Capitulo 21

Nota: ¡Feliz día de la mujer! A todas y cada una de mis lectoras, siéntanse orgullosas por lo que son y la valentía del proceso en el que estamos avanzando. Recuerdense cada día lo chingonas que somos ante este mundo machista. Las quiero mucho 💜❤️.

Cómo regalo un mini-maraton de dos capítulos 🤩

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Cómo respondes cuando todo tu cuerpo se paraliza por miedo, cuando tu mente en ese momento se nubla y te resignas a lo que tenga que pasar. Muchas veces me e quejado de la protagonista de una película cuando se caía en el momento en que la persiguen, o simplemente hacia un movimiento estúpido evidenciándose. Jamás pensé entenderlas hasta que ahora soy presa del pánico, sin saber que hacer, en un estado de shock mientras intento no llorar aún cuando las lágrimas amenazan con salir.

Cada respiración que trato de aspirar duele, mi pecho martillado por los acelerados ritmos cardíacos, el sudor frío que acaricia mi piel. 
Ambas bestias se acercaban en pasos pequeños hacia mi dirección con gesto confuso, su nariz se movía en cada respiración profunda mientras trataban de seguir el rastro de su presa, estábamos en un silencio desgarrador, a lo menos para mí. Todo se volvió aún más aterrador cuando una de las bestias volteó hacia mi dirección y dio pasos pequeños, indeciso. Tuve que tapar mi boca para ahogar el grito que estuvo a punto de salir, mis intentos de mantenerme en calma eran un vil fracaso, mis extremidades temblaban sin control. Una helada recorrió mi cuerpo cuando observaba que venía directo, ahora sin titubeos.

Estaba acabada, estaba perdida.

No sabía que hacer, como actuar.

Quería llorar, gritar y salir huyendo.

La idea de que esto no era real se atravesaba por mi mente, quería creerlo, quería que un parpadeó estuviera de nuevo en casa y a salvo.

Esto no es real, es una alucinación.

Cerré los ojos aún con la esperanza de que todo volviera a la normalidad, o que si me pasaba algo fuera rápido. Y fue entonces cuando sentí una respiración acelerada sobre mi cabeza, su fuerte exhalación chocaba contra mi pelo y parte de mi frente.

Esto no es real, es una alucinación.

La bestia gruño y provocó que mi corazón respingara de susto. Mordí mi labio para evitar que gritara lo cual era más complicado a cada segundo que sentía su cercanía.

Esto no es real, es una alucinación.

Y, de pronto, todo ruido cesó. Su respiración ni sus gruñidos se escucharon. Pero ¿Realmente ya no estaba? Indecisa abrí los ojos muy lento, rogando porque no tuviera nada frente a mi, porque realmente haya sido solo producto de mi imaginación…

Con el corazón en la garganta mire y… ¡Aún estaba aquí!

Ya no pude evitar que saliera un quejido, ni mi labio que punzaba de dolor logro detenerlo, después todo paso tan rápido.

La bestia gruño alto y agudamente que tuve que tapar los oídos al instante, me agache cuando vi sus afiliados garras subir hasta su cabeza y en un segundo rasgar la puerta bruscamente provocando que cayera fragmentos de madera sobre mi cabeza.
Instantáneamente comencé a arrastrarme por el suelo mientras ignoraba los chillones e insoportables ruidos de la criatura, ni siquiera sabía para donde ir o donde salir. Miré hacia el frente encontrándome con la otra criatura en un estado ajeno a su acompañante, ella se veía indiferente e incluso más aterradora porque estaba estática mirando a un punto fijo. Seguí arrastrándome a punto de llegar a una de las esquinas pero de pronto todo colapso.

Un pitido agudo ensordeció mis oídos causando un dolor insoportable, sentía como si mis oídos estuvieran a punto de explotar provocando que me retorciera al instante, luego fue peor; cada uno de los cristales estallaron en mil pedazos, el ruido hizo eco en mi cabeza y a cada segundo aumentaba la presión sobre mis oídos. Tape de ellos con ambas manos pero era un acto inútil porque a cada segundo aumentaba atrozmente.

––¡Basta!¡Ya basta!–– grité al fin, implorando que se acabará con todo esto y batallando con el intenso dolor.

Pero fue aún peor, por un momento se me había olvidado de quiénes huía, ni siquiera me había dado cuenta que un par de huecos me fijaban hasta que uno de ellos, volvió a gruñir. Al instante sentí como si mi cabeza era taladrada con el ruido, mis tímpanos se sentían a punto de explotar, ya no podía soportar aún cuando escondía mi cabeza entre ambos brazos.

––¡YA BASTA!–– grité batallando contra el nudo en la garganta.

Todo estaba lejos de terminar, porque segundos después todo el lugar se movía de un lado a otro bruscamente tanto que las criaturas se movían extrañadas, el dolor comenzaba a disminuir a excepción de mi cabeza la cual sentía punzadas alrededor de ella. No sé en qué momento sentía mi cuerpo sumamente frío, podría decir que helado, el miedo que me acribillaba se debilitaba ahora, y aunque de alguna extraña manera me sentía mal había algo que me daba impulsos.

El terror se había remplazado por valentía, sentía como mi pecho se oprimía raramente. Cerré mis ojos de nuevo, está vez con una decisión inexplicable y volví a repetir segura:

––¡Es suficiente, ya basta!

Al momento sufrí fuertes mareos y como mi interior se removía de una manera indescifrable, todo se sentía tan extraño, mi cuerpo se sentía fuera de si, ni siquiera estaba segura si estaba tocando el suelo, era como si estuviera volando.

––Marie.–– un susurro apenas audible atravesó mi oído.

No respondí, no era real.

––Marie.–– está vez con más intensidad hablaron.

No eres real.

––¡Marie, mírame!–– me gritaron.

Abrí los ojos precozmente y de nuevo el miedo había regresado a mi, mire a mi alrededor tratando de asimilarlo todo.

––¿¡Dónde están!?¿¡Dónde están!?–– me comencé a alterar cuando ví que todo a mi alrededor había desaparecido.

Como si hubiera sido una alucinación.