Algunas personas creen en el karma yo creo en la ley causa / efecto. Todo lo que hagas basándote en malas acciones traerán consigo malas consecuencias a largo, corto o mediano plazo, y la pobre Rebeca vivía las consecuencias de sus acciones, su vida de fiestas, derroche, diversión y de ser la Diva se había acabado y de la peor manera. Ven acá-dijo el viejo a rebeca quien sumisa llegó a este, vestía una sudadera larga, unas pantuflas y una camisa, su cabello recogido por completo y mirada baja. De la gran señora parecía no quedar nada. Aquel arrugado tocó sus propias piernas y esta mujer obediente cual perro ya adiestrado se sentó sobre estas, este llevó su diestra al vientre de su mujer el mismo que aun por las pocas semanas estaba plano. Aquí está mi hijo - dijo el viejo con tal orgullo a su secretario y el guardia de confianza presente, los cuales asintieron y vieron como aquel bajaba su mano metiéndola dentro del pantalón de Rebeca sin que esta pudiera evitarlo empezó a perforar con un dedo aquella vagina, la mujer aunque sus mejillas estaban rojas por la vergüenza no se negaba y lo mucho que hacía era apretar sus manos con toda la fuerza disponible, ladeando su rostro evitando a toda costa las miradas fijas de los presente. Seguro es tu hijo- cuestionó uno de aquellos sin dejar de ver con morbo las acciones del viejo, el mismo que asintió con la sonrisa más grande que podía caer en esa cara. Ella – dijo el viejo y miró a los dos hombres - se casó conmigo por mi dinero, lo sabía y no me importo, la amaba y la trate como la Diosa que para mí era, pero me menos preciaba, me insultaba y muchas veces me hizo ver como otro la penetraba – el viejo bajó un poco su mano haciendo que el comienzo de la vagina de Rebeca pudiera ser observada por los presente. creí que eso la haría quererme un poco. Pero ella se burlaba de mí, solo me dejaba tocarla si cumplía sus caprichos, de dinero y joyas, muchas veces me golpeo y casi acabo con mi orgullo, pero mírenla ahora – aquel viejo quizás… solo quizás tenía derecho en lo que hacía La otra mano fue directo al seno de esta y lo apretó, en ese momento Rebeca se quejó, debido al embarazo aquella zona estaba muy sensible el viejo sonrió al escucharla como si le gustara el dolor que esta vivía. Ya pueden retirarse- dijo el anciano, aunque hablamos de un anciano aquel hombre ciertamente pasaba los 60 pero aún estaba muy fuerte. Sigamos, Una vez ordenó su retirada los hombres se levantaron para salir y cerrar la puerta detrás de ellos, él levantó a la mujer y bajo su sudadera completamente, luego abrió su pantalón y baja el cierre sacando su hombría lista y lubricada ordenó a esta subir y cabalgar. No sabría decirles si era porque le gustaba la forma en que era sometida o la costumbre pero la mujer parecía que gozaba y sus gemidos se escuchaban por los pasillos y hasta la planta baja, ciertamente creo que todos se ponían caliente solo con escucharla. 5 meses después Hasta ese momento la vida de Rebeca no había cambiado, ella seguía viviendo aquel infierno y su esposo ni con la gran panza dejaba de tomarla donde él quisiera. Esta noche saldremos a comer luce el vestido rojo- dijo el viejo- ya sabes cómo – replicó antes de salir para dejar que la mujer se arreglara. Ciertamente siendo ya las 8:00 pm de ese día Rebeca estaba lista en la planta baja, después de tanto tiempo por fin volvería a salir. Esa noche la llevó a un muy elegante restaurante, ciertamente hacía mucho no se veía a Rebeca y el embarazo de esta dio mucho que hablar rumores que fueron creciendo al ver que la Diva había cambiado totalmente pero esos mismos fueron olvidados poco tiempo después pues los protagonistas jamás comentaron sobre el tema. Cuando llegaron al restaurante les dieron la mejor mesa y Rebeca se sentó junto a él como de costumbre, la cena era con unos clientes importantes por lo que la misma pasó lo más de tranquila, la mujer se sintió librada aquel día todo había salido bien y los hombres habían cerrado el negocio en los mejores términos, quizás por eso su esposo le dijo que se quedarían a ver el espectáculo, los señores debían irse pero ella y su esposo se quedarían a disfrutar del espectáculo, más sin embargo aquel viejo no se abstendría y debajo de la mesa no espero para tocarla y pellizcarla cerca de su intimidad haciendo que la mujer no pudiera negarse ni menos defenderse o quejarse. Levanta la mirada Rebeca y mira quien está delante de nosotros, ella hizo justo lo que le mandó pero su sorpresa fue grande al levantar su mirada, estaba Dante disfrutando de aquel espectáculo de manos de Jade quien igual que ella tenía una vida dentro, aunque no podía escucharlos por la distancia sus sonrisas decían todo y la mano que muy sutilmente estaba en el vientre de ella como si protegiera este, la dejó hipnotizada , el rubio miraba a jade con el amor y pasión que ella desea, aquella mujer por primera vez en toda su vida sintió su corazón siendo atravesado por una daga, y su mente voló a aquellos años en la secundaria, donde Dante solo tenía ojos para verla, incluso se reía de sus locuras más ilógicas, de sus manos abrazándola en días fríos y haciendo estos calurosos, en la primera vez que la tomó, tan suave y delicado con ella haciéndola sentir como una flor, fue perfecto, para ese momento sus lágrimas caían por esas mejillas mientras que su esposo seguía con aquellas caricias e introducía dos dedos, la mujer solo suspiro profundo pues su corazón estaba siendo destrozado por cada recuerdo que venía cayendo pedazo por pedazo y volviéndose polvo. Rebeca colocó ambas manos en sus piernas y por primera vez suplico – v...Va…vámonos – las palabras salieron despacio y entrecortadas con un tono amargo y débil al tiempo, el hombre tal vez tuvo compasión y la soltó para asentir, levantándose la ayudó a ella igualmente, sacándola del lugar en silencio hasta llegar al auto donde la ayudó a subir y cerró la puerta dejándola sola, rebeca no pudo más y rompió en un amargo llanto su pecho estaba tan cargado que se le dificulta respirar y dejar de llorar ,su esposo espero por más de una hora de pie afuera de este incluso impidió acercarse a cualquier persona , hasta que escuchó un silencio por dos minutos, abrió despacio la puerta y la vio aun con sus manos en su propio rostro, este subió y la abrazo suavemente, dejando leves golpes en su espalda. Mi pobre Rebeca ¿vamos a casa?- aquel tono fue el mismo de cuando se casaron y ella asintió levemente, así con un golpe suave a la puerta el chofer subió y fueron rumbo a la casa, al llegar bajó primero y ayudó a su esposa a bajar para llevarla a la habitación. Pero esta vez no era la habitación que comúnmente usaban esta era otra, totalmente diferente, más amplia y hermosa, pero la mujer no admiro esto ni cuenta se dio estaba cansada de todo, de llorar de aquella vida de pelear, por lo que su esposo quizás lo entendió así que solo la recostó y se acostó junto a ella, esta lo abrazo y cerró los ojos mientras que el viejo dejaba suaves caricias a sus cabellos la mujer poco a poco se fue quedando dormida.
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Editado: 04.01.2022