El Audio de Dev

Capítulo 3.

 

                      ✧◝()◜✧  GRACIAS LAYS, PERO NO GRACIAS.  ✧◝()◜✧

 

 

Nos tardamos muy poco en llegar a casa.

Claro, en auto todo es mejor.

Lays se parquea enfrente de casa, Leah sale disparada del auto para ir al baño. Agarro los cuadernos de Lays y me cuelgo mi mochila al hombro. Antes de que salga, Lays toma mi mano.

—Oye — me dice y se acerca un poco a mí — Ayer en la noche, las malditas recomendaciones de YouTube se pasaron.

—¿Y yo que tengo que ver? No trabajo en la empresa de YouTube — le digo extrañada, ella solo rueda los ojos y me suelta la mano.

—El punto es que te enviaré ese aud…— la interrumpo.

—Ah ya entendí — digo rápidamente mientras achico mis ojos y le sonrió mientras niego con mi cabeza — Esos audios cochinos de hombres tocándose. Lays, ya habíamos hablado sobre eso.

—¡Lo sé! — relame sus labios, señal que va a decir un gran testamento — Pero es que nunca has escuchado uno, y quiero que escuches este, ¡Es genial! Por favor Airam, déjame mandártelo.

—A ver — reclamo mis labios, justo como ella lo hizo. Ella se recuesta en su asiento esperando mi turno de defensa — primero que nada ya escuché uno, y estaba horrible ¡Por dios Lays! Ese hombre decía estar solo y decía “Ah que rico es follarte”…¡Estaba solo!.

—Se lo decía al que estaba escuchando su audio — dice obvia.

—No importa, yo estuve pensando en que estaba solo todo el tiempo y todo lo que decía iba para el fantasma de su cuarto. Al que invocó por hablar solo — maldita sea, ahora me está viendo cómo si fuera una total loca.

—No tengo palabras para responderte a lo que me acabas de responder, pero, ese audio es diferente — ruedo mis ojos y mejor me salgo del auto. Lays es capaz de ponerlo si me quedo.

—Gracias, pero no gracias — cierro la puerta y le sonrió inocentemente.

—Te lo enviaré, y créeme, no te arrepentirás de haberlo oído — y antes de que le diga que no lo quiero, se va dejándome parada.

 Vale, es normal eso.

Me doy la vuelta y camino hacia la puerta de mi casa. Cuando estoy dentro, una garrapata se me prende en la pierna.

—¡Hermana!— Grita Daffy. Me agacho para quedar a su altura y abrazarla.

—¡Hola tiburoncín!— la abrazo y la lleno de besos mientras ella ríe.

—Tardaste Airam— me sobresalto al escuchar la voz de la tía Grace.

—oh, hola, no sabía que estaba aquí…—

—No iba a dejar sola a tu hermana mientras tú hacías tus cosas — me quedo callada, si le digo, no me creerá. Suelta un suspiro pesado y sigue hablando — Ven conmigo Airam.

Veo que se dirija a la sala. Volteó a ver a Daffy, quien me ve preocupada, le sonrío y le doy un pequeño pellizco en la nariz.

—No pasa nada Daffy — le digo mientras me pongo de pie — ve a buscar a Leah, dile que te dé un baño de burbujas, ya llegaré yo.

Asiente y siendo obediente, se va corriendo para el segundo nivel en busca de Leah.

Me dirijo hacia la sala, y al entrar, la tía Grace está sentada en el sofá individual. Me ve de arriba hacía abajo. Ella está en la cima de una montaña, tiene todo, obtiene todo y no pierde nada.

 Usa ropa, collares y objetos tecnológicos de alta calidad. En este momento, ella se ve como una de esas mujeres empoderadas, que tienen millones de dólares en la palma de la mano, usando un vestido amarillo que se amolda a su cuerpo, joyas en exceso y un bolso que a de costar demasiado dinero. Ella aparenta ser una de esas mujeres, pero lo único que tiene es un esposo millonario que le da todo lo que ella quiere y que solo lo utiliza.

Me examina, y es obvio que le da desagrado mi forma de vestir. Que viene siendo pura ropa holgada. No me afecta, desde hace mucho tiempo atrás dejo de importarme su maldita opinión.

—¿Me va a decir lo de siempre? — le pregunto desde el umbral de la puerta, ¿para que me siento? si ya se lo que va a pasar.

—¡Por dios Cassidy, cuando vas a entrar en razón!— me grita de una forma muy fina. La veo extrañada.

—Airam, no Cassidy. Y nunca en mi puta vida voy a aceptar tu “entrar en razón” — le digo enojada.

Se levanta y camina enfurecida hacia mi, su mano agarra mi cara y sus uñas se hunden en mis cachetes, doy unos pasos para atrás para que me suelte pero no lo hace.

—¡TE BENEFICIA A TI! — Me grita en la cara, apretando mucho más sus afiladas uñas en mis cachetes — Te quitarías un gran peso de encima y de paso a nosotros, que estamos al pendiente de ellas cuando tú te vas, ¿Por qué no lo ves? Ellas estarían mejor con otra familia Airam.

Niego con la cabeza, una y otra vez.

—¿Te gusta verlas llorar cuando tus padres pelean? ¿No crees que todo eso les está creando un trauma? Airam, piensa en ellas…— deja de hablar cuando me muevo demasiado, haciendo que me suelte de su agarre.

—¡NO, YO LAS QUIERO Y NUNCA DEJARÉ QUE ME LAS QUITEN! — le gritó alejándome de ella — Ellas no son un peso para mí. Yo nunca les he dado ese cargo a ustedes, ustedes vienen y se las llevan y luego vienen a decirme que lo hacen por mi, ¡Pero mienten! Lo hacen para luego echarme la culpa de que ellas sufren por mí, y que deberían irse a un orfanato. ¡Yo las he cuidado desde que nacieron y nunca se quejan de lo mala que soy!

Inhaló una bocanada de aire, unas lágrimas salen de mis ojos y mis manos tiemblan. Ella se quedó parada, viéndome enojada. Pensé que me golpearía o algo por el estilo, pero lo único que hizo fue ir por su bolso e irse echando furia.

Abro y cierro mis manos, intentado controlar lo que estoy sintiendo.

Abro y cierro mis manos una y otra vez.

 



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En el texto hay: humor, juvenil, romance

Editado: 16.08.2022

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