Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 63

Hanae cayo de repente. Un minuto estaba besando a Naxos y al siguiente estaba en… ¿Dónde estaba? Se pregunto.

—¡Mierda! —grito Naxos

—¿Por qué estoy en el piso? —Dijo levantándose del suelo

—¿Cómo es posible que estemos aquí?

—¿Dónde es aquí exactamente? —llevándose la mano a su estómago, tratando de evitar una nueva arcada.

—No tengo ni idea —Naxos camino viendo el horizonte —Estuve aquí hace muchos años atrás.

—Exactamente ¿Cuantos años tienes?

—Demasiados.

—Estuve besando a un anciano… Eso no sería muy correcto.

—Cierra la boca Hanae —sonrió queriendo ocultar la carcajada al verlo tan enfadado.

—Eres bastante susceptible con la edad ¿No es asi?

—Debemos buscar una gasolinera —dijo ignorando su ultimo comentario.

—No me dijiste como llegamos aquí —Naxos carraspeo.

—Cuando te bese mi mente evoco este pensamiento. Un viejo recuerdo y por lo visto no lo controle y nos trasladamos.

—No entiendo esta vez no… espera —Hanae se tapó su boca y corrió al principio de una carretera y vomito —Pensé que no me quedaba nada en el estómago.

—¿Estas bien? —pregunto Naxos acercándose a ella.

—Si… eso creo —le tomo el rostro con sus manos y la reviso concienzudamente —Estoy bien. En serio.

—Bien caminemos.

—¿A dónde vamos?

—Pues debemos llegar a una gasolinera al menos. Allí robamos una moto o un vehículo.

—Está bien… eso creo. ¿No podríamos simplemente llevarnos alli?

—Es muy arriesgado que no voy a tomar. No podemos hacerlo alguna bestia nos rastrearía.

—Que complicado es todo contigo.

—Bien —ignorando su comentario de nuevo. Empezó a caminar hacia el norte —Andando.

—¿Cómo sabes que esa es la dirección?

—Soy adivino.

—Cierto. Por alguna razón te creo —Naxos iba caminando con propiedad. Hanae trataba de seguirle el ritmo —Naxos… en la mente tengo demasiados sueños. Durante semanas si no es que meses antes de toda esta aventura tuve pesadillas.

—¿Qué quieres decir?

—Me persiguen hasta querer matarme. Hay varios de ellos. Creí que estaba loca en un punto. Dejé de ver hasta televisión porque pensé que de alguna forma parte de esa quedo en mi subconsciente y ahora viendo esto… Quisiera decir que es imposible pero ya no veo la diferencia entre lo que es real y lo que no y tengo miedo. —susurro con la voz entrecortada —No sé porque me buscan, pero encontrarme con seres sobrenaturales no es mi estilo.

—Nena no te voy a perder de vista. Te llevare al territorio de Poseidón. Allí el te va a cuidar. No debes temer… si es necesario que yo mismo te escolte lo hare. En esto tu no estás sola —la mirada que le dirigió Hanae le hizo tragar en seco. Se había prometido nunca mas volver a albergar sentimientos. Los había enterrado junto a Dalia el día que murió.

—Siempre me imagine como iba a ser el sentimiento de muerte —murmuro —Es como si de algún modo supiera que me estaban persiguiendo. Tal vez por eso siempre salía huyendo de cualquier lugar. Nunca permanecía en un mismo sitio. Siempre cambiaba. Siembre huyo. Tal vez es necesario morir para dejar ese sentimiento atrás. Ser por fin libre.

—Nadie va a morir. ¡Y necesito que te metas eso en la cabeza! No he pasado por tanta mierda hasta el momento como para que pienses morir al primer segundo.

—Tú no tienes control sobre todo Naxos.

—¿Y crees que tu sí? —pregunto incrédulo.

—Entonces explícame… ¿Qué va a pasar cuando me atrapen?

—No va a pasar.

—Y qué pasa si…

—¡Ya deja de decir estupideces Hanae! Nada va a pasar. Son simples visiones de un futuro que no ha pasado. Puede que incluso ni sean reales. Asi que lo veo muy poco posible y poco probable.

—Esas visiones fueron bastante reales Naxos. Lo fueron para mí.

—Mira… —dijo deteniéndose en mitad de la carretera —No pensemos en ello.

—Bien —Naxos se detuvo frente a ella y tomo su rostro.

—No te mentí cuando dije que te iba a proteger Hanae. Hasta que expire mi último aliento. Daré mi maldita vida por ti.

—Tengo miedo.

—Y yo hermosa… y yo.

 

 

Rinott esquivo la roca que lanzo de nuevo Tritón.

—Vas a acabar este lugar y te recuerdo que ha sido un excelente escondite Tritón

—Que mejor razón, porque tu imbécil de mierda únicamente me has servido para dar dolores de cabeza —Lanzando una roca más grande que la anterior.

—Tenemos bastante tyflós. Únicamente…




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