Capitulo 8: Una nueva vida

Cuando terminaron de traspasar aquel manto rosado, estaban en un bosque, por donde pasaba un río, el ambiente estaba un tanto congelado, por la joven prometida  sintió un poco de frío al poco estar. Pero no importó, se limitaron a mirarse, ella no podía verla por la armadura, pero pudo sentir su mirada,aunque el corte visual fue breve, pues este abrió sus fauces,dejando al joven al descubierto,se dieron un abrazo para rematar con un apasionado beso, poco a poco la armadura comenzó a salir sola de su cuerpo, más bien se contrajo hacia la espalda de él joven, sintiendo así, el calor del cuerpo.

• Hemos escapado al fin - comentó Balthazar - eso fue … no importa, ya acabó.

Al poco recordó las heridas  causadas en su lucha contra la mantis, vió su brazo y comprobó que estaba sano, solo una cicatriz en la piel, la cual estaba oscurecida, se levantó su ropa superior, para  comprobar que estaba sano, salvo las marcas.

• No me lo puedo creer - exclamó sorprendido - mi cuerpo ya no tiene heridas.
• Su cuerpo…. - comentó - te viste antes desnudo tu torso, pero esas marcas…
• No te preocupes - respondió - lo importante es que estamos a salvo.

De un momento a otro, el joven cayó aturdido al suelo, lo único que pudo escuchar, fue a su querida Aislinn gritando su nombre asustada.

Todo parecían nieblas alrededor, hasta que una vez más aquella majestuosa criatura con apariencia de reptil gigante apareció frente a él.

• EL mundo no es el mismo - comenzó a narrar - pero el mundo a su vez no puede cambiar, el destino del fin está cerca, el tiempo se acaba y la tierra perecerá.

Su voz resonaba con solemnidad, con mucha tranquilidad, la criatura miraba al cielo, donde podían verse las estrellas de cerca, Balthazar tuvo la impresión a estirar la mano y alcanzarlas, pero no fue necesario él prominente ser lo hizo, las estrellas comenzaban a danzar entre sus garras,en círculos danzaban en todas direcciones.

• Es usted un llamado ancestral - dijo el joven, pero su voz no sonó.
• Así es mi joven guerrero - respondió - mi raza, los Ulhmur, es tan antigua como el mismo tiempo, nacimos al principio de todo, junto a los verdaderos dioses celestiales que habitan más allá de las estrellas, donde mis hermanos y padres llegaron.

Su tamaño era colosal, mientras los astros giraban en sus manos, podía ver que había a su alrededor, o mejor dicho, saberlo, era un precipicio, en donde estaba acostado al borde de este, mientras el ancestral provenía del fondo sin límites.

• Vengo de un tiempo tan distinto a este que no podrias asimilarlo sin morir en el proceso - continuó narrando - pero puedo decir, que vine a morir intencionalmente, para que un joven Rey pudiera conquistar y ver si podían cambiar el destino de aquel mundo, pero no fue así, aunque he de decir, que te elijo para cambiar este destino, si va proseguir, será de mejor manera posible, aquellos que se alzan como dioses está destruyendo todo antes los divinos oscuros, por favor, impide que mi hijo que yace en su huevo sea dominado como mi hermano y en cuanto a él, eliminalo.

Le costaba entender lo que decía, hasta que recordó las palabras del ancestral que emanaba frío, siendo ambos hermanos.

• Ve con un hombre llamado Teocelsio, el gran brujo - decía con su voz profunda- él tiene una parte de mis huesos, el hizo aquella armadura con mis escamas, y la inundó con mi sangre para darle vida, que ademá usó para crear una piedra de la cual bebe vida y tienes que pedirle lo siguiente: crea la espada definitiva con mis huesos, el resto de mi cuerpo fue llevado a un entierro más allá del cosmos, por eso no hay más. Por favor destruyelos y salva la mayor cantidad de personas, el mundo no puede cambiar, pero al menos las vidas pueden ser salvadas, sino será una plaga que puede trascender más allá del tiempo
• Espera, lo que me dices es una misión suicida - exclamó molesto - no puedo ir, me niego a continuar con esta travesía, ahora forjaré mi vida juntoa mi prometida, una casa, un sustento, lo que nos traiga, pero no, lo que me ordenen ni designen.

El ancestral lo  miró fijamente, en sus ojos denotaba mucha tristeza.

• Ten todo el tiempo que necesites, ellos te esperan por siempre - respondió en tono de melancolía - cuando llegue ese momento, estaré a tu lado, joven elegido-
• Yo no soy ningún elegido - exclamó furioso - ahora voy a tener una vida normal…
• Deseo de corazón que la tengas - respondió - recuerda, siempre estaré aquí, para ti, mi poder  ahora es tuyo, te servirá, pero espero que no dependas mucho de ella, pues te puede consumir tu alma.

Así todo comienza a  iluminarse de nuevo, abrió los ojos, para ver a Aislinn, quien le miraba alegre desde arriba, su cabeza estaba cómoda, pues las tenía en las piernas de la joven.

• ¿Estuviste cuidando todo este tiempo? - dijo impresionado, ella asintió - lo lamento, te debí preocupar.
• no digas esas cosas - exclamó - es lo mínimo que puedo hacer por ti, además… yo.

Él tomó su rostro con la yema de sus dedos.

• Te amo Aislinn - se adelantó - quiero estar contigo, el resto de mi vida.

Ella abrió los ojos sorprendida y esbozó una gran sonrisa.

• Te amo Balthazar - exclamó - quiero regalarte toda mi vida, amor mío.

La joven bajó su cabeza, ambos se dieron un beso, que quedó reflejado en el río, que por siempre guardará este recuerdo en sus aguas, posiblemente se cuente por siempre.

Luego de comer unos de los panes que les quedaron tras la persecución, bebieron agua del río, pues la que cargaban se cayó mientras corrían, cuando se iban, se dieron cuenta que aquel manto era casi invisible, pero que ocurría algo inusual, este estaba atrayendo la tierra, como si la estuviera consumiendo, avanzaban muy despacio o esa impresión daba, aunque no iban a estar una eternidad esperando a ver que ocurriera. Emprendieron su viaje a pie en busqueda del pueblo más cercano, el joven tuvo una extraña certeza, ir hacia el oeste, por  lo cual siguieron esa ruta, guiándose por el sol, su objetivo era ganar dinero ,para poder sustentarse, su plan era conseguir una casa en la cual vivir, lejos de todo aquello.