Corrí por el pasillo, al llegar al cuarto número 21, empecé a sentir dolor de estómago, mis manos sudaban. Los nervios se hicieron presente, los malditos nervios.
Dios ayúdame por favor...
Me acerco lentamente y oigo voces ¿está con alguien? Al estar más cerca logro oír con claridad.
No hay nadie. Es mi poeta el que está hablando.
─Cama arri-ba─se oía un ruido eléctrico─ Cama aba-jo... ─abro la puerta y lo veo, aún todo conectado, jugando con la posición de la cama ¿Pueden creerlo? Recién le acaban de manosear el cerebro y él se despierta para jugar con la cama de la clínica ¡un loco!
No sabía si reír o golpearlo por idiota.
De todas maneras, no sería él sin sus tonteras...
─Hola... ─cerré la puerta tras de mí y recién cuando hablé notó mi presencia- No eres Homero, por favor quédate quieto...el doctor ya viene... ─yo sonreía como idiota, no podía evitarlo, él está bien, hermoso, sano y sus ojos puestos en mi ¿qué más puedo pedir?
Comencé a inquietarme porque Naza me miraba extrañado, con la frente arrugada. Dejé mi café y galletas en una mesita de luz.
─Y tú eres... ─dijo y sentí que me desmayaba, él no sabía quién yo era ¡No me conocía! ¡Ay no! Ahora sí que me desmayo, caigo redonda al suelo ¡me desmayo!
─No puede ser, no puede ser...oh por Dios... ─susurré, no quería asustarlo...pero yo estaba entrando en pánico ¿en verdad no me reconoce? No puede ser posible ¡Ayuda!
─Es broma...ven aquí Deya- señaló su costado.
─¡¡¡Serás idiota!!! - le grite- Casi me infarto o desmayo o algo...Te golpearía si no estuvieses medio muerto... ─me senté en la silla junto a su cama y comencé a respirar con normalidad, debía calmar la taquicardia de mi corazón ¡si será bobo!
─Medio muerto...todos dicen eso y yo no me lo creo... ─dijo y seguido se quejó al mover su cabeza para mirarme. Pobrecito...
Por instinto agarré su mano y le acaricié el rostro. Me miró sorprendido. Él no sabe todo lo que lo acaricié cuando estaba dormido ¡cierto! No sabe nada...
─Oye, me quede aquí, no te dejé ni un minuto...
─Lo sé, eres tan hermosa... ─ me puso esos ojos de enamorado y sentí que me desmayaba. Literal.
─Si te perdía, no sabía que haría...
─Lloraste mucho... Se nota en tus ojos─ oh, debía parecer japonesa de tan hinchados que tenía los ojos. ─Perdón por asustarte así, mi mamá ¿cómo está?
─Bien, se fue a delegar todos sus casos, no trabajará por un tiempo para estar contigo... ─pone cara de ¿tristeza? Debe querer verla, es su mami ─ Ella vendrá pronto, tranquilo, si quieres la llamo...
─No, no hace falta solo que... ─ me mira fijo como indeciso, sin saber si decir o no lo que piensa, siento que me está examinando... ─ Pensé que solo tú estarías conmigo...
─Debería ser ilegal ser tan tierno... ─ lo vi sonreír ampliamente y me miró aún más dulce que antes... Esperen ¿lo dije o lo pensé? ─ Lo dije en voz alta ¿verdad?
─Si...tú también eres tierna ─oh no, mis mejillas ya estaban rojas, mi boca siempre dejándome en vergüenza. Le he hablado tanto en estás horas que decirle cosas dulces me sale natural...pero ahora me oye y eso me asusta.
─Deja de hacer eso o moriré de la vergüenza... ─le advertí. Es la verdad, no sé cómo coquetear, lo que siento se me sale del cuerpo, lo quiero acariciar, besar su rostro, contarle cosas sin sentido. Estábamos en una conexión de miradas, sus ojos son tan hermosos, la magia abunda en ellos.
La puerta se abrió y ambos miramos, él antes que yo.
─Por favor dime que sigo en coma y esto es otra pesadilla... ─me dijo y volteé a verlo, su reacción al ver a la chica rubia que estaba de pie en el umbral de la puerta era de pánico absoluto ¿quién es esa? ¿Y qué le pasó a su cara?
─Hola Naza al parecer no te alegras de verme... ─la chica habló, su voz era muy chillona para mi gusto, tenía algo morado el rostro...y conocía a mi poeta.
─Permiso... ─ el doctor calvo llego al fin─ Señorita por favor espere afuera... ─le ordenó a la rubia. La chica miró a todos los presentes y cuando pensé que se iba a ir al fin, con una evidente falsa sonrisa se dirigió al doctor.
─Déjeme verlo, mi nombre es Melody Adrover ─presumió la rubia como si eso solucionará todos los problemas...Melody...Oh la esposa de Hache, digo Hans.
La ex de Nazareno.
Todo en mi cabeza se unió en un instante. Aún no logro procesar que Hans se haya casado...pero conocerla a ella es otro nivel.
Es perfecta. Es lógico que haya sido pareja de Nazareno... Yo en comparación soy la nada misma.
─Sí, sé quién es su padre- le dijo molesto el señor, me sorprendió su rostro, ya que siempre lo vi sonriente, pero la rubia lo saco de sus casillas- Pero aquí el único que tiene privilegios es el señor Villanueva y su tierna novia, por favor váyase ─ le ordenó nuevamente a la presumida chica, estaba realmente furioso.
La rubia dio media vuelta y se marchó, dando un portazo. Bien dramática la loca.
Amé al doctor calvo. Corrijo.
Amamos al doctor calvo. Naza miró sonriente y satisfecho cómo la joven desaparecía del lugar.
─Gracias por eso doctor, no quiero verla nunca más en lo posible...de lo contrario prefiero que me induzca al coma nuevamente.
─No habrá problemas con eso─ dijo sonriente el doctor─ Nazareno, debo revisarte─ me moví para que él doctor haga lo suyo al igual que la enfermera.
─No te vayas Deya, no me dejes... ─oír de nuevo a mi dulce poeta decir eso me dejo helada.