Durmiendo junto al Ángel

Capítulo 4 | Un beso con sabor a chocolate.

Me moví incómoda en la cama, sentía que alguien me observaba y no era agradable. Luego sentí pequeñas manos es mi cabello, volteé para saber de quien se trataba y era mi pequeño sobrino Max de cuatro años. Lo tomé en mis brazos y planté un par de besos en sus mejillas.

 

—¿Qué haces tan temprano despierto Maxi?.—Rasco su cabeza.

 

—No es temprano tía.—Fruncí mi ceño y mire el reloj en mi mesa de noche.—Tu novio está esperando.

 

Lo miré confundida, tomé mi celular y tenía dos mensajes de Blake.

 

Blake: Necesito hablar.

 

Blake: Estoy llegando a tu casa.

 

No podía ser posible, ese mensaje fue hace cuarenta y cinco minutos, y nadie me despertó.

 

Entre lo más rápidos que pude a la ducha y salí de inmediato. Me vestí con lo primero que encontré.

 

—¿Segura que quieres salir así?.—Lilah llego a la habitación y se sentó en mi cama.—Esa blusa no combina con esos pantalones y mucho menos los zapatos.

 

Llevaba un zapatos de diferente color. Me puse un vestido de flores con un escote abierto y de tiras. Me peine y me puse un poco de brillo labial.

 

Bajé las escaleras de la casa y negué al ver a Blake jugando un videojuego con Sam; Mason y Ahston estaban al lado de los dos viendo atentamente la pantalla.

 

—Te dejamos dormir un rato más, ¿Quieres?.—Mamá me ofreció unpoco de fruta, negué.

 

—¿Blake no se volvió loco?.—Pregunté mirándolo, estaba muy concentrado en lo que hacía.

 

—No, es un muy buen muchacho.—Mamá me abrazo por los hombros y planto un beso en mi mejilla.—Te mereces esto.

 

Caminé hasta donde estaban, no quería interrumpir, pero Blake llevaba mucho tiempo conviviendo con mi loca familia.

 

—Creo que es hora de llevarme a mi novio.—Hablé poniéndome al frente del televisor, los chicos empezaron a abuchearme. Blake soltó una risa y se levantó del sofá.

 

—Adiós chicos.—Blake se despidió de cada uno de los chicos con un choque de puños y luego siguieron jugando.

 

Salí de la casa junto a Blake, me crucé de brazos y suspire.

 

—¿Porqué no me llamaste?.—Blake me miró a los ojos y negó.

 

—Te envie dos mensajes, le dije a tu mamá que iba a volver más tarde pero ella se negó y me invitó a desayunar.—Choque una de mis manos contra mi frente algo estresada.

 

—Conviviste con mi loca familia por mucho tiempo, ¿Estás bien?.—Inspeccione su rostro, caminamos hasta la cafetería.

 

—Estoy bien, me agrada tu familia.—Respiré profundo.—Me invitaron al cumpleaños de tu abuela, dije que si.—Había olvidado por completo decirle a Blake.

 

—¿Qué es lo que querías decirme?.—Pregunté cambiando de tema, nos sentamos en una de las mesas libres y esperamos a que nos atendieran.

 

—Iré a Alemania un tiempo, necesito buscar respuestas.—Fruncí mi ceño.

 

—Buenos días, ¿Qué desean ordenar?.—La chica pelinegra se acercó muy animadamte, me miró por un segundo a los ojos.

 

Es una lástima que tenga novia, es demasiado apuesto.

 

—Un batido de chocolate.—Hablé, Blake la miro y vio la carta.

 

—Una limonada estaría bien.—La chica le sonrió a Blake.

 

—¿Buscar respuestas de como irte?—Asintió.

 

Aún no sabía como yo podía ayudarle en esto, él era un ángel y yo una simple mortal, no entendía mucho todavía.

 

—Está bien, al parecer mi famili te va extrañar.—Blake río.

 

—Aquí están sus refrescos, que los disfruten.—Le dedicó una mirada a Blake.

 

—Al parecer a todas les gustas.—Hablé bebiendo un poco de mi batido, Blake me miró.

 

—¿De que hablas?.

 

—No dejan de mirarte, desde que entramos a este lugar tienes todas las miradas de cada una de la chicas.—Voltee a ver a todos lados, las chicas que lo miraban desviaron su cabeza.

 

—No es cierto.—Asentí, bebí más de mi batido.

 

—Incluso las que tienen novios.—Mire a la chica que estaba detrás de Blake junto con un chico.—No dejan de pensar que eres apuesto.

 

Blake miró a a todas partes, no le estaba mintiendo, era verdad

.

—Iré al baño.—Me levanté de la silla y caminé hasta el baño, las chicas quitaron la mirada de Blake 

 

Entre al baño y lave mis manos, me miró un momento en el espejo y suspire.

 

—¿Viste al chico que estaba junto a la ventana?—Un par de chicas entraron.

 

—Es demasiado atractivo, ¿Crees que se fijaría en mí?.—Preguntó una de las chicas.

 

—Debe de tener novia Zoe.—La chica se lavo las manos.

 

Pase un poco de brillo labial.

 

—Nunca había visto a un chico tan guapo, debe de ser modelo.

 

Salí del baño, las chicas aún miraban a Blake, pero la camarera estaba hablando con él, en mi lugar. Me acerqué a la mesa y sonreí.

 

—¿Tienen un buena conversación?.—La chica se levantó de inmediato.—No quiero interrumpir por eso pregunto.—Me senté al lado de Blake, este tenía una sonrisa divertida.

 

—No es nada de eso señorita.—La chica se alejó rápidamente.

 

—Bésame.—Blake se volteó sin poder creerlo.

 

—¿Qué?.—Me miraba sorprendido.

 

—Solo hazlo.—Insistí.—Es solo un beso Blake, somos novios.

 

Blake me miró por un momento y luego acercó su rostro al mío, mi corazón latía muy fuerte, Blake unió sus labios con los míos, era un beso lento, sus labios eran suaves. Me aparté de él luego de unos segundos.

 

Sonreí, tomé una servilleta y limpié sus labios.

 

—Tienes brillo labial.—Seguí bebiendo de mi batido.

 

—Tus labios sabían a chocolate.—Habló, sentí como mi rostro se puso rojo.

 

Luego de terminar nuestra bebida salimos del lugar, toda las chicas me miraban con una sonrisa.




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