En el patio de la mansión, un joven estaba de pie frente a gran árbol de cerezo morado casi seco, aun así, albergaba más que vida, poseía recuerdos. Danner tenía miles de recuerdos alrededor de ese tronco; antes hubo un columpio y su madre lo empujaba, cuando se elevaba podía contemplar lo precioso del jardín durante la primavera.
—Me preguntaba a dónde habías ido —dijo Oliver a escasos metros.
El castaño lo observó brevemente.
—Todos se están preparando para emboscar a la criatura en la casa de los Yuriana, no tengo ganas de estar en ese revuelo.
—¿Irás?
—Lo haré, pero solo como un apoyo, tan pronto como se someta al ser, entonces habré acabado con mis hermanas.
Oliver no respondió, desconocía las emociones.
—La primera vez que nos besamos fue aquí, ¿lo recuerdas?
Danner no entendió por qué tocó ese tema, pero su boca fue más rápida que su cerebro:
—Lo recuerdo como si fuese ese momento.
El silencio se hizo y Danner tomó valor, aunque, el miedo rondaba en su estómago, necesitaba decírselo para estar en paz consigo mismo.
—Siento haberte dejado atrás.
De nuevo, no hubo un solo ruido.
—Sé que no querías lastimarme.
—Sí, yo…
—Pero me lastimaste cuando te fuiste.
—Oliver.
—Olli.
—¿Eh?
—Me gusta cuando me llamas así.
Danner miró hacia arriba, tuvo una extraña pesadez húmeda alrededor de sus cuencas.
—Lo siento, Olli.
—No estoy enojado, no ahora —confesó—, pensé en gritarte cuando nos viéramos, pero, por extraño que fuera, solo tuve ganas de abrazarte y besarte cuando te vi, fue como si nunca te hubieses ido, como si todo el enojo que tuve y el miedo por tu bienestar…
—Olli.
La voz de Danner escasamente salió.
—Entiendo por qué te fuiste, lo entiendo, pero me hubiese gustado ser tan fuerte como para desmentir lo que escribiste en tu correo, lo que, por cierto, me hubiese ofendido que no fuese una carta a mano, pero tu letra es realmente fea, gracias por no obligarme a descifrar esos jeroglíficos
Sería imbécil.
—Eres un atrevido —le discutió, dándole una palmada reserva en el abdomen.
Oliver jadeó.
—Oye, no puedes golpear a un intercesor, podría arrestarte.
—Sí, todavía me sorprende que seas un intercesor —acotó el brujo—, ¿por qué? Si odiabas tener que estar relacionado con la política, entonces, vas y te conviertes en un evaluador de las brujas para saber si se están comportando bien, es increíble.
—Era la única manera en que no estaría atado al aquelarre Armstrong.
—Oh.
—¿Por qué te fuiste en realidad? —La mirada azul se posó en él y no valía su determinación, tuvo que alejar sus vistas.
—Cuando mis poderes se descontrolaron, herí a mis hermanas sin querer, yo… Olli, no hubiese podido soportar verte en esa situación por mi culpa.
Las manos del rubio se apretaron, sus pelitos se erizaron, incómodos al escuchar lo que se temía.
—Si proyectabas mi miedo no estoy seguro de haberlo soportado en aquel entonces —el estómago de Danner se apretó, Oliver sabía más de lo que pensó—, y me odié mucho por eso, todavía lo hago, odio esa parte de mí que no puedo desmentir, no pude decir que todo estaría bien, porque hubiese sido falso, yo no hubiese estado bien.
Danner se pasó la mano derecha por el cabello.
—Siento no haber vuelto, pero no sabía si tenía ese derecho después de dejarte —confesó, con las mejillas sonrojadas.
—Tampoco te busqué, no podía herirte, sabía que, si no era fuerte para tolerar tu magia, entonces de nada valía estar ahí, sabiendo que en cualquier momento por mi incompetencia podía causar heridas irreparables.
—Olli, eso…
El hombre se paró frente a él, lo miró firmemente.
—Me estuve esperando todos estos años, preparándome para cuando un día tu pudieses regresar —dijo—, porque una vez te prometí que estaría contigo para toda la vida, eso significaba que incluso si estábamos separados, yo seguía siendo tuyo y tu seguías siendo mío.
Los ojos del castaño se llenaron de lágrimas, Oliver tomó valor sin saber la reacción, con el reverso de sus dedos acarició la mejilla izquierda del joven. Una extraña pureza se develó en sus ojos.
—Tu piel es tan suave como la recuerdo.
Danner no apartó el contacto, en su lugar, sus párpados se cerraron como un reflejo, su energía mágica se fue levantando sin que se diera cuenta. La magia responde a las emociones de su dueño, el corazón de Danner no había palpitado tan fuerte antes, se dio cuenta que seguía queriendo a Oliver, pero más impresionante, que Oliver todavía lo quería a él.
Editado: 12.08.2023