-papá necesito un favor-
Baje rápidamente las escaleras mientras buscaba las llaves de la motocicleta y dos cascos.
-¿Qué pasa?-
-el autobús no llega, necesito pedir prestada la motocicleta-
-¿prestada? Es tuya, corre y no llegues tarde, solo por favor disfruta el andar en esa cosa, vete-
-gracias-
Corrí a la cochera y vi a la famosa motocicleta, una Izuka 250 estilo chopper crucero, el regalo de mi madre, aquel que me desagrado tanto gracias al comentario que me dio “incluso si yo me voy, sé que te servirá esto más de lo que imagines”. Prendí la motocicleta y revise el medidor de gasolina al mismo tiempo que me ponía el casco y colocaba el otro en mi mano izquierda, sorprendentemente el sonido de prenderla me encanto.
-sí que estas emocionado-
Escuche la voz de mi padre mientras presionaba un botón y la puerta se abría, no me había percatado, eso era peligroso en mi mente pero para mi padre solo significaba que esteba emocionado por volver a manejar, solo fueron segundos los que tarde para salir y empezar a conducir, la sensación del viento era increíble, no la recordaba de esa manera, mientras cambiaba de la primera velocidad a la segunda mi mente solo podía recordar el pasado, mi cuerpo estaba en automático guiándose por la experiencia y el conocimiento previo, ahora más que nunca era el momento por el que había renovado la licencia.
-no puede ser-
Llegue a la parada de autobuses y vi la mirada de sorpresa mientras una sonrisa se formaba en Esteban, puse la moto en neutral y le di el casco, mi mente cambiaba de objetivo primordial poniendo al tiempo como su mayor preocupación.
-pensé que nunca las volverías a usas-
-súbete no tenemos tiempo-
Salto subiéndose y empezamos el viaje, en realidad debajo del casco y visor negro estaba sonriendo, esa emoción la había olvidado pero no tenía que olvidad el por qué estaba en esa motocicleta mientras Esteban reía al saber que estaba conduciendo, siempre se trataba de Sara, aunque ella no tuviera la menor idea en realidad.
-solo la estoy usando porque de otro modo no llegaremos a tiempo-
-nunca olvidare el nombre de esta motocicleta incluso antes de siquiera la tuvieras, “la soñadora” me encanto como tu madre estaba más que alegre de ese nombre diciéndote que nunca dejaras de tener metas-
-también recuerdo que fue por esta moto que los problemas se agravaron-
-y ahora será la responsable de que podamos llegar, Liz me invito y lo sabias, pero no creía que tu irías contando tu pasado-
Me detuve en un semáforo en rojo mientras pensaba en mil cosas en un solo momento, la sensación que producía conducir era indescriptible y el hecho de saber quién ocasiono el tener que usarlo no podía abandonar mi mente.
-yo la apoyo, incluso si depende que use a esta motocicleta-
-vamos amigo, admite que te enamoraste de una maldita vez, no esperes las cosas, solo díselo-
-sujétate si no te quieres caer-
Acelere mientras tenía en la mente todo lo vivido, hace menos de dos meses no tenía metas, tampoco sueños, incluso creía que eran una tontería, ahora estaba en una motocicleta con tal de llegar a tiempo para cumplir una promesa a una guitarrista, si mi antiguo yo pudiera verme solo me preguntaría ¿estás enamorado o por qué haces esto?
-aunque no lo digas, yo te conozco eres como un hermano, así que más vale que seas valiente, porque arriesgamos nuestras vidas con tal de llegar tiempo-
-no conduzco tan mal, aparte no puedo ser tan egoísta, ella puede estar enamorada de otra persona, prefiero no meter el amor en estos momento-
-cuidado con la bicicleta, dios se me olvidaba lo estresante que puedes ser conduciendo si tienes prisa, solo espero que la policía no nos detenga-
Una pequeña risa salió de mi boca mientras seguía conduciendo, no tardamos más que unos minutos en llegar al lugar, Esteban bajo agradecido por seguir vivo mientras en la entrada estaba Liz esperándolo, estacione la motocicleta y asegurándola,
-no esperaría que alguien tan serio y reglamentario, decidiera tener una motocicleta-
Bromeo Liz mientras se acercaba.
-perdón por no ser un personaje de algún libro o película, tengo mi pasado-
-te creo, bonita motocicleta por cierto, solo como dato ¿sabías que a Sara le gustan las motocicletas verdad?-
Mi cara de sorpresa se hizo presente mientras me quitaba el casco, las risas tanto de Liz como de Esteban no tardaron mucho en llegar, mientras caminábamos sujetando mi casco y Esteban el otro entramos, un lugar elegante por dentro que representaba limpieza junto a orden , seguimos avanzando hasta llegar al escenario, todavía no llegaban todas las personas, decidiendo gracias a Liz que lucía un vestido negro que combinaba con el de Esteban que era buena idea desearle suerte a Sara, pasamos a tras bambalinas. Un lugar desastroso con 8 guitarristas de diferentes edades moviéndose de un lado al otro, partituras en todos lados más estuches desacomodados y ropa de la misma manera.