Julian guía el camino, nos movemos entre las sombras sin llamar la atención, aprieto con fuerza la daga en mi mano, no podemos darnos el lujo de perderla de nuevo.
Te necesito, es urgente.
Me detengo de golpe al escuchar a Archer, me sorprende que me esté llamando, no tengo idea si su llamado tiene que ver con el portal, si sabe que los demás murieron, o si los ángeles lograron encontrarlo, sea lo que sea, tengo que ir.
—Eve…
—Tengo que irme—le informo a Julian, frunce en ceño perplejo.
—Pero…
—Búscame en cuanto puedas en mí casa, te espero ahí—desaparezco sin darle oportunidad de hablar.
Aparezco detrás de Archer al segundo, se mueve de un lado a otro inquieto, su expresión no me gusta.
—¿Arch…?
—La tienen Evelyn—me corta abruptamente.
¿A quién?
—¿De qué hablas?
—De Maia, ellos se la llevaron, tienes que ayudarme a encontrarla—suplica deteniendo su andar—Debiste verla, Eve, estaba temblando y lucía aterrada, por más que luché contra ellos no pude defenderla, no pude. No sé qué le están haciendo…
—Archer, no te estoy entendiendo nada, de que carajos hablas.
—¡De esos tres asquerosos demonios! —brama perdiendo el control, nunca lo había visto así. —Vinieron aquí en cuanto el portal fue abierto.
Lo sabe.
Fue ingenio de mi parte creer que no sería así, que no sentiría la energía del portal.
—Ellos se la llevaron.
—¿Por qué?
No entiendo que pueden querer unos demonios con ella, hay humanos mejor preparados para ser poseídos que Maia.
¿Por qué venir directo aquí?
¿Por qué la necesidad de secuestrarla?
Alzo la ceja al ver a mi amigo callado, puedo ver el debate interno que tiene con solo mirar a sus ojos, desvía su mirada a un lado evitando la mía.
—¿Qué estás ocultándome? —no responde. —¿Sabes que puedo obteber la respuesta de una manera u otra?
Lo duda unos segundos, pero termina por romper el silencio.
—Es una de nosotros—explica.
¿Cómo que una de nosotros?
Guardo silencio esperando que se explique mejor.
—Maia es un demonio.
—No puede ser, hubiera sentido su energía desde que la conocí—recuerdo todas las veces que estuve a su lado, si en verdad Maia es un demonio Julian ya la hubiera regresado al infierno. —Ella no puede ser un demonio a menos que…
—Si, ella es mitad humana mitad demonio—me corta.
¿¡Qué diablos!?
¡Ella es qué!
Son contados con los dedos los casos en los que se da a luz a un cambión. Nunca, en mi larga vida, esperé ver uno de ellos.
—¡¿Lo supiste todo este tiempo?! —estoy molesta con él, no puedo creer que me haya ocultado algo tan importante. —¿Pensabas decírmelo algún día?
—No creí que fuera importante decírtelo. Además, esto no cambia nada.
—¡Esto lo cambia todo! —estallo enojada.
No puedo creer su incredulidad, no puedo creer que no me lo dijera antes, después de todo lo que hemos pasado juntos creí que confiaba en mí, pero creo que me equivoque.
—No, Eve, yo confío en ti—dice como si leyera mi mente. —Iba a decírtelo, pero fue Maia quién me suplico no hacerlo, ella quería ser quien te lo dijera.
—Ella sabe de nosotros—no es una pregunta, es una afirmación.
Mi amigo asiente, no me sorprende que le haya confesado su verdadera identidad, de seguro también le digo el porqué de que estemos en la Tierra.
Me mira suplicante, no sabemos que le pueden estar haciendo esos demonios a su… ¿novia? ¿pareja? ¿pretendiente?
—Por favor, eres la única que puede ayudarme.
—Esta discusión no ha terminado—advierto moviéndome por el lugar, si quiero encontrarla necesito encontrar algo de ellos. Apenas soy consciente que estoy en una habitación que me grita Maia por todas partes, sus cosas están tiradas y rotas por toda la habitación, definitivamente hubo una pelea aquí.
—¿Qué estas buscando?
—No te revelare mi secreto—niego.
Su expresión se endurece. Exhalo apiadándome de él.—Lo demonios siempre dejan algo atrás, por más pequeño que sea, siempre queda una huella de ellos. Quizá ese algo me guíe hasta donde están.
Sigo buscando ignorando la mirada asombrada de Archer, en segundos reacciona buscando por cada rincón del cuarto. De pronto, algo llama mi atención, son pequeñas gotas de sangre, están muy bien escondidas, son apenas perceptibles para mis ojos. Me inclino en el suelo tocándolas con las yemas de mis dedos, al instante siento su poder.
*_*_*_*
Entro por la puerta trasera de la bodega procurando no hacer ningún ruido que los alerte, me escondo detrás de unas cajas observando la escena frente a mí por un agujero en la caja. Los brazos y los tobillos de Maia están amarrados a la silla inmovilizándola, tiene unos golpes en su rostro resaltándola con manchas verdes y moradas.
Archer se para a mi lado viendo lo que yo, siento su cuerpo tensarse, aprieta su mandíbula y sus puños con fuerza, apenas avanza un paso lo detengo.
—No—le advierto.
Tenemos que ser más listos que ellos, analizarlos antes de atacar.
En total hay una cantidad de tres demonios en la bodega, uno de ellos gira alrededor de Maia esperando paciente a que alguien llegue, gira un cuchillo en sus manos buscando atemorizándola, otro mira a su amigo moverse sentado encima de una caja, el último descansa apoyado en la pared impaciente.
Analizo las opciones que tengo, las cuales no son muchas. Me giro a Archer cuando tomo la que creo es la mejor.
—¿Confías en mí?
—Sabes que sí—dice sin mirarme, no aparta la mirada de Maia y los demonios temiendo que le hagan algo en cualquier momento.
—No hagas nada estúpido, has lo que te diga cuando te lo diga, ¿entiendes?
Asiente, está vez mirándome a los ojos.
Aquí voy.
Salgo de mi escondite para que ellos noten mi presencia, el demonio que estaba sentado se levanta de un salto para verme mejor.
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Editado: 02.04.2024