La información lanzada por el noticiero de mayor audiencia por las noches hizo que los nombre Ryusei Miura y Hollywood aparecieran en la misma frase por un sinnúmero de veces por todo Japón. Desde que Pat Morita protagonizara junto a Ralph Macchio la saga Karate Kid en los años 80, ningún otro actor de origen japonés ha resaltado en el cine estadounidense y mundial como lo hiciera este, por lo que la noticia fue muy comentada.
Los medios de comunicación empezaron a profundizar en los orígenes de Ryusei en la actuación. No solo su padre era un famoso actor, luego director y productor, sus abuelos también lo eran. Kimi Hara -la abuela de Ryusei- fue una reconocida actriz y modelo que recorrió en los años 50 y 60 Asia y Europa con su talento, luego se convertiría en la primera actriz de Japón y la formadora de las nuevas generaciones de la actuación y el modelaje japonés. Dai Miura –el abuelo de Ryusei- era un reconocido productor de cine y televisión a quien se le adjudicaba el crecimiento de la industria cinematográfica en el país del sol naciente tras haber llevado varias historias de reconocidos mangas a las pantallas del séptimo arte por medio del “live action”. Con tales ejemplos era evidente que desde pequeño estuviera su vida ligada al mundo del espectáculo, empezando a los once meses de nacido al aparecer en comerciales de productos para bebés.
Sin embargo, su temprano comienzo en la actuación y modelaje, así como su famosa familia paterna no era lo único por lo que Ryusei llamaba la atención. Por el lado de su madre, estaba aparentado con Los Sato de la ciudad de Nagoya, reconocida multimillonaria familia, la pionera en la industria automotriz y la de mayor presencia en el mercado japonés y asiático en ese rubro. Harumi era la madre de Ryusei y la primogénita de Kiyoshi Sato, el Director General de Sato Corporation, y Hanae Fukuda, quien provenía de una adinerada familia de la ciudad de Osaka. Entonces, por el lado materno a Ryusei se le marcaba un camino diferente al que le ofrecía su familia paterna.
Al ser el primer nieto de ambas familias siempre fue muy querido, pero si sus abuelos Kiyoshi y Hanae no lucharon contra Dai y Kimi por acaparar el interés de Ryusei fue porque en el fondo preferían que la descendencia de su hijo Kenji -el menor de la prole Sato y único varón- fuera la que continuara con el legado familiar, por lo que vieron a bien que su primer nieto empezara desde temprana edad a dedicarse al negocio de Los Miura: la actuación y el modelaje. Sin embargo, aunque no lo vieran como el heredero de la fortuna de Los Sato, Kiyoshi invirtió millones de yenes en producciones que Dai -y luego Takeshi- organizaba con tal de que su nieto tuviera las oportunidades de crecer en la industria, ya que en muchos apareció la envidia por el talento del joven Miura, y pretendieron apagar el don que el universo le había entregado negándole la posibilidad de conseguir el papel de diferentes personajes que solicitaba en los castings cuando recién empezaba su carrera siendo un niño.
Y la mayor prueba de que Ryusei era un buen actor por sí mismo y no por la ayuda que su familia le pudiera dar llegó con la noticia de que había pasado el casting que cuatro meses atrás hiciera en Los Ángeles. En Hollywood, ni Dai Miura ni Kiyoshi Sato podrían influir de alguna manera para que su nieto obtenga el papel principal de una súper producción que lleva décadas cautivando a la audiencia mundial. Así que, esa noticia causó en muchos miembros del espectáculo japonés una notoria gran desazón. Algunos hasta llegaron a manifestar que todavía no se podía catalogar como éxito el que haya obtenido el protagónico porque le faltaba recorrer un largo camino, y que todo dependía de la respuesta del público y la taquilla que la película pudiera alcanzar.
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Editado: 11.09.2023