-Ya comí, ¿ahora si me van a explicar?- Leyna se llevó la bandeja donde me habían traido la comida y me dijo que lo que me dieron de comer era una crema de verduras en consomé de carne, no tengo la mas mínima idea de lo que sea eso, pero estaba bueno.
-¿No te gustaría bañarte primero y colocarte ropa limpia?- la mirada de Leyna es de ternura.
-¿De dónde voy a sacar ropa limpia? la única que siempre he tenido es lo que usaba cuando estaba en la capsula-
-Ropa interior- noto la molestia en la voz del joven Bartram.
Busco la información en mi memoria y no consigo.
-¿Qué es ropa interior?- inclino la cabeza a un lado.
Ellos se miran entre los tres y veo como los dos hombres tragan.
-Son las prendas de ropa con las que cubrimos nuestras zonas intimas-
Busco la información de lo que es zona íntima y sale el cuerpo de una mujer y un hombre, ok somos diferentes.
-Ellos no usan la misma ropa interior que nosotras ¿verdad?- Leyna se ríe de manera fuerte mientras niega con la cabeza, en cambio los dos caballero presentes tosen.
-No, para nada- ella se sigue riendo.
-¿Y de donde se supone que voy a sacar ropa interior?- la miro entre molesta y confundida.
-Yo tengo un juego nuevo y tengo ropa de estar en casa, así que por eso no te preocupes, luego nos encargaremos de comprarte ropa-
-¿Comprar?- escucho como expulsan el aire - ¿Dije algo indebido?-
-¡NO!- me sorprende su respuesta al tiempo.
-Es que sabes cosas, pero no todo tipo de cosas, tienes conocimiento de lo más complicado pero no de lo más sencillo, es como…-
-Como si solo te fueran enseñado lo que ellos necesitaban que supieras, pero no lo cotidiano de la vida-
-Eres como hablar con un niño pequeño, uno que sabe cómo desarmar y armar una computadora, pero no sabe caminar-
- Y eso les molesta – tengo una sensación rara en el pecho, llevo mi mano a la zona y la froto – No entiendo, no sé qué hacer- siento molestia en la garganta.
-¿Te siente bien?-
-Sisiento apretado, aquí – señalo el lugar – Y pesa, eso pesa-
-Estas triste- niego, porque no sé lo que me dicen, porque no entiendo, de repente todo lo veo nublado.
Siento como algo se desliza por mi rostro y me asusto, todo lo que se desliza por mi rostro.
-¿Qué es esto?- miro la humedad en mis dedos.
-Lagrimas- miro a Leyna- estas llorando de tristeza- ella me toma de las manos – No te preocupes pequeña, te voy a ayudar a entender lo que no sepas, sé que debes estar abrumada porque estas experimentando sentimiento que nunca has experimentado, esto es nuevo para ti-
-Te vamos a ayudar 12, no te preocupes – miro al esposo de Leyna.
-¿Por qué? ¿Por qué me quieres ayudar tú?- la garganta me arde.
-Yo- baja la mirada – Yo me siento culpable y en parte responsable de lo sucedido, esto no debía pasar, esto que te hicieron no debiste vivirlo nunca, y – humedece sus labios – Yo quiero enmendar mi error- lo veo por un momento mientras analizo sus palabras y su postura.
-¿Nos vas a dejar ayudarte?- miro a Leyna, asiento - ¿Te quieres bañar?-
-Si - aclaro mi garganta – Eso estaría bien- ella sonríe tan amplio.
-Muy bien, yo me encargare de ayudarte en todo lo que necesites, y más ahora, porque no creo que sea capaz de hacerlo sola.
-No, no quiero molestar más de la cuenta-
-Tranquila, soy enfermera y esto es normal para mí – me da unas palmaditas en las manos – Ire a buscar la ropa y a preparar el baño-
-Está bien- ella sonríe y se coloca de pie, luego sale de la habitación seguida por su esposo.
Me quedo pensando un momento, y no entiendo muchas cosas de las que ellos me dicen, ¿y aun asi se supone que soy en experimento perfecto?
-¿Qué sucede?- la voz de Luther me saca de mis pensamientos.
-Todo, todo sucede- miro a otro lado –No entiendo cosas que me dicen, pero otras si, y eso es frustrante.
-Te vamos a ayudar-
-¿Por qué? ¿Tú por qué me quieres ayudar?-
-Porque mi padre es el creador de esto y me hace sentir responsable, a parte no me gusta ver que las personas sufran y menos si puedo hacer algo para ayudarlas, me preocupa que salgas lastimada-