Dulce Tormento

Desconfianza

Los próximos días Lee no pudo ver a Michael, parecía que siempre buscaba una excusa para no verla o estar a solas. Lee estaba sospechando por sus acciones, ¿qué le hizo cambiar? Por su parte Michael cada vez que veía a Lee recordaba sus palabras, se había enamorado de otra persona mucho antes que él. Luchaba con aquellos pensamiento donde solo le mentían diciéndole que el único con sentimiento era él. 

Lee estaba cansada, ya pronto se verían las caras en la boda pero ella no estaba conforme. Sospechaba que algo malo sucedía, en uno de sus asuntos habló con Philip para tenderle una trampa y dejarlos encerrados en el despacho, pues este solo habría desde afuera.

—Majestad debemos hablar —anuncia Lee entrando al despacho.

—Lo siento Lee, tendremos que hablar después. En este momento tengo unos asuntos que atender, si me disculpa —Michael intenta abandonar la habitación pero esta ya estaba cerrada—. ¿Qué demonios? —susurró intentado girar la chapa pero esta no habría.

—Ya no hay forma para que escapes de mi. Ya basta de evitarme.

—No se de que me hablas Lee, por favor abre la puerta. Necesito salir por unos asuntos —rechista viéndola.

—¿Ah sí? Dime tus asuntos —replica acercándosele. Michael desvió la mirada y prefirió sentarse—. No me mientas, dime que sucede.

—No se de que me hablas.

—Te lo repito una vez más, ¿qué sucede? —insiste.

—¡Ya te lo dije, no pasa nada! —grita molesto. Lee lo miró decepcionada este hombre era terco, si las cosas no mejoraban ambos saldrían lastimados.

—Si eso fuera cierto no me evitarías como lo haces estos últimos días, a caso cambiaste de parecer que ya no te quieres casarte conmigo —Michael no era paciente.

—¿Casarme contigo? Realmente crees que no lo deseo, ¡es lo que más quiero en mi vida! —responde exaltado—. Pero respóndeme tú, ¿te vas a casar conmigo por obligación? —eso último le era extraño a Lee.

—¿De qué estás hablando? ¿Crees qué por eso lo hago? ¡Qué diablos te sucede! 

—Lo mismo te pregunto Lee, que diablos haces comprometida con un hombre que no amas —Lee estaba confundida—, ¿crees qué estoy loco? Te oí hablando de eso el otro día, estabas enamorada de alguien más, solo me usaste como tu consuelo. 

—No debiste escuchar eso —balbucea.

—¿Por qué? Acaso planeabas mentirme todo el tiempo. No soy idiota —Michael estaba dolido por la situación, Lee no sabía que el había escuchado su conversación, estaba malinterpretando las cosas.

—Las cosas no son como las crees.

—¿Ah no? ¿Qué me vas a decir? Qué cuando te cansarás conmigo te ibas a fugar con tu humana, que cuando muriera regresarías a dar la maldita cara —Lee no aguantó más, se acercó a Michael dándole una cachetada para que reaccionará, las cosas iban a llegar a lejos.

—No pongas en mi boca palabras que no dije —responde molesta—, es verdad que me enamoré de una humana, dejé la militarizada para hacer una nueva vida. Yo no tenía planes de casarme, solo quería iniciar de cero, en mis planes no existía el enamorarme de ti —Michael no escuchó esa parte aquel día—, estaba reciente de una relación, fue por eso que no te di una respuesta inmediata, quería sanar mi corazón antes de dar un paso, los días pasaban pero cuando menos lo pensé estabas en mi cabeza. No podía dejar de recordar aquella persona que me demostraba su sincero amor... Realmente te amo Michael —finalizó entre lágrimas.

Este solo se puso a llorar a la misma sintonía que Lee, se acercó a ella abrazándola con mucha fuerza. 

—Perdóname Lee, no sabía de esto —lloriquea sin soltarla. Ambos habían cometido un error, el no ser sinceros a sí mismos. 

Esa noche ambos permanecieron abrazados compartiendo cada una de sus incomodidades, la noche era eterna para ellos. No existía un mañana.

CONTINUARÁ ...




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