Luego de escapar de lo que probablemente hubiera sido su último día sobre la faz de la tierra, calló rendido bajo un árbol.
Al despertar ya no estaba en el mismo lugar, miró la habitación, la cual parecía un sótano, estaba acostado en una especie de sofá. Por ahora todo iba bien, hasta que comenzó a escuchar unos sollozos provenientes de algo, o alguien a sus pies. Bajo la cabeza y lo que vio lo dejo atónito, sin palabras, Izael estaba sentado a los pies del sofá, con la cabeza metida entre las piernas, sollozando.
-I,Izael ¿e,eres tú?. -pregunto tartamudeando sin aún entender cómo estaba ahí, a lo que el chico levantó la cabeza y su rostro se iluminó con un atisbo de alegría y corrió a el, rodeándolo con sus brazos en un tierno abrazo.
-Taion, estás vivo, creí que ya no despertarías.
-N,no lo entiendo, ¿Que haces aquí?, ¿Como estás aquí?, ¿Por qué yo estoy aquí y no...muerto?
-Espera, tranquilo, una pregunta a la vez.
-Si, lo lamento- se disculpó- ¿Que haces aquí?.
-Pues, cuando llegue a casa, nuestras madres me dijeron que habías muerto, pero sabía que no era cierto- afirmó mientras comenzaba a llorar, no de tristeza, sino de alegría- así que vine aquí a buscarte, pero...ya en el primer día casi me matan, si no fuera por el- señalando con un movimiento de cabeza al peli-rubio de su lado- y su hermano, el te salvó, así que si quieres agradecer que sea a él.
Taion estaba aún sin comprender, ¿por qué su amigo había echo tal locura?, ¿Acaso no sabía que había un asesino en ese bosque?. Giro el rostro y miro al chico más bajo de la habitación.
-Gracias- miro a su hermano- gracias a ambos, les debo mucho, me salvaron la vida.
-No hay de que, fue un placer ayudar- contestó Himun tiernamente.
-Bien, ¿Ahora que?, Ellos no se quedarán con nosotros- aseguro su hermano.
-¿Por qué no?- interrogó Himun mirándolo desde abajo.
-Por que no, apenas si conocemos a uno de ellos, no sabemos lo que nos podrían hacer, ¿Acaso lo olvidaste?, No podemos confiar en nadie.
Izael, al escuchar esas palabras bajo la cabeza apenado, no entendía como el podía pensar tal cosa, ellos jamás harían eso, aunque era entendible el miedo de el chico.
-Escuche señor, nosotros jamás haríamos eso- dijo Taion notando la mirada triste de su amigo- se que es difícil confiar, pero es la única forma si queremos derrotar a Carel- su última palabra dejo a todos atónitos, ¿Carel?, ¿Quien era ése?.
-¿Carel?, ¿Derrotarlo?, ¿Quien es?- preguntó Izael mirándolo.
-¿Que?, ¿No saben quién es?, es el que me hizo esto- comentó levantando su mano lastimada, con la venda que el hermano de Himun le había puesto- Es un asesino, un psicópata, de alguna forma el es el que hizo a los monstruos, c,creo que hizo una especie de trato con el demonio, por eso tiene esas habilidades, los monstruos cazan personas y se las llevan a el, para que las torture y las mate.
-¿Q,qué?, Y,yo no sabía eso- habló el más bajo.
-No debías saberlo- dijo el joven a su lado.
-¿A qué te refieres?.
-No te lo dije por qué... El fue el que... El que mató a mamá y papá, por eso vinimos a este bosque, con la esperanza de encontrarlo y acabar con el.
-¿A... mamá y... papá?, ¿Por qué no me lo dijiste?.
-¿Nunca te preguntaste por qué estábamos aquí?.
-C,creí que no lo sabías.
-¿Saber qué?, ¿Lo de que no podemos salir de aquí?, ¿Lo de los monstruos?, No, no lo sabía.
-¿Espera, qué?, ¿como que no podemos salir de aquí?- habló Tae
-No, lo lamento, se puede, pero, solo averiguando el enigma- contestó el peli-negro.
-Oh, cierto, ya vengo- dijo uno de ellos, antes de salir a buscar el pergamino. Al volver comenzó a leerlo en voz alta- La raíz de un árbol lo mantiene con vida y lo alimenta, encuentra la raíz de todo mal, tala un árbol, libera al pecador.
- La raíz de todo mal, la raíz de todo mal, tala un árbol, ¿Libera al...?, ¡¡Espera, ya lo tengo!!- gritó emocionado.
-¿Qué?, No es cierto, no te creo- habló irónicamente el joven cuyo nombre aún se desconocía.
-¡¡Si, de verdad, es Carel, es el que crea a los monstruos y es un asesino, el la raíz de todo mal dentro del bosque, si lo matamos, básicamente liberaríamos su alma, liberar al pecador, hay que..hay que... Hay que matarlo!!. Descifró por fin.
-Es, es verdad, tiene mucho sentido- respondió Izael pensado.
-Bien, si es lo que hay que hacer, pues entonces lo haremos... Y aunque no me guste mucho la idea, tendremos que trabajar en equipo si queremos derrotarlo, pero no ahora, pronto va a anochecer y no queremos tener "visitas inesperadas", así que mejor nos vamos a casa, mañana pensaremos con claridad sobre el tema.
-si, es cierto, por cierto, olvidé preguntar sus nombres.
-oh, lo lamento, yo soy Himun, y el mi hermano Neimon- se presentó dando un paso al frente.
Neimon, el hermano de Himun, un joven adulto de unos 23 años, con cabello marrón y ojos del mismo color. Tenía un buen físico, se notaba el ejercicio en sus brazos y piernas. Su voz era grave, no tanto como la de un hombre mayor, pero más que la de ellos.
-Bien, ahora que ya nos conocemos, mejor vámonos- dijo Neimon.
Luego de eso, los cuatro se dirigieron a una cabaña en medio del bosque, la cual solo tenía dos cuartos, así que los chicos tuvieron que compartir cama, pero eso no les molesto, ya que estaban bañados con las ganas de por fin matar a ese hombre malvado, el cual había estado matando y atormentando a miles de personas a lo largo de todos estos años.