Aún después de meses del enfrentamiento, todos en el reino hablaban de la gran pelea. Lee era siempre el centro de atención, aunque no le gustase a Stephan, había demostrado su fuerza y poder para estar a la altura de cuidar a su amigo.
En una de las reuniones matutinas del Rey, Lee estaba viendo continuamente a un búho volando cerca de la oficina del Príncipe, le parecía un mensajero espitural pero jamás se atrevió a preguntarle a Michael. Ya que siempre sus conversaciones eran sobre trabajo y nada fuera de ello.
Una mañana aquel búho estaba muy cerca de Michael, Lee no estaba prestando del todo atención debido a la presencia de este. Pues le parecía una ave muy hermosa y majestuosa. Cuando el búho sintió la mirada de Lee este giro su cabeza sorprendida.
— Señorita Lee, ¿escuchó lo que le dije?—Michael estaba algo irritado esa mañana, por lo que no toleraba que Lee estará distraída.
— ¿Qué dijo señor?—Respondió.
— Señorita Lee, le informó que no tolerare estas distracciones.
— Lo siento majestad, lo que pasa es que últimamente e visto que tiene un búho cerca de su escritorio, siempre entra y sale de la habitación.—Cuando Lee habló del mensajero Michael se quedó en silencio.
— Majestad, ¿le pasa algo?—Preguntó Lee confundida.
— Oh disculpa, podrías repetirme eso último que dijiste.
— ¿Sobre el búho que tiene justamente en su hombro?
— Si, ¿cómo es que puedes verlo?
— Ni yo misma lo sé, desde pequeña los puedo ver pero jamás supe la razón.
Michael estaba sorprendido, nadie había hablado de Kira desde hace años, su difunta madre solo podía verla.
— Mamá porque nadie puede ver a Kira. Todos creen que estoy jugando.
— Algún llegará alguien que pueda ver el mundo de la misma forma que tu, y pueda comprender esos sentimientos.
— ¿Majestad esta bien?—Pregunta Lee confundida, pues se había quedado callado después de saber que alguien podía ver a Kira. Lee se había acercado al rostro de Michael preocupada al no atender a su llamado.
— Si estoy bien.—Dijo volviendo en sí y avergonzado al tener a Lee tan cerca. En todos estos meses que habían pasado juntos Michael no se había sentido de esa forma al tenerla cerca.
Había noches en las que Lee se quedaba tarde por ayudar en todos los asuntos que necesitaba el Príncipe, la carga había bajado debido a la rapidez con la que trabajaba ella. Nunca se había tomado el tiempo de ver tan cerca la belleza que estaba bajo sus ojos.
Se sintió algo incómodo que prefirió salir un momento, con el pretexto de distraerse debido a la carga de trabajo.
— Dejeme acompañarlo majestad.
— No te levantes, estoy bien. Solo iré aquí afuera unos minutos. Tu continúa con el informe.
Para Lee era extraño el comportamiento que tenía Michael, por unos segundos parecía haberse ido en un viaje en el pasado y después sus mejillas se tornaron de un color rosa. Solo pensaba que cada día más conocía una nueva faceta del Príncipe, posiblemente tarde o temprano se ganaría su confianza.
Por otro lado, Michael no dejaba de calmar el calor de su rostro, seguía pensando en los pocos milímetros que había en el rostro de Lee y el suyo. No había notado que era una mujer muy hermosa, quería saber el motivo del que su cuerpo estaba comportándose de manera extraña.
¿Qué había cambiado? Porque de la nada estaba reaccionando a la palabras de una mujer que solo veía como empleada. Aquel recuerdo de su madre había regresado por el simple hecho de ver a Kira, desde hoy las cosas iban a ser diferentes para ambos.
CONTINUARÁ...
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Editado: 01.08.2020