Era un día nublado. La ciudad estaba cubierta por un cielo gris que lloraba la pérdida de un gran hombre. Landon Carpenter. El líder de la familia Carpenter. Dueño y director del mejor hospital de Nueva York, a demás de una de las más famosas firmas de abogados del país y de múltiples empresas de tecnología informática y robótica.
—Landon Carpenter, era sin duda un hombre de negocios, amaba su trabajo, era todo un adicto, pero siempre había prioridades antes que eso que tanto disfrutaba. Le encantaba ayudar a la gente, no soportaba ver como seres humanos como él, morían de hambre en las calles del mundo, cuando él y su familia vivían llenos de lujos y comodidades.
Fundó varias asociaciones para ayudar a niños, mujeres maltratadas y familias desahuciadas. Le gustaba pasarse varias tardes libres jugando con los niños enfermos en el hospital o ayudando en todo lo posible en sus fundaciones. Le daba alimento a la gente en las calles...
Era un grandioso cardiólogo que había logrado salvar miles de vidas en sus veinte años como médico.
Pero a demás de todo esto. Era un gran padre. Era el mejor padre del mundo. Me enseñó valores. Desde que tengo memoria siempre estuvo ahí para apoyarme, cada vez que estaba triste, eé sonreía por mí, cada vez que estaba feliz él lo estaba aun más. Cuando me enfadaba o estaba preocupada, siempre sabía cómo calmarme.
Sí, Landon Carpenter era un buen hombre. Y todos lo extrañarán, porque antes de ayer perdieron a una de las personas más maravillosas del mundo, pero hay cientos de hombres buenos por ahí, pero solo un padre. Y yo antes de ayer perdí a mi padre... Y eso... Eso no tiene comparación, no hay nadie que pueda sustituirlo, nadie podrá ocupar ese lugar vacio en mi corazón.
Gracias Landon Carpenter. Gracias por ser mi padre. Te quiero y siempre lo haré.—Tras esas últimas palabras una lágrima rodó por mi mejilla con rapidez. La aparté rápidamente con mi dedo y bajé del pequeño podio que habían puesto expresamente para el momento de las palabras al difunto.
Luego tomé el brazo de mi madre, quien me esperaba con una tierna sonrisa, apoyé mi cabeza en su hombro y caminamos despacio para colocarnos entre los demás miembros de la familia.
—Ha sido precioso cielo.—Dijo con dulzura, mientras acariciaba mi cabello.—Sé que él está en algún lado muy agradecido por tus bellas palabras.—Yo no dije nada. Solo guardé silencio, tratando de no ponerme a llorar en cualquier momento.—¿Has comido algo cariño? Estás muy pálida.—Me preguntó mi madre preocupada.
—No tengo hambre.—Mi apetito se había esfumado, en su lugar estaba un enorme nudo que se expandía hasta mi garganta dejándome casi sin aliento.
—Lo sé cielo, pero tienes que comer. No te va hacer bien estar así.
—Después mamá, cuando regresemos comeré algo, lo prometo.—Le dije para que se quedara tranquila.
—Está bien hija.—Cuando llegamos al lado de mi hermano y su novia, el sacerdote siguió con sus palabras.
No había mucha gente en el funeral. Queríamos que fuese algo privado, nos había costado mucho que la prensa no se presentara. Llevaba encima de nosotros desde el día de su muerte, había sido horrible y estresante.
Por suerte, podíamos despedirnos a solas y en paz de nuestro ser querido. Solo la familia. Mi hermano mayor Atticus, quien estaba acompañado de su novia Anna, mi tío James, el hermano de mi padre y también estaba mi novio y prometido Ethan, cosa que le agradecía mucho, y por supuesto, Ella, la mejor amiga de mi padre. Luego estábamos mi madre, yo y...
—Tú no deberías de estar aquí. No perteneces a la familia Carpenter.—Esa aguda y chillona voz no podía ser de nadie más que de Sindy, la esposa de mi padre.
—Ella tiene mucho más derecho a estar aquí que tú.—Le dije furiosa. Siempre había odiado a esa mujer, solo era una zorra arribista y oportunista que le había absorbido el seso a mi padre.
Sindy era una mujer muy atractiva, eso era cierto, podría atraer a cualquier hombre con sus encantos. Supuestamente incluso había trabajado como modelo, fue en una fiesta que conoció a mi padre, al parecer era la invitada de un importante accionista, ella lo sedujo y él no tardó en caer en sus encantos. Para entonces mis padres ya estaban divorciados hacia ya varios años.
Mis padres se divorciaron cuando yo apenas tenía cinco años. Oh, sí. Hay toda una historia detrás de su matrimonio y divorcio.
Mi madre era de hija de una familia importante, pero esta estaba en la ruina, por suerte mi padre se fijó en ella y le propuso matrimonio. El problema era que ella ya estaba enamorada de otro hombre. Luke Pierce. Un simple mecánico. Por lo tanto, Hailey, mi madre, rechazó su propuesta. Cosa que no salió nada bien. Su padre la obligó a casarse. Al parecer estaba enfermo del corazón y necesitaban el dinero para medicinas y quizás una cirugía. Aun así mi madre no quería casarse con el famoso Landon Carpenter.