el camino de Alessandra

capítulo 1

hace poco se mudaron tres personas a la casa de enfrente, una señora, un chico de unos 21 años y una chica de mi edad. Como con todas las personas que se cruzan en mí camino, no me interesan, no quiero saber nada de ellos, pero me ha estado molestando mucho que mi hermano mellizo Ethan les ésta hablando y va seguido a su casa. Siento que se ha estado alejando de mí y eso no me gusta, hoy decidí seguirlo y mirar por qué es tan amigable con los nuevos vecinos.

Antes de salir de mi habitación me miro al espejo unos cuantos minutos, cuando me siento en calma y control dejo mi cuarto y me dirijo al primer piso de la casa, busco a mis padres, pero no están por ningún lado, así que les dejo una nota diciéndoles que salí y no iba a llegar tan tarde. Cruzo el umbral y llego al jardín lleno de maleza, nadie en mi familia tiene paciencia para la jardinería.

Avanzo hasta rodear la casa de enfrente y posarme en su patio trasero, miro por la ventana intentando encontrar a mí hermano, pero parece que no hay nadie, doy unos cuantos vistazos más, sin embargo, la casa parece totalmente vacía. Yo nunca me rindo y por esto decido ir a buscarlo al pueblo.

El pueblo queda a unos quince minutos de mi casa en auto y unos veinticinco caminado, como no tengo auto, reviso que tenga algo de dinero conmigo y decido dirigirme hasta el pueblo.

Al llegar ya se está haciendo algo oscuro, pero no me importa, camino hasta la tienda más cercana a comprar una botella de agua mientras pienso en los lugares en los que podría estar Ethan. Salgo de la tienda y decido primero ir al parque más cercano a buscarlo, probablemente este practicando basquetbol.

─ mírala parece un corderito asustado, a mí me gusta jugar con corderitos asustados─ me detengo al escuchar esa voz y miro directamente al callejón de donde proviene, dos tipos están acosando a una chica rubia. Iba a seguir derecho porque no me interesa lo que hagan los demás, pero al observar mejor, ese cabello se me hacía conocido, me acerco un poco, sin dejarme ver, y me quedo callada a esperar qué más sucede.

─ no te asustes corderito, mira que nos vamos a divertir mucho─ dice el otro tipo mientras coge a la chica del cuello y ésta comienza a llorar─ no llores, ¡QUE NO LLORES PERRA! ─ le da un golpe en la mejilla.

─ suéltala ─ los dos tipos miran en mi dirección, me acerco hasta quedar al lado de la rubia ─ no me gusta repetir las cosas, suéltala.

─ oye Raúl, creo que es nuestro día de suerte una morena y otra rubia ─ dice uno de ellos mirando al otro ─ y mira su cabello ondulado, es muy sexi, preciosa ¿te quieres unir?

─ ¿por qué aún no la has soltado? ¿eres idiota? ¿no entiendes lo que te digo? ¿te lo dibujo o qué? —El tipo decide por fin soltar a la rubia, pero solo para acercase a mí.

─ con que muy ruda no─ coge mí cabello y lo jala ─ hay que enseñarte modales, eres muy altanera ─ me da un golpe en la mejilla tan fuerte que siento un sabor metálico.

─ jajajajjaajaaja, suenas como mí papá.

─ estas loca o qué, por qué te ríes.

─ sí, estoy loca, muy loca. Te cuento un secreto- bajo un poco la voz- Me acabo de escapar del hospital psiquiátrico de la esquina- aprovecho su estado de estupefacción y bajo lentamente la mano hasta coger un pedazo de vidrio que esta en una caja cerca de la pared.

La levanto y con un movimiento veloz le hago un corte en la mejilla el cual hace que me suelte.

─ ¡qué te pasa maldita perra psicópata! – dice el tal Raúl que va directo a ayudar al otro bastardo

─ tú lo dijiste, soy una psicópata- le sonrió- y le dije a tu amigo que no me gusta repetir las cosas, no es mí culpa que no haga caso ─ le hago un puchero y me acerco rápido con la navaja levantada al tipo que me cogió del cabello, al intentar volverlo a cortar su amigo se interpone y le corto el brazo.

─ odio que me toquen el cabello, me toma mucho tiempo cuidarlo, y odio a los acosadores como ustedes, tienen grandes problemas por haberse cruzado en mi camino.

Me acerco con grandes intensiones de cortarlos hasta saciar esa voz que me pide a gritos que los mate, pero el tipo llamado Raúl coge a su amigo y salen corriendo.

─ muchas…muchas gracias─ dice la rubia, no le pongo atención y cierro los ojos intentando mantener el control de mis emociones. Miro mi mano y hay sangre que salpicó de la mejilla del tipo.

Sangre, roja, cálida, me hace sentir bien, sangre, sangre, sangre, sangre, sangre.

─ oye, ¿es…estas bi…en?

─ no lo hice por ti, yo nunca hago nada en beneficio de las otras personas es una pérdida de tiempo. Eres la que se mudó a la casa de enfrente ¿verdad?, así que supongo que sabes dónde está mi hermano.

─ si, cre…creo que esta con mi hermano mayor

─ mírame cuando me hablas y ya deja de llorar, me fastidia la gente débil como tú.

Me di la vuelta para irme, pero algo me hizo detener, una imagen de mí misma mucho más pequeña llorando y pidiendo ayuda paso por mi mente, la imagen se va tan rápido como llego y no reconozco que es, pero me hace sentir algo que no logro identificar muy bien, me devuelvo.

─ levántate, te voy a llevar a tu casa, igual vivimos cerca ─ intenta levantarse, pero le tiemblan las piernas, doy un suspiro y la ayudo.

─ gra…gracias

─ no creo que puedas caminar hasta la casa y no tengo auto, así que tendremos que coger el autobús.

 

(…)

 

─ Bueno, ya no te metas en problemas, adiós.

─ ¿Espera, me a…acompañas has…hasta la pu...puerta? - me dice la rubia después de que nos bajamos del autobús

─ Mira niña, no soy tu niñera y deja de tartamudear, me fastidia.

─ S…si, lo siento, tal vez tu hermano está en mi casa, si me acompañas es probable que lo veas.

─ Está bien, y mírame cuando me hablas, pensé que había dejado en claro que no me gusta repetir las cosas.

─ Lo siento, no soy muy buena socializando.



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En el texto hay: romance, suspenso, hibrida

Editado: 31.08.2021

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