Lunes. los odiaba, tengo que levantarme a las cinco de la mañana para llegar a las siete, la verdad me bañaba me dormía diez minutos me cambiaba y otros diez minutos y así sucesivamente.
¿porque no podían comenzar las clases a las diez? o mejor a la una de la tarde, a esa hora ya debería estar en mis cinco sentidos. Otra semana que tenía que ir a clases, el fin de semana pasado, ósea ayer y anteayer no hice mucho, me leí un libro y quede a la mitad de otro (creo que leo un poco rápido) pero aun así creo que fue poco, me gusta escuchar música depende lo que esté leyendo, escena triste igual a música triste, escena feliz igual a música feliz, y así... amaba hacer eso.
Después de ducharme y arreglarme me dirijo a la planta baja de mi casa por el desayuno que ya estaba hecho gracias a Elía, mi nana.
Avena con apio, una combinación un tanto rara pero muy buena. Después de despedirme de nana y salir corriendo para que John me transporte al colegio, llegó a la escuela para encontrarme a clara.
Clara y yo somos mejores amigas desde preescolar.
- me apartaste lugar? -le pregunté, a veces se le olvidaba y después tenemos que rogarle a una persona que esté al lado de ella para que nos cambie el lugar del asiento.
-hola, como estás amiga adorada te extrañe, fuiste tan amable de apartarme un lugar al lado tuyo- dice con una sonrisa con sarcasmo- sí, lo he hecho- me da una mirada cómplice mientras nos adentramos al aula. Tocaba historia y de la nada me entro un sueño que hizo que en segundos me quedara dormida.
dos clases después entró la profesora de matemática.
Miriam Alcántara maestra divorciada con tres hijos y poca paciencia-saquen sus libros Página ciento cinco, las de atrás -nos apuntó- más les vale que hagan la actividad-amenazó y asentimos la cabeza con una sonrisa.
- ¿Lo vas a hacer? -me pregunto susurrando clara, yo tenía la costumbre de no prestar atención en sus clases por eso siempre nos advertía la maestra, pero no era por cagarle el palo solo era un poco distraída.
-no, no le entiendo -dije viendo las operaciones (X=Y² + 5), en realidad no sabía si podía hacerlo- ¿tú lo vas a hacer? - pregunté, aunque ya sabía la respuesta tengo una megamente como amiga igual de torpe también, es muy mona.
- ya sabes la respuesta- me dijo empezando a hacer las operaciones.
- Mmmm y.…. si te pago unas papas y un jugo- pregunte con una sonrisa traviesa, sabía que ese es su punto débil, se me quedó viendo por unos segundos sin expresión, pero sabía que lo estaba asimilando después me dio una sonrisa de complicidad, fue ahí cuando le entregue mi libro. Suelto la risa un poco ya que la maestra está distraída eso hace que los tres compañeros de clase volteen a vernos y que yo los fulmine con la mirada. Me caen mal.
Después fui estirando mi mano hasta alcanzar la mochila para sacar mi hermoso libro de poemas.
Cuando Clara acabó con las operaciones y las pasó a mi libro, fuimos a revisar.
Cuando nos tocó clara reviso sin ningún problema y se ganó una felicitación de la maestra por su excelente trabajo, prosiguió a ir a guardar sus cosas, puse mi cuaderno en su escritorio y obviamente sin ver ni una mierda de mi cuaderno prosiguió a poner su firma de revisado.
Cuando lo iba a tomar del escritorio, lo tomo con fuerza y me miró.
-Es obvio que tú no lo hiciste- me dijo con una sonrisa de superioridad -que es más importante que mi clase- me preguntó sosteniendo su sonrisa y con voz demandante “Mi lectura" pensé -tu libro verdad. ¨Solo revíselo¨ pensé a lo que solo puse una sonrisa sarcástica.
Para eso mi amiga me estaba esperando en la puerta del salón solo estábamos nosotras tres contando a esa maestra.
Me dio un pedazo de papel.
citatorio.
Maestra: Miriam Alcántara
Asignatura: matemática.
Situación: leer en clase y distraerse
Sanción: confiscar el libro hasta hablar con algún padre o tutor.
-Vamos para que te lo firmen, no te olvides de llevar tu libro- me dijo con una sonrisa burla.
MIERDA.
C.V
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Editado: 07.10.2024