Dulce perfección

CAPÍTULO 1

IRINA 

 

Primavera, 2015
 

—Mierda.

 

El hombre viejo que tengo a mi lado voltea a verme de inmediato, está molesto conmigo, lo distraje justo en el momento en el que mi papá comenzó a decir cómo fue que decidió escribir su libro. Seguramente también es abogado, se ve tan aburrido y cansado como papá, como sea, no puedo quedarme a averiguarlo, es hora de irme. La clase de ballet va a comenzar pronto, son casi las cinco de la tarde y yo ya no puedo pasar más tiempo aquí.

 

—Con permiso, con permiso. —Trataba de decir con la voz baja, pasando, chocando con las piernas de esas personas que estaban sentadas en la misma fila que yo—. ¡Ups! Lo siento.

 

¡Maldición! Al salir de la librería me di cuenta de lo tarde que voy. Caminaba por la acera lo más rápido que podía, necesito llegar a la clase y ahora parecía que todos caminan mucho más lento de lo normal. El tiempo se está yendo demasiado rápido y la idea de tomar un taxi claramente está descartada, es probable que llegue mucho más rápido a pie que si me quedó ahí atrapada en el tráfico. El tiempo se estaba yendo demasiado rápido y juro que ya puedo escuchar al profesor Damon hablando de lo importante que es la puntualidad en esta carrera.

 

[...]

 

Llegué al estudio diez minutos después de las cinco. La clase ya comenzó y yo sigo aquí en el pasillo, sacando las cosas de mi bolso de tela tipo tote, quitándome el pants con velocidad y acomodando el leotardo que se metió entre mi trasero. Tengo que ponerme las puntas en tiempo récord. Tomé las punteras de silicón para ponerlas por debajo las mallas, ajusté los resortes y después até con torpeza los lazos de las zapatillas de punta. ¡Maldición! La impuntualidad y los nervios no eran una buena combinación para mí.

Una vez que me acerqué al salón, me di cuenta de que Aaron está ahí. ¿Por qué justo cuando llego tarde el director del estudio de danza tiene que estar en mi clase? Pero no puedo perder más tiempo, debe estar diciendo algo importante dado que todo el grupo está en silencio, las chicas están sentadas en círculo y él está en medio, hablando.

En el momento en el que entré, toda la atención se desvió hacia mí, las chicas me miraron, Aaron también lo hizo, con ese aire de superioridad que lo caracteriza. Eso en particular me hizo sentir increíblemente nerviosa.

 

—Así que, esto es de lo que estábamos hablando. Si quieren salir de este lugar y convertirse en una de las mejores bailarinas que la ciudad puede ofrecer, deben cambiar algunos de sus hábitos, como llegar tarde a clase. Señorita Westwick, ¿cree que una prima ballerina llegaría tarde a su noche de apertura en el Lincoln Center?

—Supongo que no. Lamento haber llegado tarde, nunca lo hago.

—Siéntese.

 

Me siento a un lado de Julianne, escuchando lo que Aaron tiene para decir acerca de estar en las ligas mayores, hablando de su propia experiencia cuando él era parte del Ballet de San Francisco. Mencionando de vez en cuando el increíble trabajo que su esposa Jeanette hizo cuando fue la prima ballerina del Ballet de Nueva York.

 

—¿En dónde estabas? —Pregunta Julianne, apenas audible.

—En la firma del libro de mi papá. Me va a matar cuando se dé cuenta de que me fui.

 

Regreso mi mirada hacia Aaron, ahora que ya ha terminado de exponer todo el gran trabajo que hizo para estar aquí, dirigiendo su propio estudio de danza.

 

—Como lo saben, tenemos un acuerdo con la NYC Ballet Academy. Cada año ellos nos dan una beca para una de nuestras bailarinas. Este año, las cosas cambiaron para bien y nos van a otorgar dos becas más para dos chicas o chicos que quieran ser parte de su alumnado. Saben cómo funciona esto. —Menciona, volteando a ver al profesor—. Ya tuve una pequeña conversación con Damon y ambos acordamos hacer El Cascanueces este año para el recital de invierno. Así que, el profesor Damon va a estar observando y elegirá a aquellas que piense que tienen el potencial para interpretar cada papel.

 

Aaron se fue después de su anuncio. Ahora todas las chicas aquí solo hablaban de las becas mientras tomaban su lugar en la barra de madera, esperando que la música comenzara a sonar para calentar un poco.

 

—¡Quiero un cambré! Preciso, delicado y precioso.

 

La clase siguió con su curso. El profesor Damon mantenía sus ojos azabachados en el reloj circular que se encontraba sobre la blanca pared, parecía que quería terminar la clase temprano hoy. Tal vez igual está pensando en las becas tanto como lo estoy haciendo yo. Es la oportunidad que he buscado siempre, sé que tengo potencial, sé que puedo competir contra Dianna por el papel principal. Tengo que conseguir una de las becas ahora que planeo decirles a mis padres que no pienso ir a la universidad.

 

—¿Qué vas a hacer cuando la clase termine?



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En el texto hay: musica, ballet, romance

Editado: 21.10.2020

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