CHARLOTTE
Una tras otra. Fuerte y continuo, así eran las patadas de Fredrik para intentar abrir la puerta. La imagen que veía a través de la ventanilla me desconcertaba. No sabía que esta persona podía lucir tan enfurecido.
—Charlotte, te felicito —Luca habló a mis espaldas, a lo que yo respondí dándome la vuelta. —. Hiciste que viniera hoy. —Sonrió antes de que se escuchara otro golpe.
—¿Qué pretende con esto? —Pregunté perturbada. Él dejó el resto de la manzana sobre la mesa y se acercó a mí.
El sonido de la puerta ya había cambiado. Estaba empezado a ceder.
—Charlotte, no sé —Sonrió. —. Pero creo que le puedo sacar mucha utilidad. Hace tiempo que no tenía algo que me unía a mi amigo —Apoyó sus manos en mis hombros y empezó a empujar mi cuerpo hacia atrás. —. ¿Sabes lo aburrido que estaba en Medellín? —Apoyó mi espalda contra la pared, a un costado de la puerta. Sus manos hacían presión en mis hombros y su mirada estaba enfocada hacia un lado. En la ventanilla. —¿Quieres tener una cita conmigo?
—¡Sueltem…! —Mis palabras fueron silenciadas por otro golpe a la puerta.
—Creo que te has involucrado en un problema serio —Dirigió su mirada hacia mí y permaneció en silencio. —. Y no me refiero a que hayas rechazado mi propuesta. —Me observó con mayor presión. —. Deberías alejarte de él ahora que puedes. Yo podría ayudarte con eso.
Sus ojos de forma almendrada y color claro eran intimidantes. Sus cejas solo lograban potenciar el trabajo de sus ojos y su contextura delgada no fue impedimento para su fuerza.
—Charlotte, todos los que lo rodean siempre acaban mal —No apartó su mirada intimidante. —. Eso también me incluye a mí. —Sonrió.
El ultimo sonido fue el más fuerte. La cerradura se estropeó y con él, la abertura de la puerta logrando golpear el cuerpo de Luca.
Lo que vino a continuación, fue tan veloz que solo me dio tiempo de notar mi corazón alterado. Luca, al apartar la puerta, fue sacudido por el golpe de Fredrik en su rostro, quien apareció como un rayo de luz escabullándose en una habitación oscura. Debido al golpe, Luca se echó para atrás alejándose de mí, y en unos pocos segundos, antes de que pudiera volver a alzar su vista, fue nuevamente sacudido por Fredrik de una patada en su estómago, haciéndolo replegarse hasta su escritorio. Luca se situó de pie con vivacidad y Fredrik caminó hacia él con firmeza. Con su brazo derecho, Luca pretendió pegar a Fredrik, pero este bloqueó el golpe con su mano izquierda, y golpeó el rostro descubierto de Luca con su mano derecha, haciendo que este retrocediera de nuevo hasta caer sobre la mesa.
—¡Te mato yo, o me matas tú! —La voz baja de Fredrik fue inusualmente fuerte por su ladrido.
Con su espalda apoyada a la mesa, Luca alejó a Fredrik de una patada, logrando que Fredrik tropezara con la silla plegable y perdiera el equilibrio. Luca tomó una perforada que se hallaba sobre la mesa, enderezó su cuerpo y golpeó a Fredrik con la base de la perforadora en el perfil de su rostro. Dejó caer el objeto y tomó a Fredrik de las mangas del cuello para después golpearlo de un cabezazo. Fredrik retrocedió unos pasos aturdido y Luca avanzó hacia él. Pretendió golpear el rostro de Fredrik de nuevo con su mano derecha, pero este lo bloqueó y golpeó a Luca en el perfil de su rostro haciéndolo retroceder. Nuevamente, Luca pretendió devolverle el impacto, pero Fredrik lo hizo retroceder hasta su escritorio de otro golpe más impactante. Luca se halló con su espalda acostada sobre la mesa y Fredrik tomó la silla de metal plegable. Luca no se movió de la mesa, y antes de que Fredrik pudiera golpearlo con la silla, yo me entrometí en su trayectoria y lo abracé por su torso.
—¡Deténgase ya! —Demandé. —Por favor, deténgase…
Luca comenzó a reír mientras Fredrik pretendía acercarse.
—Me dolió más la muerte de Iron Man... —Masculló Luca antes de jadear de dolor.
—Vámonos —Propuse mientras intentaba alejarlo. —. Deje eso y vayámonos. No vale la pena.
No pude observar su rostro, pues estaba haciendo presión con todas las partes de mi cuerpo, incluida la cabeza.
El sonido del metal cayendo al piso me dijo que Fredrik había dejado caer la silla. Su cuerpo empezó a retroceder por mi fuerza y mis brazos dejaron de abrazarlo para situar mis manos en sus pectorales y empezar a empujarlo.
Fredrik, se dio la vuelta, guardó las manos en los bolsillos de su pantalón e hizo de su cuerpo una estatua inamovible.
—Sígueme —Pronunció antes de empezar a caminar. Cruzó la puerta y yo lo seguí después de echar un vistazo hacia atrás.
Luca continuaba con su espalda apoyada al escritorio.
El pasillo se halló en completo silencio. Al fondo se podía observar el rostro de la secretaria hablando por teléfono y frente a mis ojos, la espalda de la anguila con patas.
Donde estaba, el por qué vino, y por qué hizo lo anterior eran preguntas que le deseaba hacer en ese momento. Era más que claro que estos dos hombres no tenían una buena relación, pero … ¿hasta tal grado?
Abandonamos el piso sin mencionar palabra alguna. Las escaleras ya eran iluminadas por las luces artificiales y en ellas ya no se hallaban todas esas personas habitándolas. Fredrik continuó caminando en frente de mí, y después de unos segundos, su voz baja se hizo presente ante los dos.
—Imprime el diseño y dámelo —Ordenó calmado.
No respondí, pensé en que, no tenía por qué hacerlo. Si abría mi boca era seguro que todas las preguntas que deseaba ser saldrían como caballos de carreras.
Al llegar a nuestro piso, la anguila con patas se detuvo a un costado de mi escritorio, antes de adentrarnos al pasillo.
—Prosigue, yo esperaré aquí. —Comentó ante mi mirada analítica, la cual solo podía observar su espalda.
Sin responderle, pasé su cuerpo y atravesé el pasillo con deseos de mirar hacia atrás. No sabía por qué me costó tanto controlar mi mirada para observar su rostro, pero ese deseo se apaciguó cuando ingresé a su oficina.