Tan pronto pasaron los días que la nieve comenzó a sentirse cada vez más suave. La época de invierno estaba acabando, los nuevos reclutas llegarían a la institución.
El equipo estaba de vuelta, todos regresaron al lado de Lee. No podían dejar sola a su Capitana, le serían fiel hasta la muerte. Ted, Hank, Jock y Colly; cada uno desempeñaría sus dones en diferentes localizaciones.
El plan era mostrar sus capacidades a los nuevos, demostrarles aquellas habilidades que desarrollarían en su estancia en el cuartel. Todo comenzaría con un juego de rallye, en diferentes estaciones los chicos competirán para ganar puntos, con el propósito de demostrar sus dotes y así saber su puntaje.
Muchos en el pueblo ingresaron a la institución, aquellos humanos que no tenían un poder se les inyectaba un don, uno que soportara su cuerpo. En esta ocasión como Lee estaba al mando, la formula fue cambiada, antes se veía que aquellos dones que rechazaban al humano acababan con sus vidas. En esta ocasión era imposible, pues Lee quería disminuir la mortalidad de la sustancia.
Si existía un rechazo, su cuerpo no presentaba síntomas dañinos, solo algún resfriado para expulsar la sustancia, mismos síntomas que cualquier otra enfermedad.
Una vez iniciado la ceremonia de presentación el rallye comenzó. Muchos ganaron bastante puntos, otros no consiguieron ni uno, pero todos disfrutaron de la diversión del lugar.
La celebridad era Lee, así que no todos pudieron pasar a la última fase del juego. Derrotar el récord de la Capitana en su simulador de batalla; la pequeña caja azul con un minúsculo botón rojo.
Tres jóvenes solo pudieron mantener su fuerza hasta la final. Una chica de grandes ojos y piel clara, y dos varones con distintas cualidades; el primero se miraba tranquilo, a simple vista se dudaba que llegara a la final. Y el segundo estaba ansioso por ganarle a Lee, su energía estaba al tope.
Para una mejor vista, colocó al público en pequeñas bancas llevándose a los chicos al simulador. Todos podían disfrutar en primera fila la última estación; la mejor esperada.
—¡Felicidades chicos! El estar parados frente a mí ya los hace ganadores. Pero se que no es suficiente, es por ello que preparé para ustedes un grandioso escenario —el clima cambio dentro del simulador. Era caluroso y el poco viento que rondaba era caliente. A lo lejos había muchos arboles que cumplían una función—. El reto es el siguiente, detrás de esos grandes robles esta oculto un raro y valioso tesoro. Si logran obtenerlo sin ningún rasguño en menos de un día serán los ganadores.
El tiempo de la caja era diferente al actual, podrían pasar años pero en la dimensión eran días. El desequilibrio temporal era un factor importante, la gran parte de las guerras requerían mucha fuerza, es por eso que el entrenamiento debía ser muy estricto. Los errores no eran aceptados en el equipo de Lee.
—Les deseo mucha suerte. ¡Comiencen!
~~~~~~~~~~~
En primera línea estaba uno de los chicos intentando acercarse a los árboles, pronto pudo notar que el paso era imposible , las grandes raíces protegían la entrada evitando que pasarán por tierra.
Los otros dos no tuvieron problema, su don estaba beneficiado con las alas, podían pasar a través de la barrera aterrizando sin problema, o eso creían.
Al pisar tierra enemiga la fauna tomó represalias, raíces intentando capturarlos. Explosiones de frutos venenosos con alucinógenos. Todo calculado para hacerlos caer ahí mismo.
La chica no tendría problema, su don era magia, podía conjurar escudos que la protegieran de las sustancias. Pero no contaba con que las plantas tendrían niveles más altos que su poder. Al insistir demasiado con su mana comenzó a agotarse su fuerza.
El chico serio, continuó caminando por uno de los caminos que se abrió frente a él, su rango no era menor al de la chica. Pudo pasar sobre los venenos sin tener alguna reacción.
Desde lo lejos Lee veía como el chico estaba cada ves más acercándose al final, pero el otro interfirió poniéndole una trampa. Este chico era travieso, jugaba de una manera sucia, quería el reconocimiento de Lee a toda costa.
—Lo siento, pero ese tesoro es para mí. No deseo que nadie más gane —rechistó el chico dejando al otro pegado a una telaraña.
Lee intentó interferir, pero cuando menos lo pensó el chico había desaparecido. Su aura estaba moviéndose por el bosque a una velocidad impactante. Esta le siguió el rastro para saber cómo terminarían las cosas.
En el centro del lugar estaba aquella flor extraña que Lee había obtenido; la flor del infierno. Sus recuerdos habían sido implantados en el simulador, todas las pruebas fueron mediante los recuerdos de aquella aventura.
Al acercarse a la flor, el chico intentó tocarla pero no era todo fácil. Al entrar a la zona una niña salió, esta no se veía amigable, su rostro era serio.
—Demuéstrame que eres digno de mi grandeza —menciono la flor disparando una gran carga de energía al chico.
Este quedó asombrado, pues la chica no aparentaba ser fuerte. Recorrió las mangas de su camisa y preparó un par de armas para enfrentarse a la flor.
Mientras estos competían, el chico tranquilo aprovechó la oportunidad para tomar el tesoro, este terminó por usar como conejillo de indias al tramposo. Una vez obtenido el tesoro la prueba finalizaba.
Todos alabaron al chico ganador, Lee bajó de su escondite y desactivó el simulador protegiendo a los otros dos competidores. La chica solo dormía debido a la falta de mana, uno de los capitanes se acercó curando sus heridas.
—¡Felicidades chico! Haz demostrado que eres capaz de enfrentar mis pruebas. No solo ganaste el reconocimiento de todos, si no el privilegio de ser mi estudiante —todos quedaron asombrados al saber el premio—. No solo el puede tener ese privilegio, todos pueden obtenerlo si siguen entrenando, durante cada dos meses se presentarán pruebas para ser categorizados dentro de los cinco mejores. Cada uno de los puntajes serán plasmados en distintos puntos de la institución, entrenen mucho y verán que ustedes también podrán ser mis alumnos.
Todos gritaron de emoción, esa motivación era más que suficiente para que se esforzarán al máximo. Muchos de los nuevos eran hijos de reclutas que habían trabajado con Lee, sus historias inspiraban a otros a desear pelear a su lado.
—Por cierto campeón, ¿cuál es tu nombre? —El chico giró su cabeza mirando a Lee sin expresiones.
—Mi nombre es Francis, Francis Cliad.
CONTINUARÁ...
#16638 en Fantasía
#3397 en Ciencia ficción
omegaverse, vampiros humanos hibridos, reynos reyes misterio aventura y magia
Editado: 01.08.2020