Al día siguiente, Brian le mostró el vídeo, al alcalde Carlos, grabado por la cámara que el había instalado.
—¡NO PUEDE SER! ¡EL LADRÓN ES MI HIJO VÍCTOR!
El alcalde hizo que trajeran a Víctor y le mostró el vídeo.
—¿POR QUE LO HICISTE? –preguntó el alcalde.
—Te conté que nadie iba a mi consultorio, necesitaba dinero.
—Te enviaré al ejército, no pienso mantener vagos, y menos si tienen malas mañas.