Dulce sabor

TRES MESES ANTES

Amor, espera ¿seguro que quieres hacer esto? – la morena cuestionaba con un tono de alegría pues iban rumbo hacia su tierra para celebrar la boda, habían acordado realizar dos ceremonias. Una en la gran ciudad  donde estarían rodeados de empresarios más poderosos y los medios de noticia y la otra en el pueblo con las creencias de Jade, aunque el rubio no era nada creyente hacer feliz a su esposa era su única verdad por lo que a esta boda sólo iría la familia Saint la misma que no era numera ya que solo la conforman  los padres del rubio su hermana, dos sobrinos  y Leo. El viaje al pueblo demoró más de lo normal  debieron detenerse muchas veces por el estado de la morena  dejando que esta descansara, y aprovechaban para vivir nuevas experiencias. Aunque no eran los únicos pasándola bien, pues Leo y la familia del rubio habían llegado mucho antes de lo acordado y más rápido ya que a diferencia de estos ellos tomaron un vuelo hasta la ciudad más cercana y desde ese lugar solo eran tres horas en carretera al paraíso que era aquel lugar, o así lo había contado Dante, aunque al parecer lo único que no les contó fue el camino al paraíso no era  un sendero de flores. Por lo que aquellas personas se enfrentaron a  sus miedos y terrores, por  casi 2 horas, más sin embargo al llegar pudieron  corroborar las palabras dichas por el rubio, cuando les contaba sobre ese lugar, más  al ver la acogida y aquella paz y alegría  que les ofrecían, vieron que el paraíso terrestre tal cual como decía el rubio si existía. Ahora sé que hay que pasar por el infierno para llegar al paraíso-aquellas palabras provenían del majestuoso ser Saint, las mismas que afirmaron con un gesto los presente. Para los de aquel lugar no fue muy difícil reconocerlos Dante era muy parecido a su padre, y la primera persona que llegó a ellos fue la madre de Jade,  dándole una muy calurosa bienvenida y haciendo que estos se sintieran cómodos, lo que no fue nada difícil. Dos días después la pareja al fin llegaba y justo al entrar a la aldea un grupo de niños pasaban corriendo  ¡Cuidado! – el rubio protegió a su prometida mientras miraba de reojo a estos hasta que vio dos figuras muy familiares -parecen esteban y estiven- dijo aquel mencionando los nombres de sus sobrinos, al tiempo que negaban  Jade había conocido a los pequeños pero eran niños muy educados y aquellos que corrían parecían potrillos locos desenfrenados, como iban a ser ellos además  se suponía que sus padres aun no llegaban, la pareja se miró y negó  pero el pueblo parecía repleto habían grupos de personas  en diferentes direcciones, Quizás había visitas- dijeron sonoramente para sonreír, al pensar en algún grupo de turistas. Pero el cansancio del viaje hizo querer a la morena dirigirse a su casa Me duelen los pies –comento a su prometido para comenzar a caminar de repente  a medio camino el rubio se detuvo - ¿es Leo?- Jade volteo a ver para darse cuenta que en medio de aquellas personas estaba el mejor amigo de su prometido vestido muy casual, pantalones negros cortos , una playera blanca y un enorme sombrero de paja, en su derecha sostenía un jarrón y en la izquierda un puro habano o tabaco pero no estaba solo pues  a su lado estaba el padre de Dante el gran señor saint  con un habano en su boca, incluso ante esa situación jade tenía que admitir esos hombres se veían elegantes, los hombres estaban fumando y bebiendo  entre risas , el rubio   sonrió pues nunca imagino ver a su padre así  pensaron en acercarse pero la madre de Jade se interpuso , está junto a la hermana y madre del rubio los habían visto llegar y salieron a saludarlos. ¡Hijo! –exclamó la señora Claudia de Saint, madre de Dante,  aquellas mujeres saludaron a los recién llegados, para luego mandar  al rubio con los hombres y ellas llevarse a la morena, -tienes que medirte el vestido -dijo la madre de esta mientras caminaba  a su casa. La morena pensó en negarse pues en realidad se sentía cansada pero antes de ingresar a su casa a  lo lejos vio a Alberto, este venía tomado de la  mano de Andrea  la hermosa  mujer de la ciudad, tenía que admitir la mujer es hermosa y se veían tan bien juntos, aquellos caminaron el uno hacia el otro y detuvieron sus pasos frente a frente Jade…-dijo Alberto sabía que había sido un mal hombre con ella pero antes de decir otra cosa Jade le sonrió y abrió sus brazos, él reconoció el gesto e  hizo lo mismo y soltando la mano de la mujer se abrazaron por unos segundos .  