A lo lejos escuche una pequeña vocecita que me hizo reaccionar.
Fue ese: ¡Mamá!
La incertidumbre y el miedo se apodero de todo mi ser, que me pedía salir de ese sitio pero otra parte de mi quería ir hacia donde el se encontraba para oír algo de su parte.
¿Pero que podía decirme? Era mas que claro que nunca me había buscado y que nunca le había importado aunque sea un poco.
A ese hombre que nunca le había importado mi dolor.
—Tengo que irme —dije para salir de allí directo hacia las escaleras.
Baje escalón por escalón lo más rápido, prefería caer que sentir que el se me acercara.
¿Estaba huyendo? Si.
El restaurante estaba repleto de gente tanto que por unos segundos me había costado divisar a donde se encontraban mis hijos con Chase.
A penas llegué a la mesa extendí mis brazos a Olivia que me miro extrañada por mi reacción.
—Nos vamos ahora —dije sintiendo como los nervios empezaban a apoderarse de mi.
—¿Qué ocurre Astrid? —pregunto Chase poniéndose de pie.
Lo mire por unos segundos pero las palabras no salían de mi boca.
¿Cómo podía decirle que el padre de mis hijos se encontraba en ese sitio?
<<Mis hijos >>
Con mi mano libre la extendí hacia donde estaba Owen que solo la tomo sin hacer preguntas.
—Ya pedimos la comida —dijo Chase siguiéndome hasta la puerta.
En esos momentos lo único que pasaba por mi mente era que quería salir de allí y alejarme lo más posible.
—¿Mami por que nos vamos? —pregunto Olivia que iba prendida a mi como un osito.
Cruce la calle y fue cuando Chase nos alcanzó finalmente, volví a mirar hacia el restaurante y mis ojos se percataron de aquel hombre que había salido, miraba de un lado a otro como si buscara algo.
El es parte de mi pasado, pensé.
Era solo volver a cruzar y tener ese reencuentro que varias veces había pasado por mi mente, pero aún no estaba preparada.
Me di la vuelta para seguir el camino aferrándome fuertemente a mi hija.
—Ven aquí pequeño —Chase levanto a Owen entre sus brazos para luego mirarme.
No hubo palabras todo el camino hacia el departamento, por lo menos de mi parte aún seguía una nebulosa que no me dejaba pensar con claridad.
Al llegar Trix se encontraba cocinando y su expresión de confusión se dirigió primero a mi y luego a Chase.
El me tomo de la mano para dirigirme hacia el balcón donde otra vez la fría brisa de la noche choco con mi rostro.
—¿Me vas a decir que fue lo que ocurrió en el restaurante? —pregunto el tomándome de los hombros buscando mi mirada.
Solo podía observar aquellos ojos color miel y su pupila que estaba dilatada, mostrando el estrés que estaba sintiendo el.
—¡Astrid! ¡Habla!
Las palabras no se organizaban y solo podía pensar en ese rostro que lucia tan apagado, pero esa belleza que jamás se iba a desaparecer a pesar de los años.
—Fueron varias cuestiones… Yo no sabía que hacer Chase —dije sintiendo como mi voz temblaba.
Era ese Brick… ese hombre que algún día había amado tanto que no me importaba todo el dolor que podía causarme.
Pero ese reencuentro que me había tomado por sorpresa no me lo había esperado, como tampoco la pregunta de mis hijos y todo lo que conllevo todos esos años de silencio.
—Los niños me preguntaron por el —dije tratando de hablar con tranquilidad pero cada palabra que salía sentía más la presión del nudo en mi garganta.
Chase seguía observándome expectante de que salieran más palabras.
—¿Por qué saliste de esa manera del restaurante? ¿Viste la cara de los niños? —dijo el mientras mantenía esa serenidad en sus palabras.
Por un momento pensé que lo que decía Chase tenía razón porque mis niños no entendían el motivo de mi reacción.
<<Brick estaba allí>>
—Yo nunca me imagine que… —ponerlo en palabras costaba— el… él estaba ahí.
De repente la expresión de Chase cambio a un rostro de preocupación. Trague saliva intentando mantener mis pensamientos allí y no en esa imagen de Brick.
Chase se hizo a un lado apoyando sus manos sobre la baranda del balcón.
Aquel momento se hundió en un profundo silencio.
—¿Qué vas a hacer ahora? —dijo el casi en murmullo.
Me acerque hacia el apoyando una de mis manos sobre sus hombros, el semblante de Chase ahora se veía serio y a la vez confundido.
—¿Qué le dijiste a los niños?
—La verdad… —el me miro a los ojos— bueno parte de la verdad.
—¿Les mentiste? Él ni siquiera tiene idea de que tiene dos hijos —soltó Chase de repente.
Mire a Chase que hablaba como si cada palabra que pronunciaba doliera.
—Quizás es alguna señal del universo para que lo busques y le digas la verdad —dijo el apartando su mirada de mi.
Solo pensar en aquella idea sentía ese pesar mezclado con el dolor.
—Yo… aun no lo se —dije sintiendo como en cualquier momento iba a romper en llanto— no me siento lista.
—¿Y cuándo lo harás? ¿Por qué les haces esto a los niños? —él se giró para mirarme seriamente.
Era la primera vez que veía ese enojo en los ojos de Chase, el era una persona que siempre tomaba las cosas con tranquilidad pero jamás llegaba a enojarse.
—Yo intento hacer lo mejor por mis hijos.
—Estas actuando de manera egoísta Astrid —el giro su cabeza para mirar hacia adentro donde mis hijos se encontraban con Trix— tú no tienes idea lo que es crecer sin un padre.
Siempre supe el cariño que le tenia Chase a mis hijos y en cierto punto sabia que había algo en el que le dolía.
En algunas de nuestras tantas conversaciones el me había contado esa parte de su historia donde su padre lo había abandonado, dejándolo solo a crianza de su madre que siempre había intentado brindarle lo mejor.
—Los niños van a seguir creciendo y preguntando.
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Editado: 30.07.2024