Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 62

Los gritos se escuchaban por todo el edificio. Era una suerte que los mortales no escucharan.

—Tenemos que hacer algo —comento ansiosa Adara mordiéndose la uña —Es un muy mal augurio.

—En unos días será el ultimo eclipse lunar —susurro Adonia —Y no hemos completado a los tyflós.

—Y Tritón no esta precisamente feliz —dijo Griffin. Rinott se mantenía mirando hacia el vacío.

—Rinott no vas a decir nada —comento Basil.

—Díganme quien falta en este momento —comento Rinott.

— ¿No entiendo? ¿De que estas hablando? —pregunto Adara.

— ¿Dónde están los kidemónes?

—Keelan no vino después del llamado. Ya sabes que los guardianes están alertas —contesto Adonia.

—No podemos apresurarnos —contesto Basil —y no podemos llamar la atención.

—Convóquenlo ahora mismo —ordeno Rinott.

— ¿Estás seguro? —pregunto Griffin.

—Es más… to fos prostatévei tóra tous kidemónes[1] —todos quedaron a la espera. Todos miraban a su alrededor. El guardián no aparecía.

—No me gusta esto —susurro Adara.

—Está tardando demasiado —comento Caesar.

—Llámalo nuevamente —comento Adonia.

—No lo intenten —apareció Xander tras ellos —Keelan esta junto a los dioses desde hacer días no he podido comunicarme con él.

— ¿Y tú como sabes del llamado Kidemónes?

—El me advirtió antes de salir. No sabía cuánto tiempo podría tomar el salir de esa misión. Asi que vengo en su nombre —Xander se inclinó ante Rinott.

—Maldita sea… ¿Y que sabes de los dioses? —Pregunto Caesar.

—No he podido sacar información importante. Solo vimos que Keelan y el kidemónes Tharian salieron desde hace días. Nadie ha sabido nada. Zeus se le veía preocupado. En el Olimpo están todos preguntándose que pasa.

—Acércate a mi —Demando Rinott.

— ¿Qué pasa Rinott? ¿No crees en mi palabra?

—En realidad no. Asi que déjame verte —Xander se acercó a él. Rinott tomo su mano y su rostro. Sus ojos entornaron los del guardián hasta tener en su mente la imagen. Veía a Keelan darle un papel. Donde le advertía de la amenaza. Zeus se veía viejo. No era el mismo dios de antaño. Se le veía ansioso. Saliendo del Olimpo —Bien —soltándolo —Dice la verdad.

—Eso es bueno ¿No es asi? —Pregunto Griffin.

—Vamos a seguir con el plan. Estamos a unos días de completarla.

—Mas te vale Rinott que todo este completo. Quiero a esa tyflós —apareció Tritón ante sus ojos —Y tu kidemónes. Mantén el Olimpo vigilado.

—Asi será mi señor —Xander sonrió. —<< que interesante >>.

 

 

Hanae se despertó en un suelo frio. Trato de ponerse en pie y cayo nuevamente. Su estómago revuelto devolvió lo poco que había comido la ultima vez. Sus brazos no tenían la fuerza para sostenerla asi que se rindió. << ¿Qué está pasando?>>.

No recordaba cómo había llegado allí. Su cuerpo lo sentía pesado. De pronto vino a su mente pequeños recuerdos.

Dioses…

Destino…

Magdalena...

Ninguno podía conectarlo. Su cuerpo quedo inerte de medio lado. Su cabeza bailaba como en un carrusel. Cerro los ojos con fuerza. Al abrirlos pudo enfocar a una persona que caminaba de arriba a abajo. Sosteniendo su cabeza. Lucia frustrado. Quiso levantarse nuevamente y una nueva arcada la hizo doblarse y sacar los últimos rastros de comida y liquido amargo de su estómago.

—Bien… ya oficialmente no tengo nada en el cuerpo —susurro para sí. El hombre se acerco hacia ella y por fin pudo enfocarle el rostro —Naxos…

—Estoy aquí —le dijo palmeándole la espalda — ¿estas bien? Es normal sentirte asi.

— ¿Normal? ¿Dónde estamos? —pregunto tratando de ponerse de pie.

—Quédate un momento tumbada. El mareo se va a pasar pronto.

—Siento como si el cuerpo me hubiera explotado por dentro —No habías hecho un traslado tan grande y menos dos seguidos.

— ¿Traslado? ¿De que estas hablando?

—Hades te durmió y nos saco del inframundo hacia Londres.

— ¿Hades?

—Y yo prácticamente retrocedí y ahora estamos en una area solitaria del inframundo.

— ¿Inframundo?

—Asi es… ¿No me digas que no recuerdas absolutamente nada?

—Yo… tengo una cantidad grande de información ahora mismo. No puedo asemejar en mi mente que es cada cosa.

—Tienes escenas en tu mente que no sabes cómo ordenar.

—Si… ¿Qué es lo que pasa? Mi cuerpo esta revuelto.

—Cálmate. Trata de respirar eso te va a ayudar.




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