CAPÍTULO 9
Ginebra fue sometida por las palabras de Alejandro, sus cuerpos están tan cerca que puede
sentirlo, él es el hombre más varonil que ha visto, seductor he intimidante, simplemente irresistible.
—Entonces házlo, lo único que quiero es olvidarme de él, quiero que alguien más ocupe mi mente, no importa cómo lo hagas, solo ayúdame a olvidarlo.
—¿Cómo te atreves a querer usarme? —Alejandro la toma del cuello y la azota contra la pared sin apartarle la mirada de encima —Tienes tan clavado a ese afeminado que nadie te lo puede sacar de la cabeza, se te nota en los ojos y eso me llena de rabia porque eres mía y no me gusta compartir mis cosas con nadie y menos con un desgraciado como él.
Ginebra se queda callada y voltea el rostro.
—¿Lo ves? Ni siquiera puedes defenderte, no tienes argumentos para contradecir mis palabras.
—¡Estoy dispuesta a arrancarlo de mi mente y de mi corazón! ya no quiero amarlo, al contrario, quiero adiarlo y olvidarme de él, si dices que te pertenezco, entonces hazme tuya de una vez y enséñame quien es mi amo.
Alejandro sonríe satisfecho y se acerca a su boca.
—Lo serás cuando menos te des cuenta.
La leyenda era cierta, existe un monstruo después del pantano, es increíblemente apuesto,
sus ojos parecen dos flechas encendidas, su cabello largo y dorado le da un aspecto
angelical, casi divino, su piel blanca parece de porcelana, es la criatura mas bella que sus
ojos han visto, también es el ser mas despiadado que ha conocido, él es el vampiro que ha
aterrado a Valle de cobre durante años, él es el monstruo con el que Ginebra se ha unido en
un pacto.
—¿Quieres ir a esa boda, no es verdad?
—Si, pero no a detenerla, creo que verlos en el altar me ayudará a odiarlos y será más fácil para mí salir a delante, mataré cada sentimiento de esperanza en mí y me olvidare de él.
—El día es convenientemente nublado, te acompañare a la celebración de esos inmorales.
—¿De verdad?
—Es momento de dejar las cosas claras y marcar mi territorio, además de que habrá deliciosa comida burguesa.
—¡Mi familia no es comida!
—Antes de irnos debemos vestirnos para la ocasión.
—La ropa de hace 200 años no servirá, además tu forma de hablar no es muy moderna que digamos.
—No te preocupes por eso, soy un vampiro actualizado, gracias a tu sangre obtuve
información de tu forma de hablar y eso me ayudara a mezclarme con los humanos de esta época, muy vulgares, por cierto.
—¿Y de dónde sacaras la ropa?
—De algunos de mis almuerzos — responde Alejandro orgulloso.
Ginebra y Alejandro se dirigen a la ceremonia, ¿Cuál será la reacción de su familia al verla llegar de la mano de tan inquietante caballero?
—Qué hermosa se ve Victoria con ese vestido de bodas, es una reina, la mujer mas bella de Valle de cobre, ¿no te parece Víctor?
—Deja de fingir que esto esta bien, Victoria nuestra hija se ve como lo que es, una cualquiera que deshonro a su hermana.
Verónica se llena de rabia al escuchar a su esposo expresarse así de Victoria.
—¡Cállate! es el día especial de mi hija y nadie se lo va a arruinar ¿entendiste?
—Eres tan repulsiva como ella — dice Víctor dejándola sola y Verónica lo ve con desprecio mientras se aleja.
Una de las sirvientas se acerca a Verónica para ponerla al tanto de la asistencia de los invitados.
—¿Qué pasa?
—Solo hay 15 invitados hasta ahora.
—¿Qué? ¿Cómo es posible? Se supone que todas las familias importantes fueron invitadas
¿segura que repartieron bien las invitaciones?
—Si señora… pero...
—¿Pero que, idiota?
—La señorita Ginebra es muy querida en el pueblo y al ver la situación…
—¡Cierra la boca! — Verónica abofetea a la criada —no menciones a esa niña egoísta, la muy soberbia no quiso asistir a la boda de su propia hermana, ella es la que está mal, ¡no quiere que Victoria sea feliz!
—Perdóneme señora...— le suplica la sirvienta entre lágrimas.
—Lárgate de aquí estúpida, ¡no sirves para nada!
El lugar de la ceremonia es muy elegante, hay flores blancas por todas partes y una gran
mesa repleta de deliciosa comida, los arcos que decoran el jardín son esplendidos, incluso
hay música con violines, pero el ambiente no es feliz, al igual que el corazón de David.
—Debes estar mas animado ¿esto es lo que querías no? Tu aventura te costó muy caro, mira que engañar a tu prometida con su propia hermana, ¡qué canallada tan grande! por lo menos hubieras sido sincero con ella o acudido algún burdel, Victoria es todo menos
refinada, es conocida en el pueblo por ser de cascos ligeros, no quería a esa mujer como mi
nuera, Ginebra era más...
—¡Ya basta padre! no la amo, de verdad deseaba casarme con Ginebra, pero fui débil, me
dejé seducir por las constantes insinuaciones de Victoria, me dejé enredar por mis deseos
y caí como un estúpido.
Bardos se indigna con la respuesta de su hijo y le habla con franqueza.
—Pues te aguantas y te comportas como un hombre, ahora esperas un hijo de esa mujer y más te vale dar la cara.
—Eso es lo que hago, aunque por dentro siento que me estoy muriendo.
—Ya tardaste demasiado, tu futura esposa te espera.
—Déjame solo un momento por favor.
—No hay tiempo, tienes que...
—¡Qué me dejes solo te digo! —David le grita a su padre y este se va molesto.
—No tardes demasiado.
—Soy un imbécil… —David llora amargamente.
Se ha llegado la hora en la que los novios hagan sus botos delante de Dios, los invitados esperan afuera al igual que el padre Clemente, un ambiente que debería estar lleno de felicidad es invadido por la culpa y el arrepentimiento, Victoria está desesperada al ver que su futuro esposo no aparece.
—¿Por qué David no llega?
—No tengo idea, ya debería estar aquí —Verónica está nerviosa.
—Espero que no se haya ido con Ginebra, no podría soportar esa humillación.
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Editado: 04.09.2022