"El Beso Alado De Las Estrellas”

"EL BESO ALADO DE LAS ESTRELLAS"

 

“EL BESO ALADO DE LAS ESTRELLAS”:

“EL PODER DEL CORAZÓN”

 

AUTOR: KRYST C. LYONELS

 

 

Era un precioso día de primavera. Los oníricos rayitos de sol, pincelaban un apasionado destello iridiscente, casi sobrenatural, sobre las aguas turmalina, de una laguna ya, que hacía algún rato había llovido a cántaros, y ahora, un pintoresco tobogán arco iris, se elevó hacia el firmamento, como un maravilloso y colorido dragón multicolor, rumbo a la luna. Mientras, los pajaritos cantores, nos deleitaban, con la celestial y fabulosa música, de sus “pío-pío”.

 

Mientras, desde el otro lado de la plaza, un papagayo arco iris, se dirigió hacia el norte, atravesando las hercúleas copas de los árboles. Justo en ese momento, oí un sonido dulce, efímero y ardiente, (como el dulzor del primer beso, de una estrella adolescente).

 

Parecía provenir del mismo cielo. “¡Definitivamente música, para morir enamorado!”_ pensé.

Giré mi cabeza, y allí, parada frente al palomar, una preciosa niña, de zapatitos de charol, vestido rosa y ojos tan hermosos y celestes, como rocío el cielo.

 

“¡Es un ángel!”_ suspiré. Y acto seguido, acabó la función. Y el melifluo sonido del violín, tras apagarse, me volvió a la realidad…

_ ¡T-tocas, m-mmm... muy biii… bien!”_ le susurré al oído, mientras la jovencita, empacaba su instrumento…

_ “¡Grrr… graa… gra...ci...as!”-_ agradeció la joven, poniéndose colorada, (como la más jugosa y refrescante, pulpita de sandía).

_ ¡Booo.. boniii.. bo-ni-ta chhha…!

_ ¡Chaquettt!…

_ ¡Cha-que- ta!

_ ¡Graaa… gra… gra-ciii- aaas, bbb… booom… bom-bón!_ le dije, mientras la contemplaba, parado frente al autobús de la itinerante banda musical.

_ ¿Cuuu… cu-aaa… cu-ál eee… es tttuuu… tu nom… nom-bre?…

- ¡Paaa...tri… ciii...o!

_ ¿Yyyy… ttt… ttt.. tttúuu… tú?_ inquirió la dulce princesa, del vestidito rosa.

_ ¡Aaaa… riii… eee… la!..

_ ¡A-rie-la!- concluyó su frase, la pequeña. Fue así, que Ariela y yo, congeniábamos de maravilla…

A ambos, nos gustaban las películas de comedia, comer papas fritas y caminar “etéreos”, por el campo… lleno de preciosas vaquitas, cariñosos terneritos y Felipe, nuestra mascota, un

fantástico y juguetón perrito, adicto al licuado de uva, con la cabeza más grande que un termotanque y las patitas, delgadas y finitas como escarbadientes. Me encantaba su compañía, y estoy seguro de que Arielita, me adoraba, tanto como yo. Esos mágicos años, nos la pasamos viajando, con su banda musical. Estuvimos en Buenos Aires, dando funciones, en el mítico Teatro Colón. Pasamos por Viena, (en Austria), donde bajo la serendipia de los sueños, “le juré que la amaría, hasta el último aliento”. Además, en Italia, comimos pizzas y paseamos por Venecia, sobre esos románticos botes, de perfumadas maderas de cerezos. Y bajo el alado resplandor de las caricias del arco iris, probé del dulce néctar de su boquita, por primera vez.

Y en Finlandia, gozamos de sus paradisíacos y nevados paisajes, y jugamos a escondernos, y hasta armamos un obeso muñeco de nieve, y hasta adornamos su carita, con nariz de berenjena, ojitos de aceituna y hasta un sombrero de vaquero.

¡La pasábamos genial!

Y, de paseo por Argentina, viajamos a la maravilla hecha copitos, de “la ciudad del hielo eterno”, de la bella San Carlos de Bariloche. Y esa vez, hasta aprendimos a esquiar. “Como dos palomas de amor, surcando los paisajes, de las nevadas puertas del Cielo”. Y… ¿recordás Barracas, amada mía?… ¿donde bailamos esos tangos… y las melodías navegaban en tus oídos de sirena, mientras mis piernas “de madera”, vibraron esa noche, al compás, del dos por cuatro”…?

Y nos besamos. Y el verano en nuestros cuerpos, hizo estallar nuestras hormonas. Con la

galáctica potencia, de un incendio tropical. Y te hice el amor. Y pincelé con la roja tinta de mis labios: tu figura de Venus de Milo, tus caderas de sirena, de corales y cayenas. Y te besé en la piel. En los eróticos pétalos de tus labios, planté… los resplandores celestiales de las estrellas.

Y gemías y la música de tus gemidos, era la más bella melodía… como si los ángeles en el Cielo, festejaran de alegría, la desnudez de las estrellas, trayendo luz a nuevas vidas. “¡Fue realmente maravilloso!” Recuerdo, que ambos lloramos, al recordar ese dulce encuentro, que hoy tiene olor a lejanía. Y acto seguido, mi “princesa”, se durmió en mis brazos. Luego… me quedé pensando: “¿Qué es el mal de Mortimer Sun…? Según Ariela, era una enfermedad peligrosa y poco común: empieza, con falta de energía, descenso de peso anormal… y, en casos avanzados… puede conducir a la muerte.



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En el texto hay: adolescentes, amor, chicosdown

Editado: 24.11.2018

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