Dulce sabor

CAPÍTULO 9 ESPOSOS

 

 Al amanecer  empezaron los preparativos para la unión, el rubio se encontraba lleno de nervios como jamás había sentido, su cuerpo era un temblor andante y sus manos frías como el hielo

Ya cálmate hijo-decía el señor Saint a Dante mientras que esperaban  que el padre de Jade llegara, aquel masculino se tardaba comentó Dante pero su mejor amigo negó, pues el horario estaba diseñado, los siguientes minutos fueron eternos hasta que por  fin un hombre empezó a hablar anunciando la salida  de Dante, afuera las personas se acomodan en sus lugares, y un pequeño altar en medio del jardín con el padre de jade detrás de este para bendecirlos como era la tradición, aquel rubio se detuvo al inicio del camino y miró a su derecha , sus ojos quedaron clavados en la hermosa jade al ver como esta se acercaba tomada de la mano de su madre, ante los ojos del rubio se veía totalmente hermosa y esa sonrisa alumbraba cara rincón de su ser, al llegar es entregada y  las madres de ambos se inclinan para despojarlos de sus calzados, así caminar descalzos al altar. Los novios vestían de blanco como es lo natural, él lucía unos pantalones de fina tela y una camisa con los dos botones superiores  abiertos como era su costumbre  se veía radiante y espectacular cual galán de novela. Y ella gracias a su vientre un tanto plano pudo resaltar con un vestido largo con un escote en la espalda le favorecía su cabello suelto la hacían parecer una de esas diosas antiguas.

Ellos fueron la ilusión de muchos al verlos caminar tan felices , el padre de jade entre lágrimas celebro y bendijo aquella unión la misma que no duró más de 30 minutos, pronto estaban casados por su religión, y no podían evitar verse  el uno al otro como si no creyeran aún  lo que pasaba, la fiesta fue todo el fin de semana  incluso los guardias  gozaron  de esa celebración y más de una joven soñaría después de ese día con una historia igual que la de Jade y Dante, llena de amor, lujos y un príncipe encantador.

Una semana después el pueblo volvió a quedarse sin sus visitantes aunque con muchas historias nuevas. La feliz pareja volvió a casa con una pulsera que indicaba su unión y más felices, y con ellos regresaron la  hermana y los  sobrinos de Dante, los padres de ambos chicos  viajaron a la ciudad  ya que en 15 días se realizaba la segunda boda y la ansias de las familia estaban en su más alto nivel.

 

Entre preparativos  el tiempo se fue volando y pronto habían pasado 15  días  como si cabalgaran velozmente,  la noche anterior las mujeres disfrutaron de una cena sola y largas conversaciones que terminaban en risas, mientras que ellos bebían vinos y comparaban con otras bebidas.

Al amanecer los nervios invaden cada rincón de la mansión, Jade vestía un hermosos y frondoso traje de novia blanco  con una cola larga y un encaje dejando ver poco su parte superior, su cabello recogido en un peinado espectacular, un sutil maquillaje y un ramo de flores en la mano mientras que esperaba en la habitación  que la música sonará para anunciar su entrada.

 

El  jardín había sido decorado  tan detalladamente ya que nada podía salir mal porque para el momento y el motivo todo debía estar perfecto, pronto los invitados empezaron a llegar, entre los que se encontraban algunos periodistas, los Saint era una familia muy poderosa y la boda del heredero no pasaría desapercibida. La ceremonia empezaría a las 3:00pm y Dante parecía no tener ganas de esperar, miraba su reloj cada segundo y caminaba de un lado a otro mientras que respiraba  acelerado quizás por los nervios. Hasta que escuchó a Leo anunciarlo. El rubio se acomodó su ropa aunque se veía hermoso, impecable y elegante, para respirar profundo caminando al altar cada paso que daba era captado por las veloces cámaras  él se detuvo  una vez estuvo al pie del altar y volteo para quedar de frente con los invitados, aunque el masculino intentaba ocultarlo su  corazón latía a mil, sus manos  sudorosas y su mirada penetrante impregnada con ansias y amor dejaban al desnudo sus sentimientos.  Pronto la melodía nupcial empezó a sonar, la hermosa Jade apareció de mano de su padre y caminaba rumbo a el altar donde la esperaba el rubio quien colocó su mano derecha en su propio pecho, su corazón parecía un salvaje caballo que buscaba escapar del encierro y salir a toda prisa,  por primera vez en su vida las lágrimas empezaron a salir,  al ver a esa mujer caminar hacia él era la sensación más hermosa y su piel se erizaba  aquel hombre  admiro cada momento y cada paso, cada gesto, cada sonrisa y esa mirada dulce que Jade le ofrecía como si fuera un tesoro más preciado que cualquier diamante y el mismo que buscaba guardar en su memoria.

Al estar de frente  a ella , extendió su mano  para tomar la de esta mientras la miraba fijamente -Te entrego mi tesoro más valioso Dante saint cuídalo, protégelo y ama a esta mujer– fueron las palabras del  padre de Jade al momento que dejaba las manos de su hija sobre las del rubio quien se apresuró a tomarla  con tal delicadeza el rubio  asintió   ante el mayor y se inclinó en agradecimiento, luego miro a Jade y se acercó sólo un poco para dejar  un beso en la frente de la mujer, ella levantó su mirada y con una sonrisa  se soltó de las manos del rubio para limpiar las lágrimas que corrían por las mejillas del hombre.

 La ceremonia inició  ellos escuchaban cada palabra que el sacerdote decía compartieron cada acto de esta con los acompañantes y las cámaras grababan el momento, hasta que llegó la hora de que dirían sus  votos

Dante saint diga sus votos -dijo el sacerdote al rubio quien se volteo a ver a la morena,  esa mirada  dulce de ella lo hacía sentir más nervioso y tomó su mano, para suspirar profundamente antes de empezar a hablar.




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