La melodía de la música suena en toda la habitación, checo la hora, dos de la mañana, estaba por terminar la investigación de literatura había elegido a uno de mis favoritos, Edgar Allan Poe quien fue un escritor, poeta, crítico y periodista romántico, tenía varios libros y novelas de él. Y después de imprimir doble el trabajo estaba lista para empezar a dibujar más aun no sabía que dibujar y por más que clara horas antes ya me había mandado foto de su tierno dibujo de panda, yo quería hacer algo más. Algo más grande, más laborioso. Así que estresada, llorando y frustrada me fui a la cama. No sabía cómo le iba a hacer, pero llevaría la pintura ya terminada.
-Heavy, hija te llaman. - dijo nana tratando de despertarme.
-qué pasa. - respondí con los ojos aun cerrados.
Quería llorar, eran las tres con treinta minutos, tenía sueño, mucho. Con que me levante a las seis es suficiente no era necesario levantarme tan temprano.
-hay un chico que te está buscando, dice que es amigo tuyo de la escuela. Se llama Alessandro.
¿Alessandro? Yo no conozco ningún Alessandro.
Y en eso, bingo. Ayer. El chico. Alessandro.
me levante asustada, yo no le había dicho mi dirección y vivo en una privada por lo cual se le dificultaría entrar por el policía de la entrada, a menos que tenga la clave de seguridad de la casa, de lo contrario los policías estaban obligados a llamar al teléfono de la residencia.
A menos que estén muertos.
¿Y si me secuestra?
No, el no sería capaz. O sí.
Estaba el, el chico nuevo.
-heaven, alístate, nos vamos.
Ay, si me va a secuestrar.
-que, no.
-vamos.
- no te conozco-lo miro mal, no tenía ningún derecho de aparecer en mi casa- no sé cómo tuviste mi dirección, no sé a dónde me quieres llevar, estoy ocupada. Tengo muchas cosas que hacer. Repito, no te conozco.
-prometo. no hacerte nada-me enseña si dedo meñique con una sonrisa - me conocerás, un pajarito me dio tu dirección, te llevare a hacer ejercicio conmigo y es de madrugada, no tienes nada que hacer.
-Nop, estas muy equivocado, de hecho, tengo tarea y no necesito hacer ejercicio, ni quiero, ya hice mucho cuando estaba pequeña. -digo negándome a dicha atrocidad, aún tenía que hacer la tarea de arte.
-sigues estando pequeña- me mira burla-y no te preocupes yo te ayudo con tu tarea.
-más pequeña, de edad menso. -Le digo seria, a lo que el ríe-y no creo… bueno, hagamos un trato, me llevas al parque, corremos un rato nos duchamos en la escuela y me ayudas a acabar mi tarea. Aparte me lo debes, te lo cobrare por el trabajo.
-trato – dice sonriente. - vamos.
Subo escaleras arriba para ponerme ropa deportiva e ir a preparar mi mochila ya que no regresaría a casa hasta en la tarde. – estoy lista, le avisare a nana.
-Ou, mientras te cambiabas le dije, espero no te moleste, se fue a dormir. -me responde.
Nana me dejo con un secuestrador, help.
…
-llevas veinte minutos manejando, si no paras pronto me dormiré.
Estoy semidormida, y por más que trato de estar al pendiente de checar el camino, se me complica al ver por la ventana oscuridad pura por la poca luz que dan las linternas del camino.
-ya casi llegamos, y no te duermas, estamos a nada de llegar. - ríe negando.
-sabes, investigar la dirección de una chica random de la clase es de locos. Eso lo hacen los psicópatas.
-shhh, cállate niña ya llegamos.
El lugar estaba poco iluminado, era enorme, sin embargo, no se veía más que los muros blancos del alrededor, y estaba CERRADO. Lo volteo a ver furiosa ya que, al acercarnos, vemos el letrero de bienvenida y horario y abría hasta las ocho de la mañana.
Eran las cuatro con diecisiete. Lo veo sonreír con complicidad para acercarse a la puerta de rejillas y meter la mano por el agujero más cercano a la cerradora para desatrancarla y abrirla con un horrible chillido.
Esto estaba viejo. Mucho.
Se aproxima a una esquina fuera de la pista. -vamos a calentar, ven. -me dice al ver que me quedo en la puerta. - no querrás calambres al trotar.
-oh claro que no. - Me acerco a hacer estiramientos con él. Aunque casi no hacia ejercicio trataba de mantenerme en forma y hacer estiramientos, (cuando me acuerdo), ya que me anteriormente me daba mucha colera al día siguiente al hacer entrenamientos.
-tenemos que dar diez vueltas. - esas simpes palabras me hicieron parar en seco.
-te hago dos y muy a la fuerza, estás loco.
- ocho.
- cuatro.
-cinco.
-Cuatro.
-cinco.
- cuat... ash ya, cinco. - se ríe viéndome a lo que yo lo fulmino.
-una más y te dejaba hacer cuarto. - dice para salir corriendo- si te gano yo no te dejare ir hasta que des las diez. -grita a lo lejos.
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Editado: 07.10.2024