Inglaterra, Septiembre 22 de 1914
Hayes y Wilson llegaron una tarde del 22 de Agosto a la mansión donde vivía el señor Walker, ambos habían tenido que pasar un día entero en el tren. Se enteraron de la victoria alemana contra los franceses debido a la radió lo cual fue bastante indignante para ellos. Pero con tal de hacer justicia, Hayes estaba dispuesto a separar dicha situación de la Guerra que se llevaba a cabo, con el asesinato de aquel hombre; sin contar que, viniendo de una persona rica, dicha tarea debia de tener una buena paga. Hayes era un hombre melancolico pero también interesado en el dinero, después de todo, el dinero pagaba sus utilidades; debido a que era un detective privado era conocido en el bajo mundo sólamente por lo que conseguir trabajo no era muy comun para el ya que sus salarios eran bastante altos. Wilson en cambio era un criminologo recien egresado, por lo que ya tenia algo de información con respecto al crimen que habia sido cometido hacía algunos días.
Ambos estaban ya en espera de que alguien les abriera la Puerta pues ya llevaban rato esperando.. -Señor Hayes- se dirigio Wilson a su misterioso compañero. -Usted cree que haya alguien en la casa?-
-Debe de haber alguien Wilson, ya que en la llamada yo le dije a Messier Walker que vendría en dos días, como usted sabe, yo soy una persona muy punctual así que llegue un día antes- Contesto Hayes a Wilson. A pesar de que se habían hecho buenos compañeros y habían unido fuerzas debido a la situacion que estaba pasando con Andres Brigitte, Hayes era un poco tosco con el joven de algunos veintiseis años de edad. El joven (de apariecia delgada, y delicada, rubio y de ojos azules, lo cual le daba una apariencia mas delicada aun, sin contar con su personalidad un tanto introvertida y timida) era astuto, podía investigar algo de una manera muy profesional; sentía gran admiracion por su compañero Nicolas Hayes.
Ambos platicaban cuando alguien salió de la mansion: -Oh- se dirigio a ellos la joven sirvienta, -ustedes deben de ser las personas que espera el señor Walker. ¡Pasen por favor!- Se apresuro a darles el pase. Hayes y Wilson le dieron su saco cada uno y esperaron en la sala mientras se acercaba Alphonse Walker, uno de los hombres mas poderosos del pais, si no era del todo el continente Europeo.
-Ah señor Hayes, ¡Es un placer!- Exclamo este dandole la mano a lo que Hayes le ofrecio la suya, pero el señor Hayes no la tomo, lo observó con curiosidad.
-Ah me disculpara usted, pero soy zurdo y, aunque me hicieron usar la mano derecha, las viejas costumbres rara vez se olvidan-
-No es sencillo encontrar gente zurda en este lugar aunque, curiosamente conozco otros jovenes zurdos- Contesto Alphonse frotandose la barbilla.
-Si la pregunta no importuna, ¿quienes son messier Walker?-
-No me haga caso. No es algo tan importante- sonrió Alphonse notandose un aire de elegancia en él
Hayes no dio importancia -Esta bien. ¡Ah! pero permitame presentarle a mi compañero el joven Wilson- Agregó Hayes dirigiendose a Wilson.
-Joshua Wilson- Contestó el rubio un poco timido.
-¡Pero si es tan joven!- Exclamó Alphonse -Esta usted Seguro de que sera de ayuda?- Preguntó en pose de espia.
-¡Señor mio!- Se quejó Hayes -No dude de las capacidades de un detective, en este caso yo, y de su acompañante, en este caso él. Por mas joven que este eso no significa que no vaya a ser de gran ayuda, además yo seré su guía, y como dicen despues, dos cabezas piensan mejor que una-
-Eso es verdad señor Hayes, pero vayamos al grano- Cambió la conversación Alphonse -usted sabe lo que paso con mi yerno y necesito a alguien que de tanto con el paradero de mi hija como del asesino de mi yerno. Estoy casi seguro de que fue una persona que lo conocía muy bien-
Alphonse realmente le tenia cariño a su yerno, y por lo que Hayes había escuchado que era una persona amable, de buen corazon y que ayudaba a los pobres, por ello, ¿Quien querria asesinarlo? ¿Y de tal manera tan horrible?
-Lo se señor, imagino yo que usted quiere que yo investigue el asesinato de su yerno, ¿No es asi?-
Alphonse se sentó, y apoyo los codos en el escritorio de su despacho, cosa que no era común hacer para un Ingles, por lo que debio de estar muy molesto, Tanto como para olvidar sus modales.
-Supongo que ha escuchado de lo que pasó con Francia?- prosiguió Hayes.
Walker suspiró, -He escuchado. Cada día las cosas se complican más para los franceses, sin olvidar la alianza que tenemos los ingleses con ellos, si ellos caen lo haremos nosotros por igual, por lo que, tal vez los ingleses se unan a la Guerra, es una lastima, en mis sesenta y ocho años de vida no había visto algo como tal. Pero veame, hablando con nostalgia, me he dejado llevar. Y, ¿que clase de persona soy? Olvide decirles que tomaran asiento, Vamos por favor, sientense, estan en su casa-
Ambos se vieron el uno al otro y decidieron sentarse para seguir escuchando la historía del señor Alphonse Walker. Este les explicó como alguien le habia estado robando a su yerno y que, probablemente era la misma persona que lo había asesinado.
-¿Conoce usted personas que pudieran tenerle algún odio a su familia? ¿O envidia?- Preguntó Hayes a Alphonse.
Él negó con la cabeza, -ese es el problema, no conozco a nadie que le tenga odio a mi yerno, todos eran muy buenos amigos suyos y con la guerra ahora no se en quien confiar y en quien no-