¡Dios! Tengo que seguir corriendo, el maldito asesino está detrás de mí, viene persiguiendo me desde hace 15 minutos, creo que el instinto de supervivencia y la adrenalina me han hecho correr sin descanso, viene encapuchado y todo de negro, trae consigo un cuchillo en la mano izquierda, por alguna razón el que sea zurdo me recuerda a...... ¡NO! Me niego, no puede ser, él no.
Sigo corriendo, esto me pasa por salía, por querer ayudar a ciegas ¿Por qué soy tan pendeja?
Escucho sus pasos detrás de mí, se que está cerca y, muy cerca, pero no perderé las esperanzas. Dios no permitas que me atrape, imploro mentalmente. Logro llegar a la carretera y siento la libertad cerca, se acerca un auto, ya no siento al asesino atrás, corro con lo que me queda de fuerzas hacia el auto y un alivio me invade cuando veo que es él.
–Gracias a Dios eres tú–digo su nombre–me querían secuestrar.
–Sube,– me hace una señal con su cabeza–vamos a casa.
Me subo al auto y me pongo cómoda, al pasar unos 15 minutos aproximadamente caigo en cuenta que no vamos camino a Caleb, sino en sentido contrario.
–¿A dónde vamos?
–Veras mi querida amiga, estás viendo a tú verdadero asesino.
Me le rio en la cara.
–Me estás jodiendo ¿No?
–Lo siento preciosa, vamos camino a tú final.
Harta de la broma pesada me enojo.
–Suficiente, detén el auto.
No sé en qué momento lo hizo, pero de un movimiento rápido sacó un arma y mientras con su mano izquierda conducía, la derecha me estaba apuntando a la cabeza. Asustada me callé, miré su perfil y esos ojos miel con un casi imperceptible verde me miraron por un instante con una expresión que no pude descifrar.
Entonces pregunté:
–¿Tú?–al no recibir respuesta continué–¿Por qué? ¿Qué te hice?
–Ya lo sabrás amore, lo sabrás. Ahora cierra esa linda boca.
Llegamos a una mansión "abandonada" aunque para mí eso era una fachada, al entrar descubrí que estaba en lo correcto, pero no fue eso lo que me dejó sin habla, sino la persona frente a mí, la cual fue la que me recibió.
Estaba perfecto como siempre, pero al verlo ahí mi mundo se vino abajo y mis ojos se cristalizaron, a punto de sollozar susurré:
–No......
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Salía: termino venezolano para una persona metiche, entrometida.
Pendeja: termino venezolano para una persona estúpida, tonta.