No me juntaba con nadie de ahí pero habían dos señores ya mayores que parecía que se conocían desde mucho tiempo atrás cuando yo aun era un niño. Solían pasársela riéndose entre ellos, tomaban mates en las tardes y se los escuchaba contar sus historias, uno de ellos tenia a su mujer, ya no trabajaban por la edad, pero el no se quedo haci, decidió abrir un puesto de choripan, salio a la avenida con su carrito y su sombrero, el humo y el olor al choripan eran lo mejor, y lo bueno de todo era verlo volver a su casa feliz, hace poco me entere que es el abuelo de un buen amigo que tengo, pues si era obvio porque tenían un poco de parecido, siempre lo vi con una sonrisa cuando salía a sentarse a tomar mates en las tardes. El otro señor era distinto, al parecer no tenia a su mujer, solía ver que iba a comprar solo, al parecer no lo visitaban mucho, pero siempre que hablaba con alguien tenia una sonrisa, parecía una persona alegre pero no, había tenido en perro ya muy viejo pero había fallecido, sin nada yo pensé que el seria alguien deprimido, y entonces un día empezó a salir todas las tardes de su casa, sacaba su sillita y a veces un diario y un día lo conoció a el otro señor grande que también solía sentarse en las tardes, y todo comenzó con una charla, y los días ya no eran tan grises.
Después de 11 años de amistad surgió algo trágico, yo estaba llendo para la escuela y vi que solo estaba el señor que una ves vendía choripanes pero eso lo había dejado atrás, ya no tenia la misma sonrisa, y si como cualquier otro final, el otro señor se había ido, dejando lo único que tenia, a su gran amigo.