Capítulo 31

Solo una coincidencia
Bailey
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Abro los ojos tardando unos minutos en que mi cerebro se despabile, me muevo en la cama para sentarme y veo que estoy en mi habitación. Vuelvo a recostarme en mi cama sintiendo un agudo dolor en mi cabeza por mis bruscos movimientos. Me giro en la cama dejándome abrazar por las cálidas sábanas de mi cama y con algo de pereza me abrazo a una de mis almohadas. Tardó unos minutos en que la pereza me abandonara y yo pueda salir de la cama estirando mi cuerpo, la casa está en silencio como siempre.

En la planta baja se escuchan las voces de mis padres en la cocina es algo raro encontrarlos a los dos en la casa y a un menos ahora se supone que mi madre estaría tapada de trabajo estas semanas. Bajando las escaleras veo a Jade bajarlas adelantándome rápido para ir a la cocina en busca de comida maullando en busca de que mis padres o yo le demos lo que pide. Mi mamá es la que se encarga de darle comida a mi gata y yo me siento alado de mi papá dando un vistazo a lo que estaba haciendo en la computadora.

– ¿Planean una segunda luna de miel? – pregunto al ver los paquetes de viajes para recién casados, muchos lugares paradisíacos y sitios románticos que si no conocer a mis padres juraría que si lo visitan me traerán un hermanito o hermanita.

– Tu padre piensa que necesitamos pasar más tiempo juntos y como nuestra primera luna de miel no fue algo soñada piensa que una segunda en estos momentos es lo mejor – responde mi madre con los ojos irradiando felicidad y mirando a mi padre pude contemplar el mismo brillo en su mirada.

– ¿Cómo es que luego de tantos años de matrimonio aún siguen estando tan enamorados? – apoyando mis codos en la isla de la cocina me inclino hacia adelante para escucharlos hablar. Ambos se miran dedicándole una sonrisa y vuelven a verme con ese brillo en sus ojos que tanto me gusta ver.

– No dejamos que el amor muera y hacemos otras cosas que no podemos decirte – soltando una risa picara mi madre le guiña un ojo a mi padre y yo me cubro la cara ocultando una mueca de asco. Pensar en mis padres teniendo intimidad me resulta algo para nada agradable ni siquiera quiero poner es imagen en mi cabeza es asqueroso.

– Será mejor que me vaya – apartando mis manos de mi rostro retrocedo dos pasos pero la mano de mi padre sobre mi muñeca me detiene. Me estaba viendo con seriedad y el ambiente se volvió un poco más tenso, soltando mi muñeca mi padre me indico que me sentara.

– Tenemos que hablar sobre lo que pasó con Alec y tu – la voz de mi padre era seria, es su tono de oficial que pocas veces ha usado conmigo y con mamá. A él no le gusta traer el trabajo a casa y se que tampoco le gusta usar ese tono con nosotras pero cuando quiere tocar temas serios es inevitable que saque ese tono.

– Papá lo que pase entre Alec y yo es un tema nuestro, te quiero pero ya es momento que me dejes enfrentar ciertos temas sola – pase muchas situaciones estando sola pero no se lo quiero echar en cara los amo pero ellos me enseñaron a ser independiente desde que era una niña. Deje de ocupar niñera desde que tenía once años y siempre me ocupe de mis problemas sola. Pocas veces necesite ayuda de mis padres y esta no sería una excepción, conozco a mi padre y se que se preocupa por mi pero no necesito de su ayuda o consejos ahora.

– No es que desconfiemos de tu capacidad de enfrentar tus problemas solas hija solo que no quiero verte llorar por un chico de nuevo. Eres mi princesa y no quiero que nada malo te ocurra – confiesa mi padre pasando su brazo por mis hombros y de un tirón algo bruto me atrajo a su costado para abrazarme con fuerza. En comparación con mi padre soy bastante pequeña y su abrazo me despego del suelo unos cuantos centímetros.

– Hija tomes la decisión que tomes siempre te apoyaremos pero ten en cuenta que no olvidamos todo lo que pasó – mi padre me soltó y me gire a ver a mi madre que estaba seria, me decía todo esto por el tiempo que estuve tan deprimida por lo que paso con Alec. Ahora que veo todo lo que pasó entre nosotros me siento tan estúpida, fue realmente muy inmaduro de mi parte alejar a Alec de mi sin darle la posibilidad de hablar. Pero me encontraba tan enojada, triste y decepcionada de él que por culpa de mi orgullo no lo deje explicarse como debería hasta que fue realmente tarde.

– Lo sé mamá pero yo actué de una manera inmadura con Alec, no lo deje explicarse y me deje llevar por mis miedos e inseguridades – hasta ahora tenía miedo de estarme equivocando y decidir hablar con Alec sea una pérdida de tiempo.

– Cariño me enorgullece escucharte hablar de este modo, creces tan rápido y yo apenas si te puedo ver por mi trabajo – mi madre estaba de sentimental y eso me afecto por todo lo que había vivido con Angelic y no pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas.

– No se pongan sentimentales mis chicas es mejor que no pensemos en el trabajo o en lo rápido que está creciendo Bailey. Solo disfrutemos de este momento en familia – interrumpe mi padre abrazándonos a ambas, mis padres no son tan cariñosos nunca pero puedo entenderlos que estén sensibles porque quieren tener su segunda luna de miel y no deben preocuparse por que yo no necesito niñera.

El abrazo de mi padre se rompe y yo puedo verlos continuar con lo que sea que estaban haciendo y es el momento en donde yo puedo irme. Pasaría el día con Angie yo necesito verla y saber que está bien, tengo que pasar un tiempo de calidad con mi mejor amiga.

Alec
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Megan pasa un algodón por su ceja y suelta un quejido cuando el alcohol hace contacto con su herida, los pequeños rasguños de su rostro aún no se curan. Mi hermana es lista pero su fuerza no es superior a la de muchos de la manada y es por eso que casi nunca se la ve peleando por lo que no es sorpresa para nadie verla tan lastimada. Soportando el dolor se termina de curar los rasguños de su cara y tira los algodones en el tacho de la basura deteniéndose a medio camino cuando se percata de mi presencia.