagas de viento.
Haciendo temblar los muebles.
Alysa termino con la espada apoyada en su mano elevada a lo más alto, con sus ojos fríos y dominantes.
Guardo la espada junto a su asiento.
Elora vino en la noche, noto a Alysa junto a la espada.
-Hermana...- dijo Elora en un susurro.
-Ven Elora, te contaré un cuento- dijo Alysa.
-No soy un bebe- se quejó Elora acercándose al asiento donde Alysa estaba.
- Te contaré de " La Guerrera"
-Está bien- dijo Elora sentándose en el piso con su espada,verificando su estado.
-Érase una vez....
En las frías montañas existía un pueblo de fuertes guerreros.
La única hija del jefe del pueblo se convirtió en una hábil guerrera.
Con sus hermanos y padre iba en combate apoyando al reino cual servían.
Pero cuando el nuevo rey subió al trono después de un extraño accidente del antiguo rey, se quiso deshacer del pueblo lleno de guerreros.
Era una noche de nieve cuando vinieron atacar al pueblo.
Los guerreros lucharon con gran ventaja, no vivían solos en las montañas, entrenaban a los animales salvajes, haciendo que el plan del actual rey fracasara.
La joven guerrera hace años había criado a una camada de lobos salvajes cuando estos perdieron a su madre, convenció a su pueblo que podía domarlos, convirtiéndolos en parte de ellos.
La guerrera, cuando exploraba los límites del pueblo, encontró a un alce blanco como la nieve, los animales salvajes que la acompañaban no lo atacaron como usualmente hacían.
Lo siguieron hasta encontrar a un joven en la orilla del río, su cuerpo estaba cubierto de nieve.
Lo llevo al pueblo, salvándolo.
Los ataques cesaron, el invierno era más largo que cualquier otra época, los suministros nunca llegaban.
El reino no podía soportar perder recursos, la gente sufría de hambre y frio.
Pero el Rey obsesionado por el poder, siguió la lucha con el pueblo guerrero.
La Gran Adivina del Reino le advirtió de su trágico destino, el Rey la ejecuto por blasfemia.
El duro invierno, destrozo la confianza de los soldados.
Los guerreros entraron al moribundo reino.
Vieron a los soldados que fueron compañeros de armas de los guerreros, flacos y sin espíritu.
Entraron al gran salón donde el Rey se encontraba, cuando el Rey ordeno atacar, sus guardias dejaron caer sus armas.
El Rey tomó una espada y antes de usarla, La guerrera, ejecuto al rey, tomo la corona, se arrodilló ante el joven que salvo de la orilla del rio y se la entrego.
El príncipe había sobrevivido.
La Guerrera se convirtió en la luz del Reino, el Príncipe en la esperanza de su gente.
Alysa acaricia el cabello corto de Elora que estaba acostada en su regazo.
La cubrió con una manta, observando la gran ventana.
Alysa apago la vela junto a ella, dejando una habitación sumida en la oscuridad.
GRACIAS POR LEER
NOS VEMOS PRONTO