—¡a levantarse!— grito mi tía — jovencita a levantarse que tenes que irte a matricular—
—ya boy— digo medio dormida —hay 5 minutos más por favor— digo y me lanzó de vuelta a la cama
—aaaa no, te me levantas en este instante, vos te tardas una vida para bañarte y cambiarte, así que te me levantas ahorita—
—bueno....—
—y arreglas el cuarto— dice al salir de la habitación
—hay hombre, no lo dejan dormir tranquilo aquí a uno— suspiro y me levanto de la cama, doblo las cobijas, arreglo el cubre colchón y acomodo los peluches en mi cama y barro el piso. Después de terminar de arreglar mi cuarto me quito la ropa y agarro una toalla para ir directo al baño y poder bañarme, después de bañarme boy de nuevo a mi cuarto para poder cambiarme. Me puse una ropa simple, un jean de color azul claro, una camisa color blanco, una chaqueta de color negro y unos tenis Adidas. Para el maquillaje fue algo natural, solo un poco de base, rubor, un labial de color rosado pálido y un poco de sombra de color café. Para el peinado una cola alta
Hoy me toca ir a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras a matricularme. Aprobé el examen para poder ingresar, pero esa Universidad después de aprobar el examen tienes que ir a matricularte, así que iré hoy para hacerlo
—¿puedo ir?— pregunta Diego
—pregúntale a Selene, ella sería la que le tocaría cuidar de ti— rápidamente Diego me queda viendo con unos ojos de suplica. La verdad yo quería ir sola pero esos ojitos me robaron el corazón
—esta bien pues, si puedes venir—
—¡URRA!— Diego sale corriendo al cuarto para cambiarse de ropa y al terminar se labo la cara y se sepillo los dientes, después nos despedimos de Wendy y nos fuimos
—¡taxi!— grito para que el taxi se detenga y al parar me subo al auto junto con Diego —a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras por favor—
—si señorita— el taxi arranca y nos vamos directo a la Uní. Le presto mi teléfono a Diego mientras tanto llegamos a la Universidad para que se distraiga, mientras que yo quedo viendo por la ventana del auto, de reojo miro el retrovisor del taxi y noto que el señor me miraba fijamente, cuando lo noto a diferencia de otras personas que se pondrían nerviosas yo también lo mire fijamente hasta que desvío la mirada
—jjj— me río internamente de satisfacción al ver que el señor no pudo aguantar mantener la mirada. La verdad el señor no estaba feo, parecía de unos 30 años más o menos, no tenía arrugas en el rostro para mi sorpresa, y se veía que tenía un buen cuerpo
—¿cuantos años tiene señorita?— me sorprendo por la pregunta que me hace, por lo visto, ya me estaba dando cuenta de sus intenciones
—17 años señor, aun soy menor de edad— hacerco mi rostro a su oído y le digo —lo que le causaría problemas si se atreve a hacer algo raro— el señor se pone nervioso y escucho como traga saliva, cosa que me causa satisfacción al verlo nervioso
—ajajaja c-como cree que le aria algo m-malo señorita—
—puedo creer eso y mucho más. A lo menos usted es guapo, si se atreviera por lo menos no sería del todo malo, aun que eso no significa que me dejaría así de fácil—
—¿dejarte de que prima?— pregunta curioso Diego
—de nada cariño, esto es platica de adultos, tu sigue jugando ¿si?—
—oķ— miro fijamente de nuevo al señor y el se pone cada ves más nervioso
La verdad a mi nunca me dio miedo retar a los hombres que puedan ser más fuertes que yo, lo que no tengo de fuerza física, lo compenso con agilidad, inteligencia y control emocional. No importa si quizás vea a mi madre morir frente a mis ojos, si yo quiero, puedo parecer que no me afecto en nada, a pesar de que la ame con todo mi corazón, puedo fingir que no me importa. Hay un montón de cosas que puedo hacer y que antes no podía, no porque la vida me enseñó, si no por que me obligo a aprender a hacerlas
—y-ya llegamos—
—¿cuanto seria?—
—40 lempiras—
—¿solo 40? ¿y que hay del niño?—
—como esta chiquito el niño no tiene que pagar por el—
—oh, esta bien— saco mi billetera y saco un lempira de 50 y se lo entrego
—aquí esta el vuelto—
—machas gracias señor, que tenga un lindo día— lo miro con una sonrisa un tanto intimidante y el solo arranco el auto
—el señor tenía malas intenciones ¿verdad?—
—así es....— quedo pensando seriamente por lo que paso. Cualquiera podría decir que exagere por cómo me comporte con el señor, pero no es así. Cuando el señor me preguntó por mí edad, pude notar que trataba de sacar unas esposas y una pistola, y como yo cada ves que salgo llevo con migo una navaja al acercarme le puse la navaja justo en la sintura, por esa razón iba tan nervioso
—¿notaste lo que trataba de hacer?—
—¿así que si lo viste? Si, si lo vi, pero como siempre, nadie se mete con Selene Dalfon jeje—
—si por que si no, no salen vivos para contarlo jajaja—
—jaja mejor entremos para ir a matricularme—
—si, esta bien— entramos por la puerta de la Universidad y trato de guiarme pidiéndole indicaciones a algunos estudiantes, aunque.....—
—creo que nos perdimos— le digo al pobre de Diego que ya esta cansadito de tanto caminar
—por favor no me digas eso prima, ya me duelen los pies y ya no quiero caminar, también tengo habré— suspiro de la frustración
—tranquilo, cuando terminemos aquí te llevare a comer, así que no te preocupes, aver, ven aquí— me agacho y le pongo la espalda a Diego para que el se suba en mi. Estuvimos caminando un rato más, y al dar la vuelta en un pasillo chocamos con alguien
—¡hay no te caigas Selene— grita Diego. Logró recuperar el equilibrio y cuando miro el rostro del señor quedo sorprendida
—hay, disculpe señorita, no la vi—
(Investigue un poco en Internet y no pude encontrar una Universidad en Siguatepeque que tenga la carrera de Oftalmológia o por lo menos en Optometria. Pero como es una historia ficticia me vale que esa Universidad no tenga esa carrera, así que ni vallan a decirme que esa Uní no tiene esa carrera. Ups, se me olvidó mencionar que como yo quiero estudiar esa carrera tonces la protagonista también la quiere estudiar)