Dulce perfección

CAPÍTULO 23

IRINA

 

 

Llevaba gran parte de la tarde encerrada en la oficina de papá, había decidido traerme a su despacho para enseñarme cómo funcionaba todo, en parte sabía que quería hacerlo para motivarme a asistir a la universidad. Así que aquí me tenía, ayudándolo a revisar los correos electrónicos que eran necesarios para su caso, archivándolos por mes y día, sentada en una de las sillas esperando a terminar pronto para salir de aquí.

 

—Demian… Te traje un café, como a ti te gustan.

 

Aquella mujer que entró sin pedir permiso se acercó a papá con una sonrisa coqueta, dejando en el escritorio un vaso de café caliente.

 

—Gracias Sheerie. Te presento a Irina, es mi hija.

—Hola.

 

Sheerie y yo estrechamos la mano, se presentó como la secretaria de mi papá, disculpándose por no haberme traído a mi también un café. Poco después regresó a lo suyo, preguntándole a mi papá cómo iba el caso y que el señor Whipkey ya había llamado para darle seguimiento a la demanda en la que estaban trabajando.

 

No me quedé a escuchar más, me puse de pie cuando vi que Julianne me llamaba.

 

—¡Me has salvado! Gracias, ¿cómo estás tú Julianne?

—Bien, hace poco me encontré a tu mamá. No paraba de decirme lo mucho que extraña vernos juntas, ¿cómo te trata L.A.?

—No es tan malo, aunque extraño la ciudad como no tienes idea. Te extraño a ti.

—Y yo a ti, en verdad.

 

—Y bien, ¿qué has sabido del estudio? ¿Quién protagonizó Giselle?

—No tengo idea. —Comenta—. Perdí el contacto con todos, no me he parado en Benward-Lee desde el recital de invierno. He estado más preocupada por huir de casa, los problemas entre mis padres cada día son más grandes y he considerado quedarme en los dormitorios una vez que inicien las clases en la universidad.

—¿Tanto así?

—Sí, mi mamá quiere regresarse a Nueva Jersey si deciden divorciarse. Quizás les recomiende que lo hagan con tu padre. —Dice entre risas—. En fin, cuéntame, ¿qué pasó con Ben? ¿No ha dicho nada después del beso?

—Absolutamente nada, está fingiendo que nada sucedió y yo debería hacer lo mismo. En fin Julls, tengo que dejarte, la secretaria de papá ya salió de su oficina.

 

Sheerie me sonrió sin separar los labios cuando me vio en el pasillo, caminé de regreso hacia la oficina, mi papá ahora se encontraba al teléfono resolviendo otros asuntos. Regresé a mi lugar y continué con lo mío hasta que él se desocupó.

 

—Así que Sheerie… Estaba coqueteándote.

—¿De qué hablas Irina?

—Le gustas.

—Vuelve a lo que te dejé hacer, esas son tonterías.

—¡Vamos papá! No me molesta en lo absoluto, si tienes algo con ella me alegro por ti. Lo mismo sucedía con mi mamá.

 

Él dejó a un lado lo que estaba haciendo, ajustó sus lentes de lectura antes de mirarme a los ojos.

 

—¿Lisa ha salido con gente de su trabajo?

—En algunas ocasiones.

—¡Qué inapropiado! ¡Y todavía era capaz de contarte!

—¿Estás celoso?

—¿De Lisa y sus citas? ¡Irina estás diciendo incoherencias hoy!

 

Me hizo regresar a lo mío con los correos electrónicos, una vez que terminé, empecé a merodear por la oficina en búsqueda de hacer algo más, miraba sus reconocimientos, sus fotos, sus libros, sus preciados búhos de porcelana, no encontraba nada más que hacer.

 

Mi aburrimiento se terminó cuando recibí un mensaje de Ben: «Tú y yo, Blackout esta noche, ¿qué dices?»



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En el texto hay: musica, ballet, romance

Editado: 21.10.2020

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