Disclaimer: Ya sabeis, Neil Gaiman, Terry pratchett y Madame de Villeneuf, rara combinación... hasta barroca diría yo.
Mon Seigneur Antoine-Jaques Croulieau, Marqués de Parmentier, Conde de Foie-gras, Señor de Roquefort y de Champagne, esto-lo-otro-y-lo-de-más-allá era un noble de la época pre-revolucionaria en la campiña francesa, que contrario a lo que parece que piensan los parisinos, también es parte del país.
Su familia decía ser bretona, que era la manera en la que se llamaban a sí mismos para engañar a los franceses y hacerse pasar por unos de ellos en vez de unos asquerosos rôti-de-boeuf inmigrantes en el marco de la Guerra de los Cien Años que fue cuando su familia llegó al lugar, así que cambiaron su apellido británico Crowley a Croulieau, porque a la hora de meter vocales inútiles, parecía que los galos no tenían límite.
Tenían un castillo precioso, con bosques para cazar, jardines ordenados de manera geométrica y pistas de pádel, que obviamente no usaban porque en ese momento aún no era un deporte que existiera siquiera como lo es ahora.
Estaba a tomar por culo. En el quinto pino. Lo que en los cuentos se narra como "un país muy muy lejano", cosa que nunca resulta ser realmente tan lejana como alguien pensaría a no ser que vivas en una micro nación. Nadie podría haber llegado allí por error. Tendría que haber sido un error de unas cuatro horas y tres cuartos por un camino que claramente no era la vía principal de ninguna forma en la que se viera, pero había gente REALMENTE densa. Probablemente británicos.
Cuando la bruja le dijo que estaba pidiendo cobijo, Croulieau le dijo que no le jodiera, que cuando se metió en propiedad privada ni siquiera estaba lloviendo aun, que si quería le daba una manzana para el camino y aun gracias.
Porque aun siendo un castillo con mil sirvientes, solo tenían presupuesto para una neurona a compartir entre todos. Era eso o una lámpara de araña para la sala de baile. O sea, es que la duda ofende.
Así que el joven Croulieau había sido él personalmente el que había ido a abrir la puerta.
Técnicamente no tenía que ser joven, porque esta historia era para enseñar a las jovencitas de casa bien que, cuando sus familias las vendieran como si fueran ganado siendo demasiado jóvenes, para ser casadas con señoros feos y mayores a los que no amaban, si se esforzaban lo bastante y le daban una oportunidad, esa abominable bestia peluda acabaría convirtiéndose en un dulce príncipe con el Poder Del Amor TM.
Luego vino Disney... (y Wattpad y decidió que no permitían pedofilia en las historias aunque fuera para enseñar lecciones) así que convirtieron al joven en un niño que probablemente ni siquiera debería haber tenido permiso de hablar con extraños y lo mandaron a abrirle la puerta a la bruja, de manera que cuando al fin llegara Bella a romper la maldición la diferencia de edad entre ellos no fuera tan... ejem... preocupante.
Así que vamos a ignorar un poco el asunto de la edad y a quedarnos en un limbo indefinido en el momento en que le abrió la puerta a la bruja fea que quería cobijo de la tormenta. Porque además... esto es una historia Disney, ¿quién tiene padres en una historia Disney?
De acuerdo a Croulieau, preguntar a extraños algunas cosas como, "¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has llegado aquí? y ¿Cómo sé que puedo fiarme de ti?" parecen ser algo sensato que hacer pero de acuerdo a la bruja era una absoluta prueba de su superficialidad, porque si se hubiera presentado como una bella princesa no la habría cuestionado tanto.
Él opinaba que seguramente entonces hubiera hecho preguntas peores como: si la nobleza realmente era tan útil, si la tierra la trabaja la plebe por qué se quedan todos los beneficios esos asquerosos burgueses y si acaso no creía en la liberación del proletariado.
Visto lo visto esto lo hubiera llevado directo a la guillotina por comunista y republicano revolucionario en vez de a que lo maldijeran convirtiéndole en una bestia del tipo serpiente gigante y a todos sus sirvientes en mobiliario a pesar del que el castillo estaba ya bien amueblado, gracias. Así que no necesariamente iba a quejarse.
Pero la zorra despechada que parecía estar en pleno síndrome pre-menstrual tampoco era tan mala y le dijo que si lograba que alguien se enamorara de él aun en su aspecto así de desagradable, la maldición se rompería. Wahoo!
Tal vez debía plantearse de nuevo lo de comprar más libros para la biblioteca. Solo como una corazonada. Ojos en blanco.
Fundido en negro.
Esta eees mi pequeña aldeaaa un lugaaar cada día iguaaal, con el soool se levantan todos, despertaaandooo aaasiií...
Azirabelle sale de casa temprano poniéndose el sombrero y estirándose un poco el chaleco y las mangas de la camisa, tomando aire profundamente como todas las mañanas. Ese era precisamente el problema. Todos los días eran exaaactamente iguales. O casi exactamente iguales… al menos cambiaba el libro que leía.
La parte que, de hecho, le agobiaba tremendamente era que, eventualmente, se le acabarían los libros nuevos de la librería. Y consideraba que una vez que pasara eso DECIDIDAMENTE no podría soportar la vida en este sitio.
Mientras tanto, al menos esto del pueblo le parecía soportable. A diferencia de otras cosas del pueblo que no quería ni mencionar… por lo pronto iría a hacer los encargos de su hermana y, ehm, a cambiar el libro. En cuanto lo terminara. Cosa que iba a pasar en los próximos diez minutos. Menos mal que hoy no llovía, porque leer y caminar en la lluvia sí que no se podía.
Así que ahí abre su libro, saca de su bolsillo una manzana y empieza a caminar hacia la ABURRIDA panadería que no era capaz siquiera de hacer pastelitos de calidad, no, puro pan blanco ABURRIDO Y SOSO…
Sí, sí, sí, sí. Vale. Un castillo impresionante a las afueras perfecto como segunda residencia. Un consejo para compradores: si hay que tomar el transbordador espacial, no está TAN céntrico como dice el anuncio. El caso es que una propiedad interesante, finca rústica recién restaurada con un propietario vamos a decirlo de menos... excéntrico.