¨Me llama su ángel, pero le gusta jugar con mis demonios¨
Davina
Despierto y me apresuro a ver la hora en el reloj de mi mesa de noche, pero noto un cuerpo acurrucada a mi lado. Me acostumbro a la oscuridad y noto la silueta de Lucien quien tiene su mano tomando la mia. No note en que momento llego ni como entro, aun que e de deducir que entro por la ventana. Me acerco a mi lampara para encenderla y me sorprendo a ver hematomas en el rostro de él.
Me acerco y noto su pesada respiración así que esta dormido. Paso la yema de mis dedos por el color morado que pinta su piel y el se mueve a lo que me asusto.
—Mmm duerme Davina — me dice aun con los ojos cerrados.
—¿Qué te paso?
—No quieres saberlo ángel, ahora duerme quieres.
—Dime... por favor.
Es ahí cuando abre los ojos y me ve.
—Solo me encargue de quienes te hicieron daño.
Eso me pone nerviosa pero mi curiosidad solo crece.
—¿Qué les hiciste?
El me da de esas miradas como para que me olvidara del tema.
—Puedo soportar cualquier cosa que tu hagas.
Me mira a los ojos quedo hipnotizada unos segundos por ellos. A el se le forma una pequeña sonrisa.
—Lo se ángel, pero ahora necesitas dormir.
Me acerca a su acerca a su cuerpo acurrucando mi cabeza a su pecho. Supongo el necesita dormir también así que cierro los ojos conciliando el sueño igualmente.
...
Vuelvo a abrir los ojos y de inmediato siento la caricia de una mano que causa cosquillas raras. Bajo la mirada, y veo la mano de Lucien en mi muslo desnudo ya que estoy usan short de pijama. El se percato que despierto y detiene sus caricias para mirarme.
—Buenos días ángel
—¿Podrías seguir haciendo eso? — suelto antes que me arrepiente, el arruga las cejas y ve su mano.
—¿Te gusta? — lo vuelve a hacer.
—Si
Mi respiración se vuelve entrecortada y Lucien acerca su rostro al mío poco a poco.
—¿Qué sientes?
—Amm... no sé cómo describirlo.
—¿Placer?
Mi corazón golpea mi pecho con fuerza y siento la necesidad de besarlo. Y por lo que veo el también. Pero recuerdo que sigo enojada con el y aparto la mirada. El parece entender y aparta su mano dándome un beso en la mejilla levantándose.
—¿Te gustaría salir de casa hoy? — pregunta a lo que yo lo veo extrañada.
—¿A dónde?
—Lo vemos en camino, cámbiate te esperare abajo mientras hago un desayuno.
...
Lucien me lleva en su moto mientras recorremos la ciudad sin ningún destino aparente. Es agradable estar fuera, disfrutar de aire fresco mientras estoy con el en su moto.
El acelera llevándonos a una carretera cubierta de bosque en donde no pasa mucho tránsito. Y decide para al lado de esta. Me bajo junto a el y espero a ver que planea hacer, pero solo saca uno de sus cigarrillos encendiéndolo y tomando una calada de este.
—¿Me das un poco?
El me mira confundido.
—¿Del cigarro?
—Si
—¿Has fumado antes nena?
—No
Parece duda, pero decide dármelo, imitando como el lo hace lo acerco a mi boca.
—Inhala lento y con cuidado.
Inhalo el aire por mi boca y el humo entra demasiado rápido lo que causa que tosa expulsándolo. Sabe horrible y no digamos el olor.
El se ríe y vuelve a tomarlo
—No entiendo por qué te gusta — sigo tosiendo.
—Por qué relaja.
—Pues odio su olor.
El me mira y procede a tomar una última calada y luego apagarlo y tirarlo.