Aun recuerdo nuestra efímera conversación como si hubiera sido esta mañana, donde nos miramos a los ojos y entre sonrisas nerviosas y latidos intensos conectamos con el cielo siendo solo simples humanos.
Si el tiempo fuera manipulable y la ley de intercambio equivalente fuera real, daría lo que me queda de vida para volver al pasado, revivir los recuerdos a tu lado y abrazar al destino que silencioso se escapaba de mis manos.
Es triste pensar que solo vivimos una media de 80 años y al mirar atrás nos damos cuenta que quizás los años que se fueron pudimos haberlos disfrutado más.
Tal vez algún día el viento sople a favor y entre la lluvia y el sol saque una pluma capaz de escribir en los mares del destino y hacer que dos barcos que todos daban por perdidos... Se vuelvan a encontrar.