Todos  los presenten incluida aquella mujer conocían la historia de estos dos ella  había vivido la angustia de este por tantos años, la culpa y depresión, que al verlo sonreír de aquella manera ella se sintió feliz desde el fondo de su corazón e igualmente Dante  conocía el dolor y el corazón de su prometida por lo que solo se limitó a ver  la escena desde lejos, durante varios segundo pareció que el tiempo se detuvo todo se quedó en total silencio  como cuando pausas una película hasta que aquel abrazo lentamente se desvaneció reanudado   todo alrededor, los amantes volvieron a sonreír y  Alberto por primera vez presentaba a las mujeres,  para luego pedirle a jade hablar pero esta negó Vete con los mayores, primero y luego hablaremos  - dijo la morena al masculino y este no tuvo más remedio que dejar a su esposa con ellas debido a que jade la había tomado de la mano, para llevarla, aquella tarde Andrea entendió perfectamente  cada palabra que su esposo decía con respecto a Jade. De allí hacia adelante todo fue una fiesta, el pueblo tenía a sus hijos de regreso y trajeron prosperidad felicidad y nuevas semillas. Al caer la noche y luego de tiempo sin regresar Jade quería ir a ese lugar, marchándose al descuido de los demás. Qué haces aquí- dijo Alberto al ver a jade en la colina mirando el cielo mientras colocaba sobre sus hombros una cobija. Sintiéndome feliz al verte, fui a verte pero nunca te encontré  Alberto-contestó la morena y suspiro para proseguir - ahora creo que mi felicidad está completa, y vine aquí a agradecer al cielo y a nuestros Dioses por esta vida  Esa  vez regrese por ti, quería pedirte perdón pero fui un cobarde –empezó por decir aquel- pero no estabas , te busque por días entero en muchos lugares, al ver el video tuyo en ese lugar de ricos, fui y te busque allí me informaron donde podía hallarse cuando fui por ti y te vi así de sonriente con ese señor, sentí un alivio- sobre aquellas palabra había tanto sentimientos que las lágrimas brotaban solas-  te vi feliz incluso más de lo que yo te hice –en ese momento la morena lo interrumpe- Los amores son tan diferentes son como pasteles de diferentes sabores, vamos a pedir  por nosotros y a agradecer lo ya brindado por los Dioses. Hagámoslo juntos - agregó con una sonrisa tan dulce como encantadora  el masculino para pararse a su lado. Los chicos juntaron las manos e inclinaron la cabeza, quizás la vida de ellos estaba escrita de otra forma y los Dioses le dieron más de lo que habían considerado tener algún día, mientras estaban en esa ceremonia, Dante los observaba y al ver  que Andrea   se acercaba a ellos  la detuvo Están rezando  y para ellos es muy importante –le dijo Dante  a la contraria quien detuvo su andar- ¡Oh! Entiendo. ¿Eres el prometido de la joven Jade? - cuestiono la mujer recibiendo un leve sonido de afirmación -la conocí cuando apenas llegó a la capital y siempre creí que es muy hermosa, déjeme felicitarlo-  volvió a comentar para sonreír antes de regresar con las demás mujeres, siendo  seguida por el rubio Yo igual y me enamore -dijo aquel hombre de camino a la aldea con los demás, Somos afortunados mi hijo y yo a pesar de todo Alberto es una gran persona- agregó la mujer sin mirar al rubio pero mientras se tocaba su vientre abultado Jade una vez dijo -Alberto no es una mala persona, los Dioses conocen nuestros corazones mejor que nosotros- sonrió al decir aquello, el hombre no era creyente como ya sabemos pero conocer a jade era creer en todo sobre ella. La conversación de aquellos se extendió por un largo rato, hasta  que el gruñido en el abdomen de la morena los hizo reír –vamos debes comer- antes de que ambos regresaran. La noche no fue  tranquila, aquella fiesta duró hasta el amanecer, los esposo  durmieron hasta un poco más del medio día, y al despertar  había muy pocas personas en el pueblo, Jade y Dante creyeron  que aún dormían, por lo que decidieron relajarse en la cascada cerca. Aquella tarde pasaron en aquel lugar disfrutando de esas aguas y  de su  último día como  novios. Por algún motivo, verme casada contigo es mi mayor alegría- comentó la mujer al hombre y este sonrió, para responderle con un beso sobre esos labios- yo simplemente soy feliz. Lo que quedaba del día  se limitaron a disfrutar de este al tiempo que descansaban, pero al llegar a la aldea casi a la anochecer fueron separados, la tradición era esa y estos debían no verse hasta el momento de su boda, aunque fuera una noche pasaría larga.




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