Siento como me mueven mientras escucho algo a lo lejos.
-Oye reacciona - me vuelven a mover- Despierta – y como se me ha ordenado, despierto.
Tomo una respiración profunda por la boca y trato de pararme pero todo da vueltas, ¿Dónde estoy?
-Hey, tranquila- el trata de acercar su mano pero lo alejo, siento como algo sube por mi garganta y me tapo la boda – Vas a vomitar – ni siquiera es una pregunta, pasa su brazo por debajo de mis rodillas y me carga, el movimiento brusco hace que me maree mas de lo que ya estaba.
Me lleva a un lugar que tiene una puerta abierta, me coloca en el suelo y el sube la tapa de lo que sea eso, meto la cabeza y boto por mi boca un líquido extraño, es amarillo pero transparente, mi garganta está quemando mientras sigo botando ese líquido ácido – Shhhhh- me dan golpes suaves en la espalda mientras sigo expulsando eso.
Me alejo cuando ya no sale más nada, todo sigue dando vueltas pero estas son mucho más rápidas, incluso las luces se están apagando.
-Te tengo- es lo único que escucho antes de que todo sea oscuro.
-Ella no es una chica normal Luther – es la voz del mismo hombre que me saco de la capsula.
Y ahora que estoy un poco más consciente miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en lo que según esta registrado en mi base de datos, esto es un cuarto.
Eh paso toda mi vida encerrada en la capsula de un laboratorio por eso han llenado mi mente de todo la información posible, incluyendo una gran cantidad de idiomas, por eso se cosas sobre el mundo real y de lo que estaba fuera de mi capsula, pero eso no significa que realmente lo conozca.
-Claro que lo es, solo que mi padre la tomo de conejillo de indias por no sé cuánto tiempo y eso no es humano ni correcto –es la voz del hombre que hablaba con el doctor Bartram.
Whispers Bartram el hombre que me ha tenido como experimento toda mi vida, quien me ha torturado y sobre todo quien me ha hecho pruebas hasta el cansancio.
-¿Y qué pretendes hacer?- es la voz de una mujer, una que nunca he escuchado.
-Salvarla-
-¿Y cómo pretender hacer eso? Ther la deben de estar buscando – suena preocupada.
-Necesitamos sacarla de la ciudad-
-¿NECESITAMOS? ¿Cómo que necesitamos? No nos puedes meter más en esto- el hombre suena molesto – LE ROBAMOS UN EXPERIMENTO A TU PADRE, UNO QUE TENIA BAJO LLAVE Y DEL CUAL NADIE SABIA-
Como puedo trato de sacar mi cuerpo de la cama, intento colocarme de pie pero no lo logro y caigo.
Escucho unos pasos apresurados en el exterior de la habitación y me ¿asusto?, miro a los lados tratando de ver algo en donde me pueda apoyar y levantarme, pero veo algo que me deja congelada en mi lugar.
Veo a una chiva tirada en el piso, una de piel bastante blanca, el cabello negro y exageradamente largo, unos ojos grandes y de un negro profundo, tiene el cabello totalmente desordenado y está vistiendo un tipo de camisón color gris, pero lo que más me sorprende es que la chica me está viendo.
-¿Estas bien?- es la voz del hijo del doctor Bertram.
-¿Quién es ella? ¿Por qué esta así? – no aparto la mirada de la chica que está en el suelo.
-¿La del espejo? – Asiento, aunque no sé qué es un espejo, eso no lo tengo registrado – Eres tú – inclino mi cabeza a un lado y la chica hace lo mismo.
-¿Soy yo? – siento como alguien se agacha a mi lado mientras que al lado de la chica también alguien hace el mismo acto – Soy yo – miro a el hombre que esta agachado ante mí - ¿Quién eres?-
Un hombre con el cabello castaño oscuro, unas cejas pobladas, y unos ojos color azul con pequeñas manchas verdes, son tan perfectos que no puedo creer que existan.
-Soy Luther Bartrom, ¿y tú, cómo te llamas?- proceso su pregunta y busco la respuesta para eso que no sé.
- 12 – ese es el único nombre que he escuchado durante el tiempo que he sido consciente de mi entorno.
-¿No tienes nombre? – es la misma voz femenina de hace un rato, una chica sumamente hermosa, cabello castaño con puntas rubias, ojos azules y una cara perfilada, con la piel blanca, y viéndola bien tiene cierto parecido a el hombre que tengo al frente.
-Ese es el nombre que he escuchado siempre, 12 o experimento 12-
-¿Cuántos años tienes?- dudo.
-No lo sé- trato de colocarme de pie pero todo mi cuerpo tiembla.
-Ven, te ayudo- el joven Bertrem me toma de los brazos y luego me ayuda a colocarme de pie, me analiza de arriba abajo – Calculo alrededor de 1,65 de estatura, por tus rasgos pareces entre 22 a 24 años, pero no estoy seguro-
-¿Quiénes son ustedes y que hago aquí? – miro a los presentes.
-Ya te dije quién era, soy Lu...-
-NO, no tu nombre, eso no me dice nada de usted – y es verdad, no me da información del hombre que me sostiene, solo me da el significado de su nombre.
-Soy hijo del Doctor Bertrem, ¿sabes quién es?- asiento – Muy bien, soy médico especializado en traumatología y ortopedia – busco la información en mi memoria y asiento cuando la tengo.
-¿Y ellos- el trata de soltarme pero lo sujeto con más fuerza, no me quiero caer de nuevo - Por favor no me suelte – el me ayuda a sentarme en la cama y la chica que estaba a su espalda toma lugar en el piso, sentándose al frente de mí.