Había llegado la hora de patio, Brian y Juanito salieron.
—Ese es el tipo que amenazó con golpearme –exclamó Juanito.
Brian quedó sorprendido al ver que se trataba de Octavio, el exguardaespaldas del juez Plinio.
—¡LO VEO Y NO LO CREO! –exclamó Octavio al ver a Brian- ¡ME TRAJERON AL SAPO QUE ME PUSO AQUÍ!
Octavio se desplazó hacia Brian, y le lanzó un puño a la cara. Brian le aplicó una llave a la muñeca, de las que había aprendido en la academia.
—¡GUARDIAS! –empezó a gritar Octavio mientras Brian lo sujetaba- ¡GUARDIAS! ¡GUARDIAS! ¡GUARDIAS! ¡GUARDIAS!
Al poco tiempo se acercaron dos guardias y dijeron:
—¡A SUS CELDAS! ¡PERDIERON EL TIEMPO DE SOL POR LOS ALBOROTADORES!
—Cuando podamos nos desquitamos.