Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 02

Zeus no podía aceptar aquello, salió de allí sin mirar atrás, recorrió de nuevo las escaleras tratando de pensar con claridad, llego a la cima encontrándose con su hermano Hades.

—¿Qué haces aquí? ¿Sabes que no eres bienvenido aquí?

—Necesitamos hablar.

—¡Oh vaya! El gran Zeus necesita hablar –Ignorando a su hermano siguió su camino hacia su hogar junto a Perséfone.

—Deja tu cinismo en otra parte y lugar –Decía Zeus siguiéndole de cerca, Hades solo quería ver a su hermosa esposa, no toleraba ver todos los días lo que su hermano Zeus le había dado, el sufrimiento de la humanidad a su disposición era el trabajo más doloroso y repugnante.

—¿Qué quieres Zeus? –Le cuestiono con aburrimiento, cuando vio que lo seguía de cerca.

—Necesito un poco de tu tiempo.

—Te ves alterado gran Zeus. ––le pregunto Hades, recorriendo el gran pasillo de su castillo. Sin soportarlo Zeus tomo a Hades de su brazo y jalo su cuerpo para que quedara frente a él.

—Estoy alterado al saber que mi hermano Hades será el primero en morir, seguido por Poseidón y por último yo –su aspecto no puede ser de más estupefacción, Zeus se sintió satisfecho al lograr tener la atención de Hades.

—¿Qué quieres decir? –susurro Hades.

—¿Hades que sucede? –Pregunto Perséfone, ninguno de los dos había acatado en su presencia.

—En un momento voy querida, ve a la habitación por favor.

—¿Estas bien? —pregunto con desconfianza al ver a Zeus en su hogar.

—Todo está bien. Él no se quedará mucho tiempo. Por favor espérame en la habitación… iré enseguida.

—Está bien –con ello salió pronto de la habitación.

—Ya mandé por Poseidón, debemos tomar decisiones ahora mismo.

—¿Ahora mismo? No entiendo nada. ¿Qué es lo que está pasando?

—Es lo que debemos averiguar.

 

—Caronte como siempre no fue para nada un placer verte.

—Como siempre Poseidón. Verte es una total molestia.

—Nada ha cambiado amigo mío. Espero que sigas haciendo miserable la vida de Hades.

—Hago lo que puedo. Pero ciertamente el lugar del que me cambiaste es un asco.

—Deseaste vivir por siempre navegando Caronte. No especificaste el lugar.

—Desgraciado.

—Siempre es un placer servir a los mortales —Salió de allí no sin antes darle unos dracmas a Caronte por el servicio. Con un asentimiento se alejó de allí. Adentrándose a la morada de Hades.

Poseidón se dirigió hacia el puente colgante, no sin antes preguntarse el porqué de su llamada, si después de haberse ido del Olimpo corto casi toda comunicación con sus hermanos y ahora siglos después tenía que recibir la visita de un dios con alas era humillante hasta para él.

Al llegar a la entrada del castillo de su hermano paso por la puerta del inframundo, siguió de largo, llegando a la estancia donde sabia se encontraba Hades con su hermano Zeus.

—¿Por qué me encuentro aquí Hades? ¿Y tú Zeus porque te encuentras aquí también? Creía que todo lo que habíamos decretado en un principio no se rompería, no íbamos a interferir ni meter las narices en el otro –dijo Poseidón con rabia.

—Debemos hablar –le respondió Zeus haciendo una pausa para poder lograr explicarles la situación.

—¿A eso has llamado Zeus? “para hablar” –resaltando en comillas –que recuerde, no eres mucho de hablar.

—Deberías callarte Poseidón.

—¿Por qué debería Zeus?

—¡Paren los dos! Has solicitado nuestra presencia Zeus, ahora habla –dijo Hades —Dile lo que hace un momento me dijiste.

—Hubo un sueño la última noche.

—¿Un sueño? –pregunto Poseidón con indignación –Debes estar bromeando. Me mandaste a llamar por un simple sueño, acaso no tienes las suficientes amantes para que esto no pase ¿O es que Morfeo te está atormentando hermano? Esto es una pérdida de tiempo. —le cuestiono con altivez y con una última mirada se dirigió a la salida.

—¡Detente! No lo es, no te convocaría si fuera así. No tendría la necesidad de venir aquí de ser lo contrario –le grito Zeus.

—Explícate, explícate por favor – pidió Hades.

—Ese sueño es una profecía.

—¿De que estas hablando? —pregunto con incredulidad —En los milenios que hemos vivido nunca ha sido posible que los dioses tengan sueños. Mucho menos profecías ¿Cómo es posible? Los dioses no son adivinos –Pregunto Hades, atrayendo la atención de Poseidón.




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