Dulce Tormento

Más tragedias y muertes

Lee estaba presionándose más, su poder estaba explotando después de años sin uso. Al querer romper la última capa de energía, todo se fue por la borda. Jerry había llegado para detenerlos, arrojó a los chicos dejando a Lee sola frente a los otros. 

—¡Te dije que no te alejaras! —Exclama molesto alzando su cuerpo. 

Lee luchaba por zafarse de su agarré, quería sostener a Minley, pues había sido llevada por Hank.

—¡Suéltame!

—Te has vuelto muy insoportable. Esa estúpida mujer te malcrió, es bueno que le haya dado una lección. Ahora me ocuparé de otras cosas.

—¡Suéltala Jerry! —Grita Michael intentando entrar.

—Oh primo, no te veía desde hace mucho. ¿Cuánto ha pasado? 6, 8 meses. El tiempo que tu bella esposa fue mía.

—¡No digas estupideces! Se toda la verdad, Lee jamás te tocó. Aunque le borraras la memoria, ella me deseaba siempre. Sigues siendo tan poco hombre para ella.

—¡AHHHHHH! —Exalta molesto—, eres una basura Michael. Jamás te perdonaré, te haré sufrir más tiempo. Te daré una exclusiva cuando tome a tu querida esposa como mi propiedad. Cuando le haga un hijo y mate al tuyo.

—¡NO TE ATREVAS A TOCARLAS! 

—¿Qué me vas a hacer? ¿Matarme? —Deleita burlándose—. La capa de energía es tan gruesa, que un vampiro incompleto no sería capaz de romperla. Es mejor que te rindas y disfrutes del show. 

Jerry tomó el cuerpo de Lee colocándole una vista perfecta a Michael. La tomaría como suya sin importar quién mirase, la bestia arrancó toda su ropa, su cuerpo quedó descubierto mientras luchaba. 

Michael no dejaba de golpear la barrera, nadie podía interferir. Los chicos habían sido manipulados con la magia de Jerry, su maestra le había enseñado perfectamente el control del mana.

—¡Perdóname, te amo! —balbuceo Lee mirando con tristeza a Michael.

Este no podía dejar que ella fuera de otro, juró ante el altar proteger a su amada. Ahora no era momento de comportarse como un niño pequeño y debía actuar por sus dos amores.

Tomó un poco de calma y concentró su energía. Si debía despertar su poder era para protegerlas, no podía permitir que Jerry se saliera con la suya.

El cuerpo de Michael cambió, su mana estaba produciéndose muy rápidamente. Sus ojos cambiaron, su rostro moldeó un par de cuernos lo bastante largos y puntiagudos. Estaba convirtiéndose en un sangre pura completo.

Jerry estaba tan metido en su papel, que no vio venir aquella aura amenazante de Michael. El hombre solo chasqueo los dedos y rompió la barrera, su energía era mucho más poderosa. 

—¡Te dije que no la tocaras! —Enuncia Michael tratando de alejarlo.

Aunque su magia era de un nivel superior al de Jerry, este tenía ventaja al saber controlarla. Sus trucos fueron enseñados por la misma Lee, pues este se había encargado de ocultar su imagen por un rostro de un niño diferente, uno que se llamaba Francis, aquel estudiante que durante muchos meses, estuvo bajo el cuidado de Lee.

—Parece que esta pelea será emocionante —deleita el chico tomando un poco de mana en la palma de su mano.

—Ya no más juegos Jerry, todo acabó. 

Esta vez su fuerza estaba a la par, podían seguir luchando hasta morir. Lee aprovecho que estos estaban distraídos para acercase a Minley. 

Hank y Josh seguían en el suelo, no podían levantarse debido a un conjuro puesto por Jerry. Lee necesitaba romperlo, debía regresar a aquella chica poderosa que fue en el pasado, no podía rendirse ahora que su pareja luchaba por su bienestar.

Volvió a concentrarse y pensar en alguna solución para deshacer el hechizo. Si este era parálisis, debía buscar lo contrario. ¿Movimiento? ¿Rapidez? 

—Movilidad —susurró expulsando mana hacía los chicos. 

Ambos lograron despegar sus cuerpos del suelo, Lee seguía impaciente por conocer el paradero de su hija, ella no estaba con Hank, sus manos estaban vacías.

—Hank, ¿dónde está Minley? —Pregunta ansiosa.

—Tranquila, mientras yo este bien ella permanecerá segura dentro de una burbuja, una que es repelente a hechizos. 

Lee calmó sus nervios, ahora se encargarían de buscar una solución. La pelea no se detendría hasta que uno de los dos muriese. Debía buscar un método donde sus recuerdos regresara, donde todo volviese a la normalidad.

Aunque solo fueron pocos minutos, ya estaba decidido quien ganaría en su enfrentamiento. Michael tenía la victoria, era el menos cansado ya que Jerry había gastado parte de su energía en las barreras.

—¡Ríndete! Tu mana está por acabarse —argumenta Michael mientras sostenía a Jerry contra el suelo.

—¡Jamás te permitiré ganar! ¡Podrás vencerme hoy pero regresaré!

Jerry era muy terco, no se iba a rendir. A las pocas fuerzas que le quedaban, mando una carga de energía directa a Hank. Había escuchado de su plan, si Jerry caía también la familia de Michael.

Hank salió disparado con graves heridas, al tener poco mana, el conjuro que protegía a Minley estaba débil. Michael no entendía sus planes, solo seguía amenazándolo, fue hasta que Jerry río a carcajadas. 

—¡Mira y observa el espectáculo! —Jerry había jugado sucio. La misma carga de energía que había golpeado a Hank, mataría a Minley.

Lee corrió hacía su hija, estaba muy lejos, no llegaría. Todos intentaron evitarlo, la energía golpeó parte del suelo, dificultándose la visibilidad del otro lado. Lee se desmoronó, su pequeña había desaparecido, se la arrebataron de la manera más cruel. 

Una niña que no se merecía la muerte, su destino había sido fijado desde el nacimiento.

CONTINUARÁ...




